Se llevan a cabo redadas contra inmigrantes en grandes ciudades estadounidenses

Por Lidia López

Este domingo, la administración de Trump dio otro paso más en su campaña fascista dirigida por el momento contra los inmigrantes.  En cumplimiento con un anuncio previo, ICE comenzó a llevar a cabo una serie de redadas coordinadas para detener a inmigrantes no documentados en al menos nueve ciudades: Atlanta, Baltimore, Chicago, Denver, Houston, Los Ángeles, Miami, Nueva York y San Francisco; todas, con excepción de Atlanta, consideradas ciudades santuario.  Las redadas pautadas para New Orleans fueron suspendidas debido al huracán Barry. 

Las redadas supuestamente están dirigidas sólo a unas dos mil personas en unidades familiares con órdenes de deportación que han permanecido en EEUU.  Sin embargo, según altos funcionarios de ICE se anticipan arrestos y detenciones “colaterales» de personas a las que no se les han emitido órdenes de deportación.  Además, grupos defensores de inmigrantes han denunciado la práctica cada vez más común de no informar a las personas que existe una orden de deportación en su contra.

El anuncio de las redadas ha provocado gran preocupación entre inmigrantes, tanto “legales” como no documentados, así como sus defensores más allá de las ciudades nombradas.  En un informe reciente del New York Times resaltan las medidas de precaución que se están tomando en pueblos pequeños a través de EEUU. 

Estas redadas están teniendo lugar en medio de la detención de miles de inmigrantes – hombres, mujeres y niños – en campos de concentración a través de todo EEUU.  En varios informes recientes se han denunciado las condiciones infrahumanas a las que están sometidos estos miembros de la clase obrera internacional en los centros de detención además de la existencia de grupos fascistas dentro de las mismas agencias de la patrulla fronteriza, como el ya infame Soy 10-5 compuesto por 9.500 personas.  El operativo anti inmigrante del fin de semana también ocurre en el contexto de una serie de muertes altamente publicitadas de inmigrantes bajo la custodia de agentes de la patrulla fronteriza así como en el acto de cruzar la frontera.  Las muertes de Oscar Alberto Martínez Ramírez y su hija de dos años Valeria, ahogados en el río Bravo el mes pasado son un recordatorio de los peligros a que se exponen los trabajadores que se ven obligados a salir de países como El Salvador en busca de trabajo. 

Es preciso recordar que la ola anti inmigrante no se limita a EEUU.  El ascenso mundial de las fuerzas de la extrema derecha refleja la profunda crisis social y económica en la que se encuentra el capitalismo.  La creciente desigualdad social y la precarización del empleo a nivel mundial son el desenlace de un sistema económico social que agoniza.  Ante tal realidad, la clase dominante demagógicamente busca movilizar a los sectores más políticamente atrasados de la población para llevar a cabo su campaña de terror.

No obstante, la resistencia de los sectores de la población más conscientes, particularmente los trabajadores y estudiantes progresistas, se ha dejado sentir a través de numerosas vigilias y protestas contra las redadas anti inmigrantes.  En EEUU, además de manifestaciones públicas en varias ciudades, se han organizado redes de apoyo que incluyen asesoría legal y casas seguras para familias inmigrantes. 

En París este fin de semana, un grupo de inmigrantes no documentados, principalmente del África occidental, tomaron por asalto al monumento del Panteón en una protesta por el derecho de permanecer en Francia.  El grupo, auto denominado chalecos negros, en referencia a los chalecos amarillos que llevan a cabo una campaña de nueve meses en protesta contra las medidas de austeridad del gobierno derechista de Macron, anunció que permanecerá dentro del mausoleo de la Orilla Izquierda hasta tanto todos reciban documentos otorgándoles permiso para quedarse en el país. 

La defensa del derecho de los trabajadores inmigrantes a establecer su residencia y encontrar trabajo en el país de su elección es un principio fundamental del internacionalismo proletario.  Al igual que el capital, que se otorga a sí mismo el derecho de cruzar fronteras en busca de ganancias, la clase obrera internacional lucha por el derecho al trabajo y de hacerse una vida digna donde sea que surjan las oportunidades y bajo las condiciones de la garantía de plenos derechos democráticos.  Los ataques que se están llevando a cabo contra los inmigrantes, además de ser un intento de debilitar la unidad y la consciencia política de la clase trabajadora entera, representan un ensayo para la futura represión física de todos los opositores al régimen capitalista.

En este sentido, es preciso señalar como guardan silencio los mismos politiqueros en Puerto Rico que en los últimos días han expresado tanta indignación por las palabras soeces y las expresiones misóginas y homofóbicas de esa pandilla de delincuentes encabezada por Ricky.  Los hipócritas como Rivera Schatz, Jenniffer González y cía. que ahora se llenan la boca con esa prédica moral en calzoncillos sobre el respeto por el valor intrínseco de todo ser humano son defensores incondicionales del mismo Trump. 

¿Y los liberales de la pava?

Al igual que los demócratas en EEUU, cuya “oposición” a la extrema derecha no pasa de denuncias tibias y peticiones cobardes, los populares tampoco han hecho o dicho nada que valga la pena.  Recordemos que por mala que estén las cosas para los inmigrantes ahora bajo Trump, fue la administración previa de Obama, a quien muchos líderes populares ven todavía como un héroe, que se realizó el mayor número de deportaciones en la historia. 

La única fuerza social capaz de montar una oposición genuina al ascenso fascista son los trabajadores con conciencia de clase revolucionaria.  Dicha oposición sólo puede basarse en un programa revolucionario que es a la vez socialista e internacionalista.  

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