Por: Mao
En el minidocumental de la periodista Bianca Graulau: The Native Hawaii who want independece from U.S, se revela el posible espejo en el que se puede mirar Puerto Rico en un par de años. Hawaii, el archipiélago en el Pacífico que en 1898 fue anexada a Estados Unidos, y luego convertido en estado en el 1959. Al igual que Puerto Rico representó un centro de explotación para los grandes monopolios azucareros estadounidenses. La población originaria de esta isla fue casi completamente desplazada por la invasión norteamericana para ser convertida primero en un bastión militar en la Guerra Hispanoamericana-Cubana, luego en una central del monocultivo de la caña y eventualmente, tras el desarrollo capitalista, en un destino turístico.
El documental pone en perspectiva cómo las familias trabajadoras han tenido que desalojar sus hogares al imponerse el mercado de los bienes raíces en las comunidades, zonas de alto valor ecológico y áreas productivas que han sustentado a la población de Hawaii por años.
Como destacábamos hace unas semanas en Abayarde Rojo Digital (ARD),el negocio de los bienes raíces es una potencia importante que ha ido desarrollándose y que hoy representa una pieza clave para subdividir las riquezas capitalistas en cualquier parte del mundo y lograr eludir y evadir contribuciones. Es significativo la compra de viviendas en efectivo en Hawaii, que como está pasando en Puerto Rico, esto ha elevado los precios de las casas y todo el entorno de las comunidades queda subordinado a la planificación de los negocios y no a la atención de las necesidades sociales.
Ambas islas tienen un contexto histórico similar, que destaca la historia de “todos nosotros”, o, mejor dicho, la historia de la mayoría de la población en cualquier parte, la historia de la clase obrera.
Estas similitudes de la clase trabajadora de Puerto Rico con las hermanas islas, gira entorno a la explotación obrera por parte del imperialismo de Estados Unidos. Donde las sedes financieras de Wall Street le sacaron el jugo a nuestra clase en la producción de caña de azúcar para desarrollar las líneas de créditos que abrieron paso al avance de las arcas del capital financiero instalado en Wall Street.
Los Sugar Trust que se esparcieron desde Filipinas, Cuba, PR y Hawaii mantuvieron el ojo bien puesto de Estados Unidos en la producción de la caña, logrando amasar grandes cantidades de riquezas. Estas islas fueron clave en las corrientes migratorias de los trabajadores de los cañaverales, donde el desplazamiento de los hawaianos provocado por el gobierno estadounidense representó una escasez de fuerza de trabajo. Lo que empujaba al gobierno de Estados Unidos a recurrir a la búsqueda de fuerza de trabajo en sus otras colonias como Puerto Rico. Por ejemplo, desde Guánica salieron de las primeras emigraciones obreras a trabajar en las centrales azucareras de Hawaii.
Luego de servir de punta de lanza para la formación del imperialismo financiero de Wall Street, hoy volvemos a ser devorados por este mismo monstruo parasitario de la burguesía, que ha convertido nuestras islas en un centro de reciclaje del dinero extraído de nuestro trabajo. Con el único interés y necesidad de reproducir y acumular capital mientras nos desplazan de nuestras casas
¡Somxs ese destino para que los multimillonarios vengan a darse sus banquetes y lujos mientras les llevamos sus piñas coladas a sus mesas por debajo de mínimo salarial, ya que los meseros ganan $3/h! ¡En adición pretenden que soportemos que adquieran nuestras tierras para convertirlas en negocios de bienes raíces!
Esta información valiosa que nos presenta la periodista no debe tener otro efecto en las masas trabajadoras que no sea romper con ese cristal del espejo que refleja la miseria. En Hawaii organizaciones de masas se mantienen resistente y ese esfuerzo debe consolidarse entre países para que acá en Puerto Rico esa lucha trascienda por los mares en defensa de los recursos naturales.
Utilizamos esta información en ARD como herramienta de transformación política para que sectores de nuestra clase trabajadora se unan a los grupos que se mantienen en lucha por la defensa de las playas y los recursos naturales de Puerto Rico, Hawaii y cualquier territorio nacional donde el capital sea capaz de destruir los patrimonios comunes de nuestra clase.
De manera inmediata estos espacios de lucha en Puerto Rico deben contar con una cantidad significativa de lxs trabajadores más cercanos a los sectores acechados por el capital.
En la medida en que trabajadores/as accedan a estos espacios de manera contundente, avanzamos para construir la organización política de Consejos de Trabajadores. Los cuales, guiados bajo el diseño de un programa político independiente a los partidos de la burguesía, expresen el interés de avanzar por la anulación de todos los contratos que han privatizado los recursos naturales y las empresas públicas de Puerto Rico.