Recordamos a Betances

MacPortland

En América Latina desde Simón Bolivar hasta Fidel Castro han existido líderes que han captado las contradicciones del orden de producción que les tocó vivir. Ramón Emeterio Betances conocido en América Latina y el Caribe representa un ejemplo revolucionario para las masas trabajadoras en Puerto Rico.

La burguesía colonialista a través de su enajenación histórica ha borrado el nombre de Betances de la historia, ya que está, dentro del guiso colonial prefiere rendir homenaje a otros líderes independentistas estadounidense. Son lxs colonialistas lxs que siguen de rodillas. Lxs imperialistas saben que Betances constituye un estímulo a la subversión del orden colonial en la Isla, y que es una fuente de inspiración para la lucha por la independencia, la autodeterminación y la necesaria revolución, como terreno fértil de ideas revolucionarias que hoy tienen en Puerto Rico y América Latina toda una vigencia extraordinaria. Puerto Rico se encuentra atravesando uno de tantos tormentos políticos de su historia. Las fuerzas más reaccionarias y proimperialistas de la Isla, las ambiciones hegemónicas del Gobierno de Estados Unidos, junto a diversos sectores no homogéneos de la burguesía nacional e internacional, van pavimentando el suicidio social de nuestra pequeña Antillas, entregándola toda al capital local y extranjero para el beneficio de unxs pocxs, independientemente de su estatus colonial o algún cambio futuro hacia cualquier vertiente distinta. Betances sigue siendo hoy, como antes, “subversivo” en su tierra y ello también explica el poco interés de rescatar la personalidad y obra del Antillano.

Betances es sin lugar a dudas uno de los más grandes pensadores políticos de «Nuestra América», anterior a muchas personalidades, que al día de hoy han sido rescatadas en la memoria colectiva, como lo hizo Julio Antonio Mella con José Martí. Revolucionario internacionalista, que en momentos en que las Antillas buscaban profundas transformaciones, busco consolidar fuerzas para lograr con ellas la liberación de cada una de las islas y marchar hacia la unidad del todo, que debía formar una gran confederación, más allá de meras fronteras nacionales. Esa Confederación de las Antillas no era el resultado de una quimérica unidad soñada; él vio antes que muchxs que sólo la compenetración del esfuerzo antillano conjunto haría posible crear una barrera que pudiese contener las intenciones expansionistas del Norte. Se situó en el centro de la problemática política de su época y se adelantó de manera genial a la confrontación hacia el problema en el que aún nos debatimos las Antillas y América Latina en este momento. 

Betances fue llevado a Toulousse (Francia) desde los nueve años de edad (1837), y no regresó a Puerto Rico hasta unas vacaciones de 1848. Casi al finalizar su vida, Ramón Emeterio Betances, en un artículo aparecido con el título -Recuerdos de un revolucionario, dejaba plasmado lo referente a su iniciación política en su etapa de estudiante en 1848.  ¨…Heme aquí, por mi parte, cercano a celebrar, el 24 de febrero de 1898, mis bodas de diamante con la revolución¨; y también afirmaba, ¨Yo soy también un viejo soldado de la República Francesa. En 1848 cumplí con mi deber. Cuando se trata de la libertad, todos los pueblos son solidarios¨. Su conciencia política desarrollada en Europa aportó al pensamiento revolucionario de Betances en poder comprender con mayor claridad los cambios sociales que se iban dando. Estuvo vinculado con movimientos anarquistas y obrerxs que ayudaron a Betances a percibir el contexto de clases que cargaba la sociedades semis esclava y semifeudal que veía en PR.

Durante su trayectoria en vida, este revolucionario entró en contacto con los sectores mas humildes y les brindo ayuda medica, dentro y fuera de Puerto Rico, también lucho contra la esclavitud y entre tantas cosas, dedicó su empeño hasta el fin de sus días, a la libertad de las Antillas y la protección de las mismas del expansionismo norteño. Conocida es la frase, que en discusiones con el anexionista Narciso López pronunciara, No plantéis la palma en Washington ni el manzano en La Habana, pues perecerían ambos”. Es un ejemplo de honestidad y desinterés revolucionario, que habla muy alto de la moral solidaria de los patriotas puertorriqueños y del Caribe. 

Las fuerzas que hoy luchamos por la clase trabajadora, debemos entender que 

su ejemplo revolucionario es hoy, una necesidad para Puerto Rico y el mundo. Esa revolución que hará el pueblo puertorriqueño para garantizar su existencia, primero, y su posterior desarrollo, tienen en la figura gigantesca de Ramón Emeterio Betances un inspirador antecedente.

Los años no han podido apagar el fuego de su ejemplo y ese ejemplo de mano de la acción nos debe llevar a comprometernos para la transformación adecuada, necesaria e impostergable para nuestro pueblo y el mundo. Hoy que conmemoramos el natalicio de este insigne camarada, nos comprometemos a elevar su legado como comunistas en construir una republica obrera en Puerto Rico y desarrollar una confederación antillana socialista.

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