Por Luis Soto
Donald Trump ha seleccionado a John Bolton como su nuevo asesor de seguridad nacional después de despedir a H. R. McMaster. Los apologistas del imperialismo estadounidense en Puerto Rico, tanto del PNP como el PPD, han permanecido callados ante la noticia. Tal como ha ocurrido durante el largo giro hacia la extrema derecha en la política oficial estadounidense, los políticos en Puerto Rico prefieren no hablar de realidades incómodas tales como la guerra perpetua o la creciente desigualdad en EEUU mientras se ocupan de sembrar ilusiones en la bondad de los federales al mismo tiempo en que intensifican sus ataques contra las masas obreras.
Comentaristas dentro del mainstream político en EUU han descrito a John Bolton, un halcón impenitente, como una persona sumamente peligrosa por sus posiciones extremas. Por ejemplo, Adam Mount, académico de la Federación de Científicos Estadounidenses y experto en política de armas nucleares recientemente comentó al respecto, “Él es genuinamente una de las voces más extremas, irresponsables y peligrosas en el país.” De igual manera, Greg Thielmann, un veterano de más de 25 años de la diplomacia extranjera estadounidense quien sirvió varios años bajo Bolton en el departamento de Estado con la responsabilidad de recopilar inteligencia y presentar informes a los jefes de agencia describió el desempeño de Bolton de la siguiente manera: “A medida que mi oficina le entregaba el gran volumen de información confidencial proporcionada por la comunidad de inteligencia, él demostró una predilección por descartar rápidamente hechos inconvenientes y rechazar cualquier análisis que no cumpliera con sus preferencias políticas. John Bolton fue un elemento clave en las maquinaciones hacia la guerra de la administración de George W. Bush.”
¿Por qué tanta preocupación aun dentro de los círculos de la política oficial estadounidense con este elemento? Como se verá, Bolton representa lo extremo aun dentro de los círculos de derecha en EEUU.
John Bolton ocupó puestos en las administraciones de Reagan y Bush, padre. Entre el 2001 y 2005 fue subsecretario de Estado encargado de control de armas y asuntos de seguridad internacional. En ese puesto que jugó un papel activo en no sólo promover la invasión estadounidense de Iraq sino fabricar el falso pretexto de la posesión de armas de destrucción masiva con que se le vendió esa agresión a la población estadounidense. A 15 años de la guerra depredadora del imperialismo estadounidense en Iraq el mundo ha atestiguado de la criminal destrucción de una sociedad orquestada por Bolton y sus consortes. En 2005 Bolton fue nombrado embajador estadounidense ante la ONU donde en repetidas ocasiones manifestó todo su desprecio hacia dicha organización en particular y la diplomacia internacional en general. Como ejemplo, Bolton ha sido un enfático opositor a que EEUU se una a la Corte Criminal Internacional, otras instituciones internacionales similares o que suscriban a tratados para reducir armas nucleares.
Más recientemente Bolton ha ampliado sus llamados a favor de la acción militar unilateral por EEUU. En una columna de opinión reciente publicada en el Wall Street Journal, Bolton intentó elaborar un “caso legal” para un ataque inicial contra Corea del Norte. En 2015 argumentó en el New York Times que la única manera de lidiar con Irán era bombardear al país. De hecho, Bolton ha empujado activamente a belicistas israelíes a iniciar bombardeos contra Irán para así crear un pretexto para acciones militares directas por EEUU. Estas “amenazas regionales”, sin embargo, no deben oscurecer el hecho concreto de que Bolton junto con los demás ideólogos del imperialismo estadounidense ven a China como el principal objetivo de la maquina militar estadounidense. Ayer, Bolton reiteró este sentimiento de la clase dominante estadounidense al pronunciarse a favor de la guerra comercial contra China iniciada hace poco por Trump.
Como asesor de seguridad nacional, la influencia de Bolton no se limitará a la esfera interna. La voz de Bolton, junto con otros halcones como el recién designado Mike Pompeo como secretario de Estado, influirá en la política externa de EEUU, particularmente durante la propuesta reunión entre Trump y oficiales de Corea del norte. De lo que se perfila de los recientes cambios en el gabinete, dicha reunión no será un intento de resolver diferencias sino plantearles a los norcoreanos un ultimátum estadounidense bajo amenaza de un primer golpe.
La ausencia de comentarios al respecto de parte de los aduladores del imperialismo en el gobierno colonial es otra prueba más de su bancarrota moral. Desde la comisionada González, miembro del mismo partido republicano de Trump, hasta Ricky, partidario de la oposición leal en el partido demócrata, la politiquería barata en Puerto Rico ofrecerá sin pensarlo dos veces a toda la juventud boricua como sacrificio ante el altar ensangrentado de las guerras depredadores del imperialismo estadounidense. Repetirán como papagayos todas las mentiras que reciclarán los representantes políticos del imperialismo para inducir la juventud en EEUU y Puerto Rico a “defender la nación” contra cualquier amenaza militar inventada. En realidad, sin embargo, la amenaza que más le preocupa a la clase capitalista estadounidense es la de perder más terreno ante sus rivales económicos internacionales.
Denunciamos la selección de John Bolton como asesor de seguridad nacional por su legado ensangrentado. Instamos a la clase obrera internacional a interpretar la integración de figuras como Bolton y Pompeo al círculo de influencia dentro de la administración de Trump como una advertencia seria de los preparativos para guerra que se están dando. Recordamos a todos que la única fuerza capaz de prevenir la hecatombe que se avecina es la clase obrera internacional. Precisamente por eso instamos a los obreros en Puerto Rico y el mundo más allá a organizarse para la inmediata toma de poder.