Publicamos a continuación una aportación de uno de nuestros simpatizantes. Los planteamientos contenidos en este escrito son tema de discusión y debate internos por lo tanto las posturas expresadas son del autor y no reflejan la posición oficial de nuestra organización. Como siempre, invitamos a nuestros lectores a someter sus opiniones a través de los comentarios o cartas a la redacción.
Por Prometeo Negro
Government is a business, and its most important customers are the rich. (El gobierno es un negocio, y sus clientes más importantes son los ricos.)
Jesse Barron, periodista radicado en Los Ángeles
Hay veces en la vida cuando alguien, involuntariamente, le presta un gran servicio a una causa con la cual puede o no identificarse. Ese ha sido el caso del periodista Jesse Barron, quien acaba de publicar un artículo en la revista GQ sobre los beneficiarios de las Leyes 20 y 22 y la condición de Puerto Rico como paraíso fiscal para los ultra ricos. (Se recuerda que la Ley 20 permite a corporaciones que exportan servicios desde Puerto Rico a EEUU pagar impuestos de 4% mientras la 22 convirtió a la colonia en la única jurisdicción de EEUU donde no se pagan impuestos sobre ingresos derivados de dividendos, intereses y las ganancias del capital, capital gains.
No sabemos si el señor Barron guarda sentimientos socialistas pero independientemente de su perspectiva política le tenemos una deuda inmensa. Con la publicación de su más reciente escrito, el enlace para el cual incluimos aquí para nuestros lectores que lean el inglés, Barron ha logado pintar un cuadro vívido no sólo del elemento humano que ha llegado a ocupar una vida inmune a las luchas diarias de las masas en Puerto Rico, sino también la injusticia descarada de los sinvergüenzas que administran la colonia. De hecho, tan valioso es el cuadro que pinta el señor Barron con sus relatos que no nos avergüenza reproducir largos extractos del original traducidos al español para nuestros lectores.
El Sr. Barron comienza con un relato de una fiesta privada a la que asistió el mayo pasado en uno de aquellos almacenes del Viejo San Juan recién convertidos en una galería. Ahí, en una actividad conocida como cocktails and compliance, un grupo de las 1.500 personas cobijadas bajo las leyes 20 y 22 desde 2012 se da cita para comer, beber y escuchar a personas como David Marshall Nissman, ex fiscal federal de las Islas Vírgenes que ahora asesora a los ricos sobre cómo evadir impuestos. Los asistentes, según nos relata Barron, “entraron a un ascensor de carga con alfombra roja, donde los bartenders les servían sangría” antes de deleitar sus manjares y licores lujosos.
Según Barron nos resume el mensaje de Nissman:
“Para cumplir con la Ley 22 . . . todo se reduce a lo que todos califican como ‘haciendo días’. Si pasas menos de 183 días del año en la isla, los federales pueden recobrar todos los impuestos que no pagabas. La buena noticia es que hay muchas maneras de obedecer si no el espíritu, la letra de la ley. Hay la regla de un minuto: un solo minuto en la isla cuenta como un día entero para el IRS (Hacienda federal). Puedes aterrizar tu avión privado, coger un recibo en el Starbucks del aeropuerto, y entonces seguir hasta las Islas Vírgenes para cenar. Además, el gobierno local puede ser muy servicial: en el 2017 todos los exiliados impositivos (eufemismo que usan para describirse) en Puerto Rico recibieron un premio de 117 días a causa de María.”
Como parte de su investigación, Barron entrevistó a Rob Rill, un evasor impositivo en Puerto Rico que se hizo rico en el mercado de capital privado y cuyo grupo, 20/22 Act Society, es anfitrión de las fiestas privadas semanales ‘cocktails and compliance’. Antes de establecerse en Puerto Rico, Rill residió un tiempo en las Islas Vírgenes, otro paraíso fiscal en el Caribe.
Según le contó Rill al periodista Barron:
“Fui entre los primeros diez que se establecieron aquí bajo la Ley 22, dijo tomando su asiento en un salón de conferencia con paredes rojas. Literalmente, no había nadie aquí. Su contador, Jorge Kuilan, se sentaba a su izquierda vistiendo una camisa paisley y una sonrisa críptica.
“Rill quería convencerme que las leyes fueron un beneficio económico para la isla. Los evasores impositivos crearon empleos para puertorriqueños como Kuilan. (Según el gobierno, las dos leyes han creado 12.000 nuevos trabajos de una fuerza laboral de 1,1 millones) . . . Mientras hablaba, su chef privado entró al salón de conferencia. Cargaba platos de branzino (robalo mediterráneo), lentejas, calabacín y champiñones, preparados – según explicó Rill – de acuerdo con los principios del manual dietético How Not to Die . . . “
Barron continúa:
“Como regla, los evasores impositivos en Puerto Rico viven en uno de dos vecindarios. La gente soltera favorece el Condado, el cual tiene acceso a hoteles, barras y clubes. La gente casada como los Rill prefiere la Playa de Dorado donde el Ritz-Carlton opera un enclave hotelero y residencial. En Dorado, los Rill compraron dos unidades las cuales combinaron. Me dicen que tengo el condominio más grande en la isla, dijo Rill. Yo estoy en 8.000 pies cuadrados. (Las leyes antes requerían que beneficiarios compraran propiedad, pero tal como otros requerimientos – incluyendo una estipulación de emplear a cinco residentes locales – fue borrado por revisiones subsiguientes con el objetivo de inducir a más gente rica a mudarse.)”
Otro que Barron entrevistó fue Mark Gold, un evasor impositivo que reside en una de la propiedades del Ritz Carlton en Dorado. Gold no tuvo ningún reparo explicar lo que había detreas de su decisión de establecerse en Puerto Rico. Yo estaba investigando diferentes paraísos fiscales; Andorra, Lichtenstein, Monaco. Pero el problema es, tienes que entregar tu pasaporte estadounidense. Cuando me enteré de esto, era demasiado bueno para ser verdad. Pero es verdad. Yo vivo en el paraíso. Vivo en el Ritz Carlton. Manejo mi carrito de golf al club de la playa para desayunar. Y entonces voy a mi clase de yoga en la playa. Gold le contó a Barron alardeando: El tipo del que compré mi casa pagó $1,3 millones . . . Yo pagué $2,6M. Mis impuestos inmobiliarios son $4.000 anuales. No han hecho una tasación nueva desde 1957, al que Barron respondió atónito, ¿Qué? Gold le contestó con tono de desafío arrogante, Vete, imprime eso. Quizás se dan cuenta de eso. Al preguntarle el impacto que tuvo María sobre él y sus vecinos, lo más que lamentaba Gold fue que habían cerrado el spa del Ritz.
Vale recordar que durante los días más difíciles de María, cuando las masas desesperadas tenían hambre, el Ritz Carlton contrató a una agencia privada de seguridad con armas para proteger a sus terrenos en Dorado Beach.
Otra figura que Barron entrevistó para su artículo fue Brian Tenenbaum, un desarrollador inmobiliario que desde 2014 tiene operaciones en Puerto Rico. Su oficina está ubicada en Santurce. Tenebaum se especializa en la compra de propiedades distressed, deterioradas y con dueños embrollados, a grandes descuentos.
Barron nos relata de una tarde en que Tenenbaum lo llevó a ver varias de sus propiedades en el camino a una reunión de almuerzo con un potencial cliente:
“’¿Ves?’, dijo Tenenbaum mientras brincamos sobre una de las calles llenas de boquetes, y por semáforos defectivos. ‘Bombardeado, bombardeado, bombardeado, abandonado, abandonado. Aquí estamos arreglando esto.’
“Al otro lado de la orilla del mar, cercado, vimos varias cuadras de esqueletos de concreto. Estos, dijo Tenenbaum, eran un nuevo proyecto ubicado donde previamente fueron destruidas miles de unidades de vivienda pública. Los nuevos edificios tendrían 200 o 300 apartamentos más grandes, algunos a precio de mercado y otros subsidiados. ‘Es el nuevo modelo de cómo se hace vivienda asequible’ dijo . . . Tenenbaum arrendaría ahí estudios en $1.800.
No menos significativo del relato de Barron fue el perfil del cliente que se reunió con Tenenbaum para almorzar: un explorador de un fondo de cobertura que había venido a la isla para hablar con autoridades de la administración sobre la deuda y la red eléctrica. Al reflexionar sobre sus experiencias en Puerto Rico, Barron llegó a la siguiente conclusión:
“Traté de imaginar la ciudad a través de los ojos de este explorador y sus clientes del fondo de cobertura. Tan pronto hice eso, Robb Rill y Mark Gold, y aun las leyes mismas (20 y 22) parecían una distracción para lo que realmente pasaba en Puerto Rico. Había fuerzas actuando que no tenían interés en los impuestos inmobiliarios en el Ritz o en cuál de las piscinas uno nadaba los sábados. El dinero de verdad hablaba directamente con el gobierno sobre la red eléctrica y la deuda, cuestiones determinantes para la economía. Las leyes sólo reflejaban la realidad de que el gobierno es un negocio, y sus clientes más importantes son los ricos.”
Barron también se entrevistó con José Pérez-Riera, oficial de la administración de Fortuño y el arquitecto de las leyes, además de Manuel Laboy Rivera, para entender la perspectiva de la administración colonial. “En algún momento, vamos a tener 10.000 individuos. Imagínate ese nivel de desarrollo. Esto es el comienzo de la historia” le dijo Pérez Riera. Por su parte, Laboy Rivera nunca ha rechazado una aplicación para cobijarse bajo las leyes 20 o 22. Es preciso destacar que tanto los administradores PNP como los del PPD han sostenido la política de proteger a los ultra ricos, concediéndoles exenciones contributivas, mientras imponen a las masas trabajadoras cargas insoportables.
Les traigo esta perspectiva de un periodista desde Los Ángeles al PCPR y los lectores de Abayarde Rojo. Es la perspectiva de alguien de afuera que, quizás por eso, tiene más acceso a lo que es para la inmensa mayoría de personas en Puerto Rico, una comunidad subterránea e inaccesible. Como dije, el cuadro que nos pinta Barron es valiosísimo. Trae a la luz la injusticia descarada de un gobierno que les concede concesiones fiscales a los ultra ricos evasores impositivos de afuera mientras se les impone a las masas trabajadoras un sinnúmero de impuestos para satisfacer la avaricia de los buitres financieros internacionales.
Debe tener presente esta injusticia cada trabajadora y trabajador que se levanta bien temprano por la mañana y se faja el día entero para llevar sustento a su casa; cada jefa o jefe de familia, obligado a hacer de tripas corazones para cuadrar los gastos básicos del hogar cada mes; cada familia víctima o en riesgo de una ejecución hipotecaria además de los que están al punto de tener que dejar a su país porque ya no se puede; cada estudiante obligado por presiones económicas a abandonar sus estudios y sacrificar sus sueños para buscar trabajo en lo que sea; y, sobretodo, cada ciudadano al que el gobierno criminal le moraliza con su prédica hipócrita de ‘sacrificios compartidos’ para justificar medidas impositivas regresivas y odiadas, como el IVU, con el único propósito de satisfacer a los parásitos financieros.
Desde la perspectiva de la gente trabajadora, sólo hay una respuesta digna: la huelga contributiva. Si los ultra ricos ya se han declarado en huelga contra los impuestos ¿Por qué nosotros no?
Desde ahora, es impermisible para un ciudadano consciente pagar impuestos a un régimen criminal como el que administra la colonia. Que esto sirva de llamado a todas las organizaciones progresistas en Puerto Rico a unirse a estos esfuerzos.
¡Organicemos la huelga contributiva en masa!
Saludos camaradas:
Luis ha argumentado desde el interés de la clase trabajadora y lo felicito por ello y también por su participación.
La propuesta de la huelga contributiva como consigna y táctica para un Partido Comunista en estos tiempos en Puerto Rico es errónea en sí y una pérdida de esfuerzos y tiempo cuando hay tácticas más urgentes que deben adoptarse.
• La clase trabajadora se le hace impráctico e imposible boicotear los impuestos. Solo comerciantes (pequeños y medianos) están en posición de montar un boicot, y cuidado si este es exitoso; porque es un hecho que la base de contribuyentes en Puerto Rico desde hace tiempo está contrayéndose a pasos agigantados. La cabeza dirigente de una huelga de esta naturaleza–visto desde la cuestión de clase que debe animar la línea, estrategia y táctica de un partido comunista que funcione de guía para la clase obrera—son las capas y sectores en Puerto Rico que tengan negocios en pequeña o mediana escala (los grandes sabemos que están fuera del juego puesto que la legalidad burguesa está diseñaada para eximirlas del pago de impuestos, ie. Walmart).
• Dicho lo anterior, la clase trabajadora no tiene forma de liderar ni colocarse a la cabeza de un movimiento de esta naturaleza porque solo estarían dando apoyo desde la periferia a una capa de la sociedad que solo pretende una mejor distribución de la crisis misma capitalista, un margen de alivio, no su superación.
• Además, objetiva y materialmente hablando, pone al Partido Comunista a poner a los trabajadores a protestar «dejando de hacer» una protesta por omisión cuando hay tanto ofensivamente que nos toca hacer (acciones positivas en contra de la austeridad, por ejemplo, ir a los centros de trabajo, ir a los barrios). Esta huelga también expone a los trabajadores consecuencias de mayor precariedad (multa por no pagar planilla) sin que ello le de algo a cambio (mas austeridad en los salarios, pensiones). En fin, el Partido propulsaría colocar a los trabajadores en una situación de cola y la retaguardia de un reclamo burgués. Sabemos que las reformas contributivas son ejemplo de la vía capitalista para redistribuir su crisis. Nuestra vía es la del pueblo explotado en Puerto Rico, no la del capitalismo reformándose y buscando vías de recuperación para expoliar mas y mas nuevamente nuestro trabajo.
• Cuando las tácticas o campañas políticas ponen a la clase trabajadora como la cola de los comerciantes y otros capitalistas menores, aunque sean colocados por la propia dinámica misma del sistema en una posición antagónica con el gran capital, estamos prácticamente rezagándoles y rezagándonos nosotros a meros actores de reparto, no protagonistas. Estaríamos abandonando el rol de vanguardia de la clase trabajadora contra el capitalismo. El rol de un Partido Comunista es llevar su clase a reconocer su poder y llevarlo hacie éste, a darle guerra a los capitalistas. El rol de un PC no es entretenerla con actos pasivos de resistencia que históricamente se carácterizan por quejas y llantenes de la pequeña burguesa por el propio caos contradictorio que el sistema crea.
Por un Puerto Rico para la clase obrera, R.
¡Saludos!
Gracias Prometeo Negro por compartir esta información que ciertamente como mencionas es valiosísima. Remitiéndonos a Marx, decía y con plena verdad, que el estado moderno es una junta que administra los negocios de la burguesía.
“El gobierno es un negocio, y sus clientes más importantes son los ricos.” – Jesse Barron
El planteamiento de Barron es uno reduccionista en tanto habla del gobierno y lo reduce a una relación de simple negocios; deja fuera de su premisa la base donde el gobierno toma forma, es decir, el estado moderno. Partiendo de la premisa de Barron, entonces se podría decir que cambiando la perspectiva del gobierno y reformándolo, podríamos hacer que no tuviese un carácter de «negocio» y fuese uno «justo» e «imparcial» hacia todas las clases sociales. Es decir, que si el gobierno cambiase de perspectiva y sus clientes más importantes serían los pobres y/o masas trabajadoras, pues ya no tendríamos problema con el Estado capitalista porque “sirve” a los intereses de la mayoría. El gobierno (hablando en la sociedad capitalista), que es el conjunto de instituciones donde el Estado moderno toma forma e imparte la dominación clasista en la sociedad capitalista, responde y siempre responderá a los intereses de la clase capitalista. El sistema de gobernanza capitalista es producto de unas relaciones sociales de producción (las relaciones de producción capitalista) que necesitan ser mantenidas y organizadas mediante leyes, decretos y reglamentos para mantener la sociedad capitalista en funcionamiento y orden (orden a los intereses capitalistas, claro está). Detrás de todo el andamiaje de gobernanza capitalista, se encuentra la base de esta: el estado moderno capitalista (que es irreformable a los intereses de las masas trabajadoras).
Debo expresar que estoy en desacuerdo con tu planteamiento de huelga contributiva, en la forma en cómo la concibes para la lucha de las masas trabajadoras. Explicaré mi posición.
Las luchas economicistas que surgen dentro de las masas trabajadoras son naturales en ella ya que es una respuesta inmediata a los embates que da el capitalismo a los desposeídos. La huelga contributiva es una lucha economicista (y es una de tantas que se pueden dar), pues es una respuesta esencialmente económica e inmediata a lo que planteas en tu conclusión: “Si los ultra ricos ya se han declarado en huelga contra los impuestos ¿Por qué nosotros no?”. La huelga contributiva puede ser una lucha de táctica y válida en circunstancias específicas, mas no es una lucha absoluta y única, y es precisamente en esta parte es donde radica mi mayor disensión con tu concepción de la huelga contributiva.
“Desde la perspectiva de la gente trabajadora, sólo hay una respuesta digna: la huelga contributiva.”
Reducir la lucha de las masas trabajadoras a solo una lucha economicista, es abandonar la lucha política que pueden ejercer las masas trabajadoras en la sociedad capitalista. Aceptar la huelga contributiva en la forma en como la concibes es abandonar la concepción revolucionaria proletaria y reducir la lucha a un proceso de reformas socialdemócratas y desaciertos temporales que puedan percibir las masas trabajadoras de las acciones del gobierno. No es una cuestión de dignidad o moralidad, es una cuestión de táctica y debe ser concebida siempre a que sirva a una formación de conciencia de clase revolucionaria-proletaria. El objetivo de los marxistas-leninistas es transformar e impulsar las luchas economicistas a luchas políticas donde las masas trabajadoras revolucionarias se formen y se organicen para la toma del poder.