Mientras todos aquellos ‘eminentes’ abogados, expertos legales y juristas que traman a favor del capitalismo desde el Capitolio a la Fortaleza probaron al mundo lo poco que les importa su tan sagrada Constitución, se estaban dando en otras partes de Puerto Rico unos procesos que merecen la atención de todo trabajador, estudiante y desempleado consciente.
El pasado jueves por la noche en la plaza Las Delicias en Ponce se reunió un nutrido grupo de ciudadanos compuesto por trabajadores activos y retirados, estudiantes y desempleados, en lo que se designó como una Asamblea del Pueblo.
Según los organizadores de esta asamblea, ese espacio se creó para el ejercicio de una “democracia participativa” en donde el pueblo mismo puede proponer, discutir, elaborar y organizar un trabajo colectivo con enfoque en las necesidades de la ciudadanía.
Durante la asamblea del jueves entre los objetivos que se propusieron los participantes se destacaron: la introducción de cambios directos a la Constitución por la ciudadanía misma, la creación de una plataforma para coordinar la asignación de jóvenes talentosos a empleos que requieren sus destrezas como medida para detener el éxodo del país, la lucha contra la privatización y la introducción de medidas para garantizar la equidad del género.
Además, los asambleístas manifestaron sus preocupaciones sobre las pensiones, la deuda pública, y el acceso a, y estabilidad de, la energía eléctrica, así como otros servicios básicos como el agua. Otro tema interesante que surgió fue la política local, o “micro política”, y la estrategia a perseguir para que los ciudadanos puedan ejercer mayor influencia sobre los asuntos locales de su comunidad.
La Asamblea del Pueblo en Ponce no sólo fue una manifestación del rechazo a lo que se caracterizó como la política jerárquica de la clase dominante, sino también un espacio de discusión y exploración de conceptos tales como la ‘democracia participativa’, el ‘socialismo’, el ‘capitalismo’, y el ‘coloniaje’. En dos intercambios significativos, un participante explicó a los demás asambleístas en lenguaje fácil de comprender lo que significa “deuda odioso” mientras que un joven de 15 años trajo la necesidad de incluir a la juventud en todo este proceso de auto organización y lucha.
Además de ponceños, presentes en la Asamblea estuvieron personas de Aguadilla, Mayagüez, Lajas, Carolina y San Juan.
Al día siguiente, el 2 de agosto, y mientras Pierluisi y todos demás cómplices del gobierno colonial llevaban a cabo su golpe de Estado a nombre de la dictadora de la junta de Wall Street a espaldas de la ciudadanía, se celebraron otras Asambleas del Pueblo en las plazas públicas de Mayagüez y Utuado. Están pautadas otras Asambleas del Pueblo para el 3 de agosto en Caguas y Lares. La de Ponce convocó una segunda reunión para el próximo jueves, 8 de agosto.
Además de elaborar y publicar un calendario de asambleas para fomentar la participación, el crear vínculos entra estas iniciativas del pueblo y lograr consensos entre sus acuerdos a nivel de cada pueblo serán claves.
Felicitamos a todos los organizadores y participantes de estas Asambleas del Pueblo. Han dado un primer paso hacia la construcción de nuevas estructuras, verdaderamente democráticas y basadas en las masas de trabajadores, estudiantes y otros sectores de la población con potencial progresista. Vemos en estas estructuras la capacidad colectiva de las masas para no sólo organizarse, sino también empezar a retar a todas aquellas instituciones corroídas propias de la ‘democracia’ fraudulenta con que los ricos, la clase capitalista y sus defensores, nos han engañado durante generaciones.