Toys “R” Us sucumbe ante presiones de monopolios y el capital financiero

Por Luis Soto

 

La liquidación de todas las operaciones de Toys “R” Us  a través de EEUU y Puerto Rico sigue un patrón ya conocido que está afectando a las megatiendas tradicionales de “ladrillo y mortero”.  Cadenas como Sears y JC Penney, entre otras más, se encuentran bajo la misma amenaza.  En el caso particular de Toys “R” Us, el cierre de 735 tiendas en EEUU, incluyendo las tres que quedan en Puerto Rico, dejará a aproximadamente 33 mil personas sin trabajo.  El futuro de sus operaciones internacionales también permanece incierto.

Muchos medios han señalado al poder monopolista de gigantes en línea como Amazon como el  factor principal detrás de la desaparición de cadenas de «ladrillo y mortero» como Toys «R» Us.  No hay duda de que las compras en línea han revolucionado el comercio al detal.  Se recuerda que Amazon, infame por la imposición de condiciones laborales brutales y salarios miserablemente bajos a sus trabajadores de almacenaje y distribución, un alto porcentaje de los cuales que son empleados temporeros sin beneficios, ha logrado controlar alrededor del 30% de las ventas al detal en EEUU en un período de tiempo relativamente corto.  El éxito meteórico de la empresa fue sin duda facilitado por un contrato de $600 millones otorgado por la CIA en 2013 para desarrollar tecnología de nube para compartir información entre las agencias de inteligencia estadounidenses.  Los vínculos entre este gigante de Internet y los aparatos represivos e ideológicos del Estado capitalista –  Jeff Bezos recientemente compró el The Washington Post – se han fortalecido desde entonces.

Sin embargo, la clausura de Toys «R» Us no se debe exclusivamente a la competencia del mercado de gigantes en línea como Amazon y en grado menor Walmart.  Como muchas otras cadenas comerciales al detal, la compañía acumuló enormes niveles de deuda mucho antes de que Amazon le planteara una amenaza.  En el 2005 sus bonos fueron degradados a chatarra y al año siguiente la compañía se volvió blanco de atracadores corporativos (corporate raiders) cuando un trío que consistía de dos firmas de capital privado, KKR, Bain Capital y una firma inmobiliaria Vornado la adquirió por $6.6 mil millones.  La deuda de $5.3 mil millones que le quedó, garantizada por los activos de la compañía en un ambiente de intensificada competencia, nunca fue saldada.  Tan es así que el año pasado, Toys “R” Us estaba pagando $400 millones anuales sólo en servicio de deuda.  No en balde los miserables salarios que pagaba y el deterioro del mantenimiento de sus tiendas.

La presión ejercida por monopolios por un lado y el capital financiero por el otro representa tendencias que son inherentes a la economía capitalista.  En el análisis final, estos conflictos representa la lucha incesante entre diferentes sectores de la clase capitalista (por ejemplo, uno que se enriquece prestando, el otro que vive de la diferencia entre los precios por mayor y al detal) por apropiarse de mayores porciones de la riqueza que producen las masas obreras.

La prensa capitalista, de manera típica, ha lamentado el impacto de liquidaciones como la de Toys “R” Us sobre la propiedad comercial y los alquileres en particular.  En Puerto Rico, ya se está elaborando un plan para proteger los intereses de la propiedad comercial como los Fonalledas en Plaza las Américas y el Simon Property Group de Premium Outlets en Barceloneta.

Sin embargo, nada similar será organizado para los 150 trabajadores que perderán sus empleos.  La inmensa mayoría de estos trabajadores laboraban como temporeros y a tiempo parcial, sin beneficios reales o protecciones.  Como denunciamos recientemente después del anuncio del cierre de Sam’s Club en Puerto Rico, el departamento del Trabajo ha demostrado ser incapaz de resolver nada para los trabajadores.  A los cesanteados se les ofrecerá “orientación” que incluye cómo aplicar para los beneficios de PAN, aunque de seguro muchos empleados a tiempo parcial ya reciben esta ayuda.  De todos modos, PAN es un programa al que el mismo Rosselló anunció recientemente que le impondrá recortes severos.

El caso de Toys “R” Us demuestra una vez más que mientras se movilizan todos los recursos del Estado para proteger a los capitalistas, los trabajadores cesanteados quedarán abandonados a su suerte.  Tal es la verdadera cara de la sociedad capitalista.  Tal es la razón por la cual luchamos por superarla.

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