Mercenarios emprenden a tiros contra activistas en Aguadilla

Por Manuel Colón

Se escuchó una ráfaga de disparos, luego gritos de dolor : «Me dieron, me dieron» mientras el joven cojeaba con una herida de bala de entrada y salida en la pierna.

La emprendida a tiros fue de mano de uno de los mercenarios privados contratados por Román González, que en la tarde del domingo 29 de enero tirotearon de manera criminal hacia los activistas que utilizando la desobediencia civil han paralizado el proyecto ilegal The Cliff que ha destrozado esa parte de la costa aguadillana.

Como si no fuera suficiente el ataque a tiros, la Policía de Puerto Rico desplegó a la fuerza de choque para arrestar y perseguir al grupo activista mientras protegen la propiedad de Román González y a sus mercenarios privados.

No es el primer incidente violento contra los activistas del campamento Pelícano, quienes por varias semanas llevan denunciando e impidiendo que se continúe con el destructivo proyecto en zona marítimo terrestre, y que atenta contra la Cueva Las Golondrinas y otros recursos de alto valor ecológico en las costas de Aguadilla.

Hace dos semanas, otro individuo de la mercenaria compañía privada agredió a varios jóvenes activistas en el campamento. El mercenario fue arrestado y procesado.

Son responsables de la vida y la salud de los jóvenes activistas : Román González, el alcalde de Aguadilla Julio Roldan, el Departamento de Recursos Naturales, la Oficina de Gerencia y Permisos, ¡todos cómplices en este acto violento!

La masacre ambiental perpetrada por el capitalista Román González en Aguadilla es una de muchos espacios de lucha y resistencia por nuestros recursos naturales en Puerto Rico. Al privatizar los haberes públicos, le queda a los capitalistas locales y extranjeros para su lucro la especulación con las tierras y en especial las costeras.

Ante mayor activismo y resistencia contra la destrucción de nuestro patrimonio natural, mayor será la represión, ya vimos hoy la violencia perpetrada contra los activistas del campamento Pelícano en Aguadilla.

Este patrimonio natural, fuente de trabajo y sustento de nuestras comunidades costeñas, le pertenece a la clase trabajadora y a la gente que allí vive.

Primero, nuestra solidaridad revolucionaria con estos compañeros y compañeras, que han puesto su vida en riesgo.

Para lograr una mayor resistencia y recuperar las tierras en manos de esta clase rica y parasitaria es urgente organizar consejos obreros y comunitarios. Para así, de estos espacios se desarrolle un plan nacional para la protección y recuperación de estas tierras.

Con esta fuerza organizativa, se le podrá revocar de sus cargos a estos funcionarios que no trabajan para el beneficio de la clase trabajadora.

Ante este atropello, con humildad revolucionaria ponemos a disposición de la clase trabajadora y nuestras comunidades, nuestro programa político donde exigimos :

¡La anulación de todos los contratos que han privatizado los recursos naturales y las empresas públicas!

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