Por Rosa Rojas
Bajo el lema del “Parrandón de los Trabajadores” cientos de empleados del sector público marcharon desde el Departamento del Trabajo hasta las oficinas de la Junta de Wall Stret (JWS) en la milla de oro para denunciar reducciones en la aportación patronal a los planes médicos. En esta convocatoria participaron diversos sectores del servicio público: de energía eléctrica (UTIER), servicios de salud (UGT), UPR (APPU, HEEND) y otras ramas gubernamentales (SPT, CPT, FTPR, CS).
La movilización tuvo como objetivo denunciar la reducción a un mínimo de $100 de la aportación patronal al plan médico a todos los empleados públicos mediante la ley 26 del 2017, que mandata al gobierno a hacer el recorte si no logra identificar los fondos destinados para esto. Los trabajadores criticaron este recorte, que es de hecho una rebaja salarial que podría sobrepasar los $4,000 anuales, porque les afecta a nivel colectivo ya que sus familias son beneficiarios de la cobertura médica. Señalaron que estos recortes afectarán cerca de 100,000 empleados, que cuando se incluye a sus familiares ronda las 350,000 personas.
Incluso, el títere de Ricky, que ya se había justificado como defensor del empleo público al plantear que “era esto o eliminar 50,000 empleos”, anunció hoy oportunistamente la entrega del bono de navidad con la intención evidente de golpear la convocatoria sindical. Sin embargo, ahora los administradores del territorio tendrán que responder a la JWS por este atrevimiento, que definitivamente crea un descuadre de $85 millones en el ya descuadrado Plan Fiscal (PF), según ha reconocido la propia JWS.
Cabe destacar que el carácter “ingenioso y festivo” de la manifestación se enmarca dentro del conservadurismo que domina entre los dirigentes y otras capas burocráticas sindicales, quienes se encargaron de mantenerla dentro de parámetros aceptables para la burguesía. Aún con lo inofensiva de la convocatoria, la manifestación materializó la creciente tensión que existe dentro de diversos sectores de la clase obrera por la implementación del PF y el impacto que representará. En ese sentido, la protesta no fue solo por la reducción en la aportación patronal al plan médico, sino que planteó un rechazo abierto a toda la política fiscal implementada por los administradores del territorio de la mano de la JWS.
En los pasados meses se han ido suscitando protestas de diversos sectores laborales en contra de los ataques coordinados entre Ricky y la JWS, las cuales han ido subiendo de tono por las graves implicaciones que tendrán en sus respectivos talleres y los servicios públicos en general. Uno de los aspectos más relevantes de esta convocatoria es el hecho de que los trabajadores comienzan a enlazar elementos particulares que les vinculan a nivel general dentro de la ofensiva capitalista que amplía su visión más allá de su taller. Considerando esto, y contrario a otras convocatorias “amplias”, esta manifestación tuvo un carácter estrictamente obrero, lo cual también resulta positivo porque los trabajadores comienzan a verse como protagonistas en el proceso de lucha contra la clase capitalista.
Aún con todo lo positiva que pudo haberse catalogado esta manifestación, dentro de esta coyuntura la clase obrera sigue teniendo dos tareas fundamentales para poder avanzar en la lucha contra la clase capitalista y sus aliados. Primero, deben sostener una lucha sin cuartel contra las burocracias sindicales y todos los elementos oportunistas que dirigen las acciones sindicales hacia el barranco de las instituciones burguesas. Segundo, trabajar para vincular sus sectores laborales hacia la organización de clase independiente y así sobrepasar el ámbito de la lucha sindical hacia la lucha política abierta contra todo el régimen capitalista.
¡Organicemos consejos obreros!