Continúa jornada de Asambleas de Pueblo en Mayagüez

Por Carlos Borrero

Mientras los politiqueros del patio pisotean su propia Constitución para facilitar la imposición sobre Puerto Rico de una dictadura blanda de los buitres de Wall Street, encarnizada por el usurpador y secuaz de la junta, Pedro Pierluisi, los sectores políticamente conscientes de la sociedad siguen movilizando y organizándose.   Este pasado viernes en Mayagüez, unos 60 personas – trabajadores, estudiantes y retirados – convocadas por las organizaciones El oeste pide la renuncia y Vamos se dieron cita en la plaza pública de la Sultana del Oeste.  El propósito de esta convocatoria era celebrar otra Asamblea de Pueblo.

Durante esta asamblea, los participantes estuvieron guiados por la pregunta ¿Qué haremos? con respecto a la situación del país mientras se dividieron en varios grupos para dialogar sobre esta interrogante.  Luego, se recopilaron los planteamientos hechos por los asambleístas dentro de sus grupos para presentar en un pleno de la asamblea. 

Entre las prioridades que se acordaron durante esta primera Asamblea del Pueblo en Mayagüez se incluyen la educación política no partidista de la juventud, el trabajo en las comunidades, y el incentivar una ‘economía solidaria’.  Se discutieron otras propuestas para apoyar su trabajo de la asamblea como la recaudación de fondos para actividades, el desarrollo de una agenda de trabajo y un enfoque claro, así como establecer una red entre otras Asambleas de Pueblo que se están organizando.  Además, se iniciaron discusiones sobre propuestas de acciones concretas desde el apoyo al periodismo investigativo y la campaña para auditar la deuda hasta un boicot de los bancos Banco Popular y Santander.  Se planteó también la importancia de crear espacios para el arte.

En una nota publicada en Abayarde Rojo a mediados de julio, época de plena efervescencia de las manifestaciones masivas exigiendo la renuncia de Rosselló, advertimos:

“ . . . por necesarias y justificadas que sean las manifestaciones frente al Capitolio o la Fortaleza, no son suficientes para atajar el problema fundamental.  Sin la organización de nuevas estructuras que le den una voz a la gente y les quiten el monopolio sobre el poder de hacer política pública de esa claque de corruptos, pueden haber todas las renuncias que exijamos pero no habrá cambio fundamental.   Todo este esfuerzo popular será en vano si lo único que se logra es una nueva cara impulsando la misma política.

Seguimos exhortando a las masas trabajadoras y de pobres – la gente humilde – a organizar nuevas estructuras desde las cuales podrían por primera vez empezar a formular – y eventualmente ejecutar – una nueva política pública como respuesta a la interrogante: Y después de que renuncie ¿qué?

Los sectores más políticamente conscientes de entre las masas trabajadoras y estudiantes en Ponce y Mayagüez, además de anticipar nuestra interrogante, han puesto en práctica unas medidas concretas para darle una respuesta.  

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