1 de enero de 2019
Comisión Política
Partido Comunista de Puerto Rico
El Partido Comunista de Puerto Rico desea enviar un saludo revolucionario a la clase obrera y a las masas trabajadoras en Puerto Rico y todo el mundo en el comienzo de un nuevo año. Un año que estará plagado de grandes retos para las masas trabajadoras ante el incontenible avance de las cada vez más frecuentes y profundas crisis del sistema de explotación capitalista. Durante el 2018 pudimos ver nuevamente, como venimos observando hace más de 200 años, como se desdoblan las contradicciones de un régimen sanguinario que permite a un puñado de personas acumular riquezas inimaginables, mientras condena a la mayoría del género humano a la pobreza y marginación. Contradicciones que se agudizan por el hecho de que la concentración de esas riquezas solo causa mayor pobreza y destrucción ambiental.
Aun cuando la clase capitalista internacional pudiera “respirar aliviada” de que se libró de un colapso como el ocurrido en el 2008 con la crisis de las hipotecas subprime, el 2018 evidenció que esta enfrentará retos mucho mayores para mantener su régimen de explotación. La batalla entre monopolios por acceso a nuevos mercados, por arrebatarle otros a sus competidores, ha tenido desarrollos importantes durante el pasado año que solo auguran la agudización de guerras imperialistas que amenazan con arrastrar a la humanidad a una nueva conflagración mundial. La creciente animosidad entre las dos potencias imperialistas principales, China y EEUU; el cada vez mayor distanciamiento entre Europa y EEUU; el ascenso del fascismo en América Latina, EEUU y Europa son eventos destacables. Todos estos desarrollos demuestran una vez más que la clase capitalista no tiene nada nuevo que ofrecer a las masas trabajadoras del mundo. Más aún, muestran que se prepara nuevamente para manipular a las masas con el veneno del chauvinismo para esconder el fracaso del capitalismo y a la vez que la clase obrera sirva de carne de cañón para sus nuevas guerras de rapiña.
Mientras que, en el territorio de Puerto Rico, el gobierno de EEUU con su instrumento llamado la Junta de Wall Street (JWS), lleva de la mano a las marionetas del gobierno colonial a la implementación de las brutales medidas antipopulares contenidas en el dichoso Plan Fiscal. Ya este año se experimentaron fuertes recortes en todas las áreas de servicios públicos, y principalmente en educación y en beneficios marginales a los trabajadores del sector público. Estas medidas antipopulares también golpearon a otros sectores obreros del sector privado con la reforma laboral, que significó una mayor precarización del trabajo, particularmente a nuestra juventud trabajadora. La aprobación de la reforma contributiva solo confirmó la sumisión de la chusma corrupta que administra el territorio a los dictámenes de la clase capitalista nacional e internacional de defender sus intereses colocando el peso de toda esta reorganización económica sobre los hombros de las masas obreras.
Todo este plan responde a satisfacer la voluntad de la clase capitalista internacional y sus parásitos financieros a restablecer al territorio como centro de circulación de capitales mediante la emisión de nueva deuda y la privatización de los haberes públicos como método de ampliación de su capacidad para contraer deuda. El otro puntal de este plan es sin duda el abaratamiento del trabajo, mediante reducciones salariales, su variante en reducción de beneficios marginales, la extracción de representación laboral en las juntas de retiro son sus elementos más sobresalientes. El discurso de que estas medidas tienen como objetivo “estimular el crecimiento económico y atraer inversiones a la isla” no es más que una artimaña de los capitalistas para que la clase obrera se doblegue mansamente. No obstante, el aumento de las tensiones laborales que se desarrollaron este año es un indicativo de las luchas que se perfilan. Aun cuando todas estas manifestaciones todavía están supeditadas al control de las burocracias sindicales, encierran el potencial de transformarse de luchas económicas en otras de carácter político.
A pesar del sombrío panorama que ofrece el régimen capitalista en la actualidad, partimos del firme convencimiento de que solo la clase obrera es la única capaz de transformar revolucionariamente esta realidad. Es la única capaz de dar al traste con este sistema inhumano y construir una sociedad superior, la sociedad socialista, que priorice las necesidades y aspiraciones de las mayorías frente a la sed de lucro de una minoría ociosa. Este convencimiento no parte de un capricho de los comunistas, sino de lo que ha sido la historia y el papel de la clase obrera en su desarrollo. Por esto y muchas razones más deseamos que el próximo año sea uno de avances organizativos y de la lucha revolucionaria para la clase obrera que nos acerque más a la sociedad que aspiramos.
¡Revolución o sometimiento!
¡Comunismo o barbarie!