Al lado de las barbaridades perpetradas por criminales 'engabanados' tales como Portela, García, Rosselló y Pesquera, los actos de maleantes comunes quedan chiquitos.
¡Qué no se engañe nadie! Ni los politiqueros de la administración colonial ni los tribunales capitalistas montarán una defensa genuina de la gente. Tampoco hará nada por los trabajadores de base y los pensionados la alta burocracia sindical.
Desde luego que estas pugnas interburguesas en nada benefician a las masa obreras, ni mucho menos aseguran la protección mínima de sus intereses. Estas en la práctica representan peleas entre grupos de maleantes por asegurar su control de la riqueza social.
con cada compra que se hace, sea de necesidades básicas o artículos de lujo, parte de esos chavos va a parar en los bolsillos de estos multimillonarios inversionistas para pagar una deuda vieja. Y seguirá siendo así ¡hasta el 2058! según las condiciones del nuevo acuerdo.
Que no se engañe nadie, sustituir una forma de dependencia por otra no aliviará la carga económica de la gente, y más cuando ésta viene con la imposición de mayor endeudamiento público.
Detrás de todo el discurso moral de los políticos capitalistas y más allá de sus argumentos sobre la necesidad de ahorrar dinero, el cuadro que surge es de un esquema nefasto en que el capital privado promueve el encarcelamiento masivo para entonces extraer enormes ganancias mediante el saqueo de las arcas públicas. Los administradores coloniales como Rolón y cía. son cómplices de este esquema.
De lo que se puede estar seguro es que todo acuerdo a que se lleguen la Junta y los varios grupos de bonistas tendrá como prioridad las ganancias de los parásitos financieros y los intereses de los sectores poderosos dentro del congreso estadounidense que impulsan el desarrollo y apertura de nuevos mercados para combustibles fósiles como el gas natural.
Ninguna de las propuestas capitalistas para la AEE, todas basadas en el afán de lucro de uno u otro sector capitalista, puede resolver la cuestión de energía eléctrica para las masas.
A pesar de todos los conflictos secundarios sobre táctica entre las facciones políticas dentro de la colonia, todas están unidas en su decisión de imponer sobre las masas obreras la carga de la brutal ofensiva capitalista.
Estos breves datos no solamente desmienten las patrañas de los administradores del territorio con Ricky a la cabeza, como portavoces de la clase capitalista internacional. Sino que también son una muestra convincente del fracaso del régimen capitalista a nivel mundial, y en Puerto Rico a nivel particular.
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