1 de mayo de 2018
Comisión Política
Partido Comunista de Puerto Rico
¡Trabajadoras y trabajadores! ¡Camaradas! Hoy conmemoramos el primero de mayo. Es el día en que todos los elementos conscientes de la clase obrera a través del mundo se levantan para reivindicar al unísono su emancipación de la miseria impuesta por el orden capitalista.
De sus orígenes humildes en los Estado Unidos, el primero de mayo ha llegado a simbolizar la lucha internacional de las masas proletarias para construir una nueva sociedad; una sociedad más justa, libre de pobreza e inseguridad, el azote de la guerra y la destrucción medioambiental, un mundo liberado también de la tiranía de políticos en el servicio de las sanguijuelas capitalistas.
Durante los últimos años en particular, el significado del primero de mayo ha cobrado aun más importancia para las masas proletarias del mundo. La intensificación de la competencia entre potencias capitalistas, cada una con su intento de despojar a sus rivales de mercados y oportunidades de ganancias, ha resultado en una imposición más feroz de cargas sobre las masas proletarias. Ya las políticas de austeridad, en que los gobiernos capitalistas imponen reducciones salariales y recortes de beneficios marginales mientras desmantelan programas sociales para los vulnerables son muy conocidas a través del mundo. Las masas del mundo sufren estas penurias mientras una ínfima minoría goza de riquezas jamás imaginables a través de la historia.
En un país tras otro, los gobiernos capitalistas no sólo están rompiendo el antiguo ‘contrato social’ de las llamadas democracias liberales, sino también intentan volver las condiciones laborales y de vida de los trabajadores a los años de las primeras manifestaciones del primero de mayo hace más de 100 años atrás. A pesar de todos los avances de la tecnología moderna ocurridos dentro de su sistema, en lo que concierne al ámbito social y político los capitalistas representan las fuerzas del atraso. Bajo su sistema la enorme riqueza producida por las masas de la humanidad se monopoliza dentro de pocas manos o se derrocha en la violencia estatal y las guerras depredadoras.
Sin embargo, ante todas estas embestidas capitalistas, los proletarios en todo el mundo, que son las verdaderas fuerzas del progreso, se despiertan y alzan, valientes. Los proletarios no sólo se oponen a las políticas reaccionarias impuestas por los gobiernos de los buitres y sanguijuelas capitalistas sino también empiezan a cuestionar cada vez más todo el orden capitalista. Esto se ha visto durante las últimas semanas en las luchas significativas llevadas a cabo por los maestros a través de EEUU, el caribe y Argentina, los trabajadores industriales y del sector público en Alemania y Francia, y los trabajadores de salud en varios países africanos, para nombrar sólo algunos lugares.
Puerto Rico no permanece ajeno a estas realidades. De hecho, la acelerada putrefacción del ELA, como consecuencia del empeoramiento de la crisis general del capitalismo, ha provocado por un lado una toma de conciencia masiva de la necesidad de cambios profundos y, por el otro, la creciente preocupación de un gobierno local cuya impotencia se quedó al desnudo con la imposición de la Junta. La implantación por el imperialismo de una Junta no electa en Puerto Rico representa sólo una expresión particular se cómo la clase capitalista a través del mundo ha abandonado toda pretensión ‘democrática’.
El renovado interés de las masas proletarias en Puerto Rico en las celebraciones del primero de mayo es como un barómetro de su creciente conciencia de clase. Aun aquellos trabajadores todavía bajo la influencia de tendencias políticas reaccionarias como la que promueve el PNP se ven en la obligación de participar de los eventos del primero de mayo. Ya ningún líder sindical u organización obrera, si quiere mantener legitimidad ante las masas proletarias, puede faltar durante estas actividades.
Mientras que los gobiernos capitalistas en el pasado trataban de relegar el primero de mayo al olvido, en muchos países ahora se ven obligados a organizar contingentes de trabajadores «pro capitalistas» en un esfuerzo por desvirtuar los eventos del día internacional de los trabajadores. Pero nada de esto debe disuadirnos.
La pregunta vital para los trabajadores sigue siendo, ¿qué hacer?
Las masas proletarias tienen que perseguir una política independiente de toda influencia capitalista. Ya no pueden más depositar su fe en los políticos «progresistas», cuya lealtad está siempre con una u otra sección de la clase capitalista, o los llamados “líderes” obreros que predican la cooperación con los capitalistas. Por tal razón llamamos a los trabajadores a expandir su lucha más allá de las peticiones a los legisladores o las marchas a las capitales estatales.
Más que nada lo que falta es organización. Ante la nueva situación, las masas proletarias necesitan nuevos instrumentos, propiamente suyos, no sólo para discutir sus demandas y coordinar sus luchas, sino también para empezar a ejercer su poder colectivo. Todo el aparato político existente de la sociedad capitalista se ha caducado. No hay nada de ello que valga la pena resucitar, particularmente en Puerto Rico donde el ELA se encuentra en estado de putrefacción avanzado.
El futuro de la humanidad está en manos de la clase obrera, la única fuerza de progreso en la sociedad. En la medida en que los proletarios mismos cobren conciencia de su fuerza y se organicen para ejercerla los vientos del cambio soplarán en dirección progresista.
¡Qué sea este primero de mayo, día de la clase obrera internacional, el comienzo de la nueva organización revolucionaria de las masas proletarias con cuyas manos se construirá una nueva sociedad!
¡Viva la clase obrera internacional!
¡Gloria eterna a los mártires de Haymarket!
¡Construyamos consejos obreros!