Por Rosa Rojas
Ayer 10 de septiembre la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND) anunció en conferencia de prensa en el Jardín Botánico oficialmente el inicio de una jornada de protestas para detener las medidas contenidas en el Plan Fiscal revisado.
Además de la conferencia, hubo una manifestación en el Recinto de Ponce frente a las oficinas de la administración universitaria al son de cacerolas y cucharones exigiendo se detenga la puesta en vigor del PF. La organización sindical también urgió a toda la comunidad universitaria, empleados, docentes y estudiantes a defender sus derechos y unirse en contra el atropello de la educación pública.
Ya desde el pasado viernes, la HEEND comenzó sus movilizaciones con una manifestación en la Administración Central de la UPR para “declararle a la Junta de Control Fiscal una guerra contra el hambre”. Esto en alusión a las medidas que contiene el PF que fue enmendado por exigencias de la JWS que contempla una reducción presupuestaria de las asignaciones gubernamentales de $2,732 hasta $1,748 millones. Es decir, una reducción de más de $1,000 millones.
Otros recortes que denunció la HEEND que se incluyen en esta nueva versión del PF incluyen:
-Eliminación exención de matrícula.
-Aumentos de matrícula para estudiantes subgraduados y graduados.
-Reducción de becas.
-Consolidación de recintos.
-Reducción de personal y congelación de plazas para el periodo de 2019-2023 (-16%).
-Reducción progresiva de las pensiones.
-Eliminación del Sistema de Retiro de la UPR
-Reducción de aportación patronal al plan médico (-$200).
-Eliminación del bono de navidad.
-Eliminación de 90 días del “enfermito”.
-Eliminación de diferenciales, bonificaciones y del fondo especial de $540.
Resalta, tanto en su propaganda, como en la movilización de sus matrículas, un cambio positivo en la táctica de la dirección de la organización. Por un lado, han cambiado la orientación exclusiva de su denuncia de Walter Alomar, ampliándola hacia la JWS y añadiendo otros reclamos de carácter sindical y estudiantil de otros sectores de la comunidad universitaria. Como señalamos en las pasadas semanas para el inicio del año académico:
“Aun reconociendo que la HEEND ha entrado finalmente en contradicción con sus patronos de la administración, comete el error de personalizar la controversia dirigiendo sus ataques hacia Walter Alomar. Esta personalización pudiera servir de mecanismo de agitación a sus matrículas, pero se queda corta al no señalar que el enemigo se esconde tras la administración universitaria y que la controversia va mucho más allá de las exenciones de matrícula para su prole. Esta visión contribuye a la fragmentación de la lucha y los aísla frente a los reclamos de otros sectores laborales y estudiantiles.”
Por otra parte, también resulta un cambio positivo que se hayan decidido a impulsar un proceso de lucha independientemente de las acciones que pudiera realizar el movimiento estudiantil. Es decir, asumir un papel dirigente e independiente. Es decir, asumir un papel dirigente e independiente. Sin embargo, esta táctica, aunque correcta, encierra a su vez grandes peligros, ya que para que el proceso de lucha tenga profundidad requerirá la colaboración con otros sectores laborales y estudiantiles. Para avanzar en ese proceso, será necesario vencer las trabas existentes entre esos componentes y comenzar a construir instancias organizativas que sobrepasen el ámbito de la movilización individual.
Por el momento, felicitamos a la matrícula de la HEEND por la iniciativa y exhortamos a los otros sectores laborales y estudiantiles a fortalecer lazos dirigidos a construir organización independiente que detenga los planes de desmantelamiento y elitización de la educación pública superior. En ese sentido, cobra mayor relevancia nuestra propuesta de los consejos obreros, instancias que sobrepasen el ámbito sindical y proyecten la lucha obrera al ámbito político.
¡Organicemos consejos obreros!