Pantomima política en el arresto de Donald Trump

Por: Mao

El expresidente Donald Trump fue acusado este pasado martes, 4 de abril 2023 por un pago ilegal en 2016 realizado a una actriz porno. Esto con el objetivo de comprar su silencio en el momento en que corría como candidato presidencial. La fiscalía en Nueva York alegó que ese dinero provenía de fondos destinados a su campaña.

Aún con la cantidad de cargos imputados a Trump, este recibe apoyo significativo de gran parte de la clase trabajadora de Estados Unidos. Resulta algo absurdo, no obstante, el impacto de la influencia de la ideología burguesa conservadora hace efecto en muchxs trabajadores/as.

Lo importante es resaltar que dicha influencia no cuenta con una oposición sólida que la minimice. Por lo que esa oposición concentrada en el Partido Demócrata es nula. Los dos partidos, republicanos y demócratas, se enfrascan en una lucha por la defensa de ciertos sectores de la burguesía, pero ambos son partidarios de mantener el orden de producción capitalista y sus leyes.

En medio de esta influencia ideológica estamos la clase trabajadora. Cada vez más distanciada por estar subordinada al aparato ideológico de la burguesía que descompone cualquier intento de una fuerza política conjunta de nuestra clase.

Ese sector que apoya a Trump desde las alegaciones del robo de las elecciones intenta convertirlo en un mártir y ahora con las acusaciones de la corte burguesa estadounidense, su pretensión del «rico elegido por Dios» crecerá aun más.

Con esto Trump tendrá tela para cortar y atraer a esos otros/as trabajadorxs que ante el vacío político y la desconfianza en el otro sector de la burguesía administrado por Joe Biden, serán conmovidos por su discurso.

El ex mandatario sabe cómo entrar en la conciencia de las masas trabajadoras. Hace críticas al sistema. Claro está, lo hace de manera oportunista, pero la tiene fácil, ya que está jugando dentro de su propia cancha con las propias estructuras políticas de su clase.

Los casos que de verdad lo hacen un criminal político no los han procesado ni lo harán. Como la dirección que dio para los atentados al congreso y los múltiples casos de corrupción bajo su administración.

En estos últimos casos, las mismas leyes obsoletas del estado burgués, permitieron que Trump diera libertad a todos los que de una forma u otra estuvieron envueltos en asuntos de corrupción bajo su administración.

La situación a la que se enfrenta es un «bombito al pitcher» para que la gente lo defienda.

En ese sentido, la clase trabajadora no debe continuar creyendo en la hipocresía de las leyes burguesas. Las cuales se utilizan a conveniencia política de la burguesía.

Por ejemplo, George Bush y lo que fue su administración son criminales de guerra que siguen en libertad como si nada. Estos engañaron al mundo con la invasión a Irak alegando que salvaban a Estados Unidos de países con armas de destrucción masivas. Es tan absurdo que Busch recibe premios que elogian su mandato político como presidente, cuando es un criminal.

De otra parte, Barack Obama bajo su administración ataco con drones diferentes países, aniquilando a cientos y miles de civiles en Afganistán, Siria y otros. Un criminal que sigue en la libre comunidad y también fue elogiado hasta con un premio Nobel. Esto lo hizo junto Joe Biden de vice-presidente. Otro criminal que perpetua la guerra imperialista en Ucrania.

Al final quien sale intacto de estos crímenes es el propio orden de producción capitalista. Conmoviéndonos con la hipocresía de las cortes y leyes burguesas que aparecen cuando se pelean sus partidos por quien toma el próximo turno al bate.

En la colonia, donde se tiene una perspectiva sagrada de las leyes estadounidense, sepamos que la «gran nación» esta más podrida en casos de corrupción. La cosa no se destapa con gran facilidad como en la colonia, ya que la capacidad productiva allá es mayor y por lo tanto, los niveles de burocratización de los aparatos represivos como las cortes, las investigaciones policiacas y el aporte de dinero de la clase rica a las instrucciones estatales mueve con mayor facilidad las fichas para limpiar las escenas delictivas de los partidos burgueses.

De la misma forma que no se puede confiar en la democracia burguesa de Estados Unidos, en Puerto Rico no podemos tampoco seguir retrocediendo con los obsoletos partidos coloniales.  La contraposición política verdadera será construyendo como clase trabajadora órganos políticos independientes a los de la burguesía. Y como vemos en el imperio, esta tiene la complicidad en el atraso político tanto en los sectores liberales como conservadora.

¡Avancemos hacia la construcción de consejxs obrerxs!

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