Nula la reforma laboral: tribunales, la junta de Wall Street y partidos coloniales empobrecen a la clase trabajadora

Por Ángel Rodríguez

Los trabajadores y trabajadoras del sector privado han sido objeto del más reciente ataque a su dignidad y subsistencia. La Jueza Taylor Swain en contubernio con la Junta de Wall Street (JWS) ha declarado nula la ley de Reforma Laboral, también conocida como Ley Núm. 41-2022, en su forma más reciente que fue firmada el año pasado. Para entender la situación actual a la que se enfrentan estos trabajadores y trabajadoras, es necesario retroceder un poco en el tiempo.

Enero del 2017 : Ricky, el breve y su deformación laboral

Desde una lavandería en Santurce, y con un gran despliegue de relaciones públicas organizado por los amigos de KOi en el chat, Ricardo Rosselló anunció la Ley de Transformación y Flexibilidad Laboral, lo que en realidad significaba la eliminación de derechos laborales de los trabajadores del sector privado para aumentar las ganancias de los capitalistas locales y extranjeros. El nombre de la ley debería haber sido más honesto, ya que eso es exactamente lo que hizo.

Rosselló, como títere de los capitalistas, defendió la ley con demagogia, afirmando que «crearía empleos» y promovería el «desarrollo económico en la isla». Sin embargo, cuando un político al servicio de los ricos usa estas frases, es para ocultar que todo se logrará a expensas de la clase trabajadora, que tendrá que trabajar más y recibir menos. En una sociedad capitalista, el desarrollo económico es sinónimo de mayor explotación y pobreza para la mayoría, que es la clase obrera y asalariada que produce la riqueza.

Ricardo Roselló no mintió completamente, es cierto que la implementación de la ley anti laboral llevó a un aumento en el número de empleos en Puerto Rico en 2023 en comparación con 2017, según los datos del centro de estadísticas de la isla. Sin embargo, debido a estas leyes que perjudican a los trabajadores, un gran número de personas tuvieron que aceptar trabajos en condiciones menos favorables y con menos derechos, lo que en última instancia enriqueció aún más a los empresarios capitalistas.

Empleos de pobreza en aumento vs. Grandes ganancias de los capitalistas

Gráfica de : Sincomillas.com

Durante los últimos años, la industria hotelera, así como los restaurantes, han experimentado un notable aumento en empleos. Sin embargo, este crecimiento pone de manifiesto la falta de seguridad laboral en estos trabajos. En el caso de los restaurantes, se ha denunciado que un gran número de empleados recibe un salario muy por debajo del mínimo legal.

¿Es esto el progreso económico que promueven los fotutos del capitalismo como Ricardo Roselló o la versión más reciente de sus amos adinerados, Pedro Pierluisi?

La imposición de la ley de transformación laboral ha generado la aparición de trabajos inestables que ofrecen una remuneración insuficiente para sostener un hogar, especialmente en un contexto de fuerte aumento del costo de vida en el archipiélago antillano. Al mismo tiempo, los empresarios locales y sus entidades financieras han experimentado un notable incremento en sus fortunas, mientras se crean trabajos que perpetúan la pobreza.

Desde el año 2017 hasta la actualidad, ha habido un aumento en la acumulación de riqueza por parte de los capitalistas en Puerto Rico. Un ejemplo de esto es el crecimiento en las ganancias netas de las tres empresas más ricas en Puerto Rico entre los años 2017 y 2020. Es importante señalar que parte de estas ganancias se debieron a la inyección de fondos por desastres naturales, como el huracán María.

A pesar de la desaceleración del capitalismo durante la crisis de salud del COVID-19, las mismas compañías han visto un aumento en su riqueza.

El Banco Popular, por ejemplo, reportó ganancias netas de $113.1 millones de dólares en el año fiscal 2017, mientras que en el año fiscal 2020 presentó ganancias ascendentes a $280.1 millones de dólares.

De manera similar, Triple S, que se beneficia del negocio de la salud del pueblo, reportó ganancias netas de $50.3 millones de dólares en 2020, un aumento de casi $5 millones más que en 2017.

Por último, Evertec, subsidiaria del Banco Popular, también registró un aumento en sus ganancias entre 2017 y 2020, con un incremento de $50 millones en los tres años posteriores a la ley antilaboral.

Estas leyes sólo han estado al servicio de la clase capitalista en Puerto Rico y sus cómplices en los partidos de la burguesía han tirado a la pobreza a una gran parte de la clase trabajadora.

La corte imperialista, los partidos serviles y el abogado de la Junta de Wall Street

A mediados del año 2022, el gobernador del Partido Nuevo Progresista (PNP), Pedro Pierluisi, anunció que junto con la rama legislativa liderada por el Partido Popular Democrático (PPD), se había aprobado el Proyecto de la Cámara 1244 sobre la Reforma Laboral.

A pesar de las celebraciones del PNPPD por haber restaurado los derechos de los trabajadores de la empresa privada que se habían perdido bajo la administración de Ricardo Roselló, la Junta de Wall Street se opuso a la ley, ya que no encajaba con su plan fiscal.

El gobernador calificó las expresiones de la Junta como «ofensivas e irrespetuosas», mientras que los cómplices de la junta del PNPPD se felicitaron entre ellos.

La semana pasada, la jueza Taylor Swain, a petición de la JWS, revocó la ley que restituye los derechos de los trabajadores y trabajadoras de la empresa privada, en su corte de quiebras en Boston. Esta decisión pone de manifiesto el control del capital financiero sobre la colonia y su clase trabajadora, lo que agudiza la lucha de clases en Puerto Rico. Además, la indignación se agrava ya que la moción para anular la ley fue presentada por el bufete O’Neil y Borges, que representa a una capa de empresarios coloniales que se han beneficiado de la quiebra y la pobreza de la clase trabajadora de la isla, todo financiado por los propios contribuyentes.

La lucha de clases arrecia en Puerto Rico, por un lado, están los intereses de los trabajadores y trabajadoras, mientras que por el otro está el capital financiero representado por la JWS y respaldado por los partidos de la burguesía colonial.

Uno de los políticos más notables que favorece el capital financiero es el gobernador Pedro Pierluisi. Es importante recordar que, antes de convertirse en gobernador, trabajó como abogado consultor de la Junta de Wall Street en el bufete de O’Neil y Borges. Sí, el mismo que representó a la junta ante la jueza.

A pesar de su actuación como político electo, Pierluisi nunca dejó de ser un abogado de la Junta y no hizo nada cuando la ley de reforma laboral fue anulada. Permitió que la jueza, la JWS y el capital financiero oprimieran aún más a la población de Puerto Rico y la llevaran a la pobreza.

Ya basta de indignación, ¿qué hacer?

El sistema capitalista enfermo seguirá existiendo mientras no nos enfoquemos en organizar políticamente a la clase obrera. La faceta más explotadora del capitalismo en nuestra colonia necesita que los trabajadores conscientes se esfuercen por establecer conexiones con sus contrapartes en Estados Unidos y el Caribe.

Como clase trabajadora, podemos derrotar juntos al sector parasitario del capital si ponemos nuestras energías en la planificación económica racional basada en las necesidades de la mayoría.

Es imprescindible que la clase trabajadora en Puerto Rico se organice de forma independiente de grupos que no comparten nuestra ideología como clase, si queremos dar los primeros pasos en esta dirección debemos comenzar por organizar consejos obreros y comunitarios. En estos espacios es que saldrá una posición fortalecida de la clase trabajadora y las comunidades empobrecidas. Serán estos consejos los que determinarán con quién y bajo qué condiciones se establecerán alianzas.

Mientras que la pequeña burguesía liberal se está centrando en su propia agenda, como participar en las elecciones burguesas, la clase trabajadora necesita definir qué acción tomar. La consigna de aquellos que buscan alianzas es solamente en contra del bipartidismo, pero la consigna de la clase trabajadora debe ser dirigida en contra de la junta de Wall street, el capitalismo y el coloniaje.

La pequeña burguesía, al ser un grupo minoritario y débil, se encuentra atrapada en las obsoletas estructuras de la política burguesa, con la esperanza de participar en el juego político electoral.

Su estrategia para acabar con el bipartidismo es nula, mientras que nuestra consigna, como trabajadores, es revolucionaria y apunta directamente a lo que nos mantiene subordinados a estas obsoletas estructuras burguesas. Esto incluye la creación inmediata de consejos de trabajadores, la eliminación de la Junta de Wall Street, la colaboración con obreros a nivel internacional, y la resolución de las inevitables contradicciones del colonialismo y el capitalismo.

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