Por Mireya Cárdenas
«La antigua sociedad se [basa] en el siguiente principio: saqueas a tu prójimo o te saquea él; trabajas para otro, u otro trabaja para ti; eres esclavista o esclavo. Es natural que los hombres educados en semejante sociedad asimilen (…) la idea de que no hay más que amo o esclavo (…) en una palabra, hombres que se ocupan exclusivamente de lo suyo sin pensar en los demás.
Si yo exploto mi parcela de tierra, poco me importan los demás; si alguien tiene hambre, tanto mejor: venderá más caro mi trigo. Si tengo mi puestecito de médico, de ingeniero, de maestro o de empleado, ¿qué me importan los demás? Si me arrastro ante los poderosos, es posible que conserve mi puesto y a lo mejor pueda hacer carrera y llegar a ser burgués. Esta psicología, esta mentalidad no pueden existir en un comunista. Cuando los obreros y campesinos demostraron que somos capaces con nuestras propias fuerzas de defendernos y de crear una nueva sociedad, en ese mismo momento nació la nueva educación comunista, educación creada en la lucha contra los explotadores (…) contra ese estado de espíritu y esas costumbres que dicen: «Yo busco mi propio beneficio y lo demás no me interesa.» V.I. Lenin, en su discurso Tareas de las Juventudes Comunistas del 2 de octubre de 1920.
Así describió Lenin el comportamiento que refleja la moralidad y “valores” de la clase burguesa. Keleher, la supersecretaria, nos brinda un modelo ejemplar. Como buena representante de Wall Street, su visión empresarial y de lucro informan la reforma educativa en curso; y su gestión como supersecretaria es en exclusivo beneficio personal y el de sus socios de negocios, sin interesarle en lo más mínimo las consecuencias del saqueo que ella instrumenta en la vida de los maestros y los estudiantes.
Tras haber anunciado en noviembre pasado el infame plan de descentralización para afianzar el robo capitalista y asegurar la desaparición del sistema público; en estos días Keleher ha sido objeto de escarnio mediático al defender con un “iporque sí!” el contrato que otorgó el 22 de diciembre pasado a la empresa Joseph & Edna Josephson Institute of Ethics por 16.9 millones de dólares. Para defender este proyecto, Keleher también ha mostrado una actitud irrespetuosa y desafiante hacia maestros y trabajadores sociales, quienes desde la precariedad que caracteriza al sistema de educación pública procedieron a cuestionarla sobre este exorbitante contrato.
La elección de la empresa no parece haber sido muy difícil. Trascendió en la prensa territorial que ya esta misma empresa en el 2010 había guisado con otro contrato millonario bajo la administración de Luis Fortuño mediante un plan piloto con la marca registrada “Tus Valores Cuentan”. Por este primer proyecto piloto, se contrató en aquella ocasión a la misma empresa por más de seis millones para enseñarles a los estudiantes los mismos “valores cívicos”. Keleher no ha podido mostrar evidencia externa de lo que ella alega que fueran “buenos resultados” del primer proyecto en el 2010 que justifican el gasto del proyecto actual.
Del nuevo tumbe disfrazado de nuevo proyecto – renombrado ahora como “Desarrollando Carácter” para poder asegurar el uso de fondos federales de tipo «carry over» – se espera que estos mercaderes socios de Keleher en cinco meses capaciten a profesionales y educadores del sistema de educación pública e impacten sobre mil planteles escolares a fin de implementar un “proyecto de prevención e integración del tema de los valores a las materias de Español, Inglés, Matemáticas y Ciencias”. Ahora bien, el proyecto tiene nueve fases que no podrán implementarse en los escasos cinco meses contratados que vencen en mayo. En cuanto a esto, Keleher admitió que no hay dinero para extender el contrato después de este año fiscal, por lo que espera que adiestren al personal escolar para que le den la continuación al programa, cuando ya “no haya dinero”.
Consideradas las condiciones pésimas que sufre el magisterio y el estado paupérrimo de los planteles escolares que han sobrevivido a María, los cierres y los recortes, este contrato defendido por la supersecretaria y por Ricardo Roselló solo apunta a los valores podridos del hediondo sistema capitalista. Sabemos que el cierre adicional de cientos escuelas en el territorio seguirá implementándose junto a la eliminación de miles de plazas de maestras y maestros con el fin de adecuarse a los recortes de presupuesto millonarios impuestos por la Junta de Wall Street.
Mientras a los maestros de la educación pública y a las masas trabajadoras se les roba descaradamente su futuro mediante el desmantelamiento y privatización de la educación y los servicios básicos, Keleher y sus socios, como agentes de la burguesía capitalista y Wall Street bien remunerados, siguen defiendo lo indefendible. Nos imponen en nuestras narices los valores en los que verdaderamente creen: “Yo me agencio mi propio lucro y beneficio junto a mis secuaces de negocios, y los demás estudiantes y maestros no me interesan”.
El Partido Comunista repudia el desmantelamiento criminal de la educación pública que va de la mano con el saqueo capitalista que defiende abierta y descaradamente la supersecretaria Keleher y sus socios mercaderes de la educación. Tampoco a los comunistas nos debe sorprender que surjan críticas de claro corte oportunista de parte de quienes andan esperando pacientemente su turno de cuatro años para suplantar a Keleher y agenciarse con su ya probada experiencia previa contratos millonarios similares bajo la administración contraria.
El robo de nuestro futuro y el de nuestras estudiantes solamente terminará cuando la clase trabajadora y las filas del magisterio despierten de los engaños del oportunismo de la alta burocracia sindical y den pasos firmes e independientes por una organización con valores obreros y socialistas.
iPor la lucha organizada de la clase obrera! iPor la lucha comunitaria en cada plantel escolar! iPor los valores del socialismo!