East Palestine, Ohio : crisis ambiental y de salud por las manos del neoliberalismo

Por Manuel Colón

El 3 de febrero de 2023, un tren propiedad de Norfolk Southern Railway descarriló en East Palestine, Ohio, causando un derrame de cloruro de vinilo y provocando la evacuación del área. El tren transportaba una carga de cloruro de vinilo, un químico altamente tóxico e inflamable utilizado en la producción de plásticos. Como resultado del accidente, varios vagones que transportaban cloruro de vinilo volcaron, derramando el químico en el suelo.

Ante esta situación, como medida de precaución, las autoridades ordenaron una evacuación inmediata del área circundante. Se instruyó a los residentes dentro de un radio de media milla del lugar del accidente que abandonaran sus hogares y buscaran refugio en un centro comunitario cercano.

Después del derrame de sustancias químicas altamente tóxicas, las autoridades federales decidieron llevar a cabo una quema a cielo abierto con el fin de prevenir una posible explosión y reducir el riesgo de mayores desastres. Sin embargo, a las comunidades expuestas a esta quema no se les ha proporcionado información clara y transparente sobre las consecuencias de esta medida. Las imágenes que circularon en las redes sociales eran verdaderamente aterradoras y mostraban la crisis casi apocalíptica que enfrenta esta comunidad.

La razón por la cual esta comunidad se ve mayormente afectada no es coincidencia, ya que está compuesta principalmente por trabajadores empobrecidos. En los Estados Unidos, las comunidades pertenecientes a la clase trabajadora son las que sufren mayor impacto a causa de desastres ambientales y de salud. Según los datos proporcionados por la Oficina del Censo de los Estados Unidos, en 2019 el índice de pobreza en East Palestine, Ohio, llegó al 18,9%, lo que significa que alrededor del 20% de los habitantes de East Palestine vivían en situación de pobreza, considerando como umbral de ingresos anuales $25,750 para una familia de cuatro integrantes.

Después del desastre, las familias de East Palestine regresaron a sus hogares y pronto reportaron síntomas físicos como alergias, erupciones cutáneas y dificultades respiratorias. Además, descubrieron que muchas mascotas, peces, aves y animales salvajes habían muerto como resultado de la catástrofe.

Los trabajadores y trabajadoras ferroviarios tenían razón

De acuerdo a los sindicatos ferroviarios este accidente surge como consecuencia a la explotación a la que están expuestos sus trabajadores y el pobre mantenimiento a la infraestructura ferroviaria.

Los sindicatos de trabajadores ferroviarios en los Estados Unidos llevaron a cabo una huelga exigiendo mejores políticas de días de enfermedad y protestando contra el ferrocarril programado con precisión (PSR, por sus siglas en inglés). La huelga comenzó el jueves 18 de noviembre y contra los monopolios ferroviarios como Union Pacific, Norfolk Southern y CSX. Estas compañías ferroviarias explotan a los y las trabajadores ferroviarios para recuperar la mayor cantidad de ganancias perdidas durante la pandemia del covid 19.

Por esta razón, los sindicatos denunciaron durante la pasada jornada de huelga que el PSR, que es una estrategia que prioriza la eficiencia y la reducción de costos, ha resultado en una carga de trabajo aumentada para los trabajadores y trabajadoras y un desprecio por las preocupaciones de seguridad. También exigían que las compañías ferroviarias ofrezcan más días de enfermedad y permitieran que los trabajadores los tomen sin penalización. Como consecuencia, la explotación de los trabajadores en la industria ferroviaria ha disminuido la calidad del servicio y aumentado el riesgo de accidentes.

¿Culpable? : el neoliberalismo

La voracidad de lucro por parte de estas empresas multimillonarias resulta en miles de accidentes cada año en los Estados Unidos, principalmente cerca de comunidades obreras como la de Ohio. Esto se debe a las políticas del capitalismo salvaje, también conocido como neoliberalismo, que ha llevado a recortes presupuestarios. Las empresas ferroviarias y las políticas gubernamentales favorecen exclusivamente a los grandes empresarios y a los ricos, mientras que empobrecen a los trabajadores y al medio ambiente con el objetivo de maximizar sus ganancias sin importar las consecuencias.

Este sistema, promovido por los capitalistas y sus cómplices en el gobierno, ha reducido drásticamente el financiamiento y la inversión en los ferrocarriles públicos, lo que ha llevado a la privatización de esta importante industria. Por el otro lado, la privatización ha resultado en la reducción de la calidad del servicio, el aumento de las tarifas, la disminución del mantenimiento de las infraestructuras y la falta de seguridad para los trabajadores ferroviarios.

Rehenes de dos facciones capitalistas

Mientras sucede esto, la división dentro de nuestra clase trabajadora nos deja atrapados entre dos grupos: el imperialismo y el chauvinismo. Durante su mandato, Trump redujo el presupuesto de FEMA, lo que ahora está obstaculizando los esfuerzos de recuperación ambiental en Ohio. Sin embargo, de manera hipócrita, él está visitando las áreas afectadas, al igual que lo hizo durante el huracán María en Puerto Rico.

En otra perspectiva, Biden actúa como mercenario contratado en la guerra imperialista entre Ucrania y Rusia, y se considera que su visita a la zona de conflicto solo exacerba la situación. Se cree que los trabajadores deben liberarse de la falsedad de ambos extremos políticos de la clase burguesa y trabajar juntos como unidad obrera para lograr una democracia que beneficie a la mayoría, quienes son los que producen las riquezas.

Por esta razón, los comunistas exigimos un sistema de transporte público en mano de los trabajadores y trabajadoras, sin fines de explotación, donde el bienestar de los trabajadores y los usuarios sea lo primero.

La industria ferroviaria es esencial para el desarrollo económico, social y ambiental de nuestras comunidades. Es por eso que debemos luchar contra la política neoliberal y promover la administración de las mismas por los trabajadores y trabajadoras. De esta manera poder garantizar un transporte público de calidad y seguro para todos.

Alerta en Puerto Rico ante la privatización de la generación de energía eléctrica

La privatización de las plantas generadoras de energía en Puerto Rico a manos de New Fortress Energy y su subsidiaria Genera PR debería preocupar a las comunidades obreras y empobrecidas de la Isla. Existe el riesgo de que ocurran desastres similares a los que han ocurrido en Ohio. Ahora, estas generadoras estarán en manos de empresas privadas que tienen como único objetivo generar capital y hacerse más ricos.

Esto puede poner en riesgo la salud y seguridad de las comunidades cercanas a estas plantas. Al igual que las grandes empresas ferroviarias que recortaron gastos en seguridad e infraestructura, los nuevos dueños de las plantas de generación eléctrica pueden poner en peligro a la población. En caso de un accidente grave o de un desastre natural que amenace estas plantas, los capitalistas simplemente recogerán sus ganancias y se marcharán, dejando a la comunidad sola.

Por esto con humildad revolucionaria ponemos nuestro programa político,que es suyo, a disposición de la clase trabajadora y las comunidades obreras en Puerto Rico, dónde exigimos la nacionalización sin indemnización de toda empresa esencial para las necesidades de la sociedad y su reorganización bajo la administración de sus obreros y obreras.

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