Por: Mao
Como todos los años, hoy 23 de septiembre, el pueblo en general conmemora el levantamiento patriótico de hacendados, campesinos y trabajadores agrícolas del año 1868.
La valentía que destaca este evento revela la lucha de clases interna que iba dándose en esa época ante el descenso del sistema de producción esclavista en la isla. Las alianzas de clase que se consolidaron en la lucha armada establecieron en Lares la República de Puerto Rico. Obreros agrícolas, campesinos y hacendados dirigieron su lucha contra la libreta de jornalero y contra las trabas que imponía la esclavitud para el desarrollo de la sociedad. Especialmente para las relaciones de producción que favorecían a los hacendados.
Su movimiento de liberación estaba enfocado en eliminar la esclavitud que se imponía en las grandes fincas azucareras dominadas por el gobierno español y erradicar la libreta de jornaleros que se implementaba en las haciendas.
Las condiciones materiales hacían a los hacendados y campesinos, clases revolucionarias en esa época. Ese valor heroico de la gesta del Grito de Lares mostró que un movimiento de liberación político debe dar papel protagónico a la clase revolucionaria, como única clase capaz de poner en marcha la transformación verdadera de la sociedad para beneficio de las masas que producen los medios de subsistencia y las riquezas del mundo.
Los hacendados y campesinos se unieron en una sola gesta para combatir al sistema semi esclavista que se manifestaba en la época.
Precisamente este carácter de clase que debemos captar las masas obreras y el pueblo en general en la actualidad es reconocer que somos la única clase que podrá levantar una declaración de República dominada por la clase que produce las riquezas del mundo. En aquel entonces, Betances, Ruiz Belvis y demás tuvieron la conciencia de esto. Ahora nos toca a nosotrxs como trabajadores/as conscientes guiar hacia adelante que la República sea gobernada por las mayorías que producimos las riquezas, es decir, la República Obrera.