Un ‘no tan’ breve comentario sobre un cargo breve

En su fondo, la decisión del Tribunal Supremo refleja toda la inseguridad que siente la clase dominante en sí misma.  (Que no se equivoque nadie, los tribunales son tan instrumento de la clase dominante como cualquier otra rama del gobierno.)  Ya la figura de Pedro Pierluisi, sus vínculos con la junta y los buitres, su acérrima defensa de cuantos intereses abiertamente antagónicos al bienestar de las masas trabajadoras y de pobres, y la falta de transparencia que caracterizó su breve desempeño a luz de los acontecimientos recientes empezaban a reavivar el descontento popular.  Ni los frenéticos esfuerzos de los medios oficiales para llamar al sosiego fueron suficientes para aplacar la desconfianza y la ira latente en las calles. 

Consciente no sólo de cómo estaba pisoteando públicamente a su propio Constitución y las lecciones políticas que esto traía para las masas, sino también de la bomba de tiempo que tenían es sus manos, la clase capitalista asintió a la rápida salida de Pierluisi por el mecanismo constitucional para abrirle paso a Wanda Vázquez.

Aun así, Vázquez, una figura odiada por amplios sectores de la población y seguramente embarrada con sus propios escándalos de corrupción, sería una gobernadora muy debilitada.  Ha dicho públicamente que no quiere el puesto.   Se rumora que hay un acuerdo dentro de la cúpula del PNP para que Vázquez nombre a la comisionada residente, Jenniffer González, como secretaria de Estado para entonces cederle la gobernación mediante una renuncia. 

Veremos lo que pasa.

Lo cierto es que ni Vázquez ni González puede ofrecer algo que se aproxime a una agenda progresista a las masas.  Como señalamos en una nota que publicamos sobre la pugna interna del PNP a finales de julio, “Ninguno de los principales contendientes . . . puede ofrecer a las masas una alternativa progresista.”

Aun cuando Vázquez como titular de Justicia ha sido implicado en el encubrimiento de varios esquemas de corrupción, González como alternativa es aun más vil.  Además de usar el género oportunistamente para ganar la simpatía entre las masas mientras impulsaba políticas ultra reaccionarias, ha sido y sigue siendo una aliada incondicional de Trump, defensora de Bob Bishop y los intereses del sector de gas natural estadounidense, y una marioneta apuntalada por los buitres de COFINA quienes financian sus campañas políticas.

La gran tragedia del momento es que la crisis política que aflige la clase capitalista en Puerto Rico esté ocurriendo antes de que la clase trabajadora haya adquirido en suficiente grado las herramientas necesarias para aprovecharla.  Hasta el momento, los trabajadores no han podido entrar a la palestra pública con un programa político propiamente suyo para así empezar a retar al poder.  No obstante, la crisis sí ha precipitado la creciente auto educación política de amplios sectores de entre la clase trabajadora así aportando a mayores niveles de confianza. 

Mientras las diferentes facciones de la reacción política se disputan la gobernación en Puerto Rico, desde abajo surge una iniciativas que bien pueden servir de embriones para un futuro reto al poder capitalista.  En la medida en que estos esfuerzos de entre las masas trabajadoras cobra ímpetu, se hace cada vez urgente la reorganización política de todos los elementos genuinamente marxistas comprometidas con la profundización de la lucha de la masas trabajadoras por su emancipación.

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