Por Lidia López
Varios informes recientes resaltan el empeoramiento de la crisis de ejecuciones hipotecarias en Puerto Rico. Según el New York Times, aproximadamente una tercera parte de los 425.000 dueños de casa en el país tiene una hipoteca morosa y 90 mil personas han caído en la morosidad desde el paso del huracán María. La crisis se ha agudizado al punto de que se ha decretado una moratoria sobre las ejecuciones hipotecarias en Puerto Rico aplicable a los préstamos garantizados por programas federales como FHA, Freddie Mac o Fannie Mae, aproximadamente 117 mil, la cual se vence en marzo de 2018. Sin embargo, las hipotecas garantizadas por estos programas federales no representan siquiera la mitad del total. Para entender el grado de la crisis, es preciso recordar que la tasa de morosidad hipotecaria en Puerto Rico, que ronde el 35%, es el doble del ya muy alto promedio en EEUU.
En julio de este año, denunciamos desde AbayardeRojo la creciente campaña de bancos y fondos de cobertura como Goldman Sachs, TPG Capital y otros más, en pleno contubernio con el gobierno, para desahuciar a familias vulnerables y vender las propiedades reposeídas a enormes ganancias. Estos buitres persiguen una combinación de dos estrategias para enriquecerse de la situación cada vez más precaria de la gente. Primero, adquieren las hipotecas morosas a precio de ganga para luego combinarlas con otras y convertir estos títulos en bonos especiales, de alto rendimiento y corta maduración, que se venden en los mercados secundarios. En un creciente número de casos, estos bancos o fondos de cobertura contratan a compañías de servicio de hipotecas, las cuales se dedican a llevar a cabo varias tácticas sucias para sacar al dueño de la propiedad para reposeerla.
Un informe reciente de The Intercept resalta el caso notorio de TPG Capital, cuyos ejecutivos son los principales accionistas de Rushmore Loan Management Services, la segunda más grande reposeedora en Puerto Rico después de Banco Popular. Ni siquiera el paso de María impidió a estos buitres someter ante las cortes mociones de ejecución hipotecaria, como resaltan los casos recientes de Ernesto Santiago Guzmán, Elías Rivera Rivera y Carlos González Luna. Entre las tácticas que emplea ésta, y otras compañías más, para tomar posesión de las casas se encuentra el llamado ‘servicio por publicación’ (service by publication). Bajo este esquema “se notifica” al propietario del incumplimiento mediante un anuncio de prensa, y cuando éste no comparece en la corte se le pide al juez un fallo en su contra, una solicitud que se le está concediendo en un gran número de los casos. Otra táctica cada vez más común es la llamada dual tracking en que se negocia un acuerdo temporero con el dueño por un lado mientras se inicia el proceso de ejecución hipotecaria a espaldas del mismo por el otro. La tendencia en todos estos esquemas ha sido usar las cortes federales donde todos los procedimientos y los documentos están en inglés para la gran desventaja de muchos puertorriqueños de extracción obrera o pobres.
Esta crisis no se limita a las familias con hipotecas morosas. Precisamente por la composición demográfica de la sociedad puertorriqueña, con su alto porcentaje de residentes ancianos y pobres, se ha visto una proliferación de esquemas para estafar a esta población aun cuando tienen sus casas pagas. Se destaca en este sentido la promoción de las hipotecas inversas por subsidiarias de grandes firmas de capital privado. Tal es el caso de Finance of America Reverse, una subsidiaria de Blackstone Group, que se aprovecha de las preocupaciones de los vulnerables para quienes la insuficiencia de sus beneficios de retiro o la cubierta médica, sin no su inexistencia, para mercadearles una supuesta tranquilidad en la forma de estos productos financieros.
Una hipoteca inversa es un préstamo que se le da generalmente a las personas mayores de 62 años de edad quienes toman prestado contra la equidad (el valor que han adquirido) que hayan acumulado en la propiedad. El préstamo se paga después de la defunción del residente o cuando éste decida mudarse de la casa. Hay una muy documentada historia de abusos contra los ancianos que sacan este tipo de préstamo, el cual no exime al deudor de una serie de cargos, impuestos sobre propiedad, etc., particularmente en los casos de un cónyuge sobreviviente. Se estima que hay 10 mil hipotecas inversas actualmente en Puerto Rico. En un creciente número de estos casos se están llevando a cabo reposesiones debido a la incapacidad de pagar impuestos u otros cargos, o como consecuencia de una viuda mal informada.
Como señalamos en nuestra nota de julio:
“La ‘lógica’ particular del capitalismo engendra una situación en que un número cada vez mayor de familias enfrenta la inseguridad, si no la falta absoluta de vivienda, mientras una pequeña minoría acapara múltiples residencias que sirven o como viviendas vacacionales de lujo o activos especulativos, los cuales se quedan desocupadas hasta que existan condiciones de mercado favorables para la venta. Esta ‘lógica’ alcanza su expresión más perversa cuando los buitres financieros convierten la dificultad de las familias para pagar sus hipotecas en oportunidades de extraer ganancias. En el análisis final, esta creciente tendencia de titularizar las hipotecas de familias obreras representa otro medio por el cual los capitalistas, en estrecha colaboración con los gobiernos, llevan a cabo el saqueo de las masas.”
María ha empeorado una ya precaria situación de vivienda para miles de familias obreras y ancianos quienes han sudado toda la vida para comprar su humilde hogar. Para los que sobrevivieron el huracán en Puerto Rico, la pérdida de salario, además de otros medios para ganarse la vida, o aun tan sólo el atraso en el pago de la hipoteca durante estos meses, representan agravantes significativos.
Ante esta situación, repetimos nuestro llamado para la reorganización política de la clase obrera. Para resolver el problema de la vivienda, las soluciones capitalistas no sirven a la mayoría. Más que nunca los grandes problemas que enfrenta la sociedad exigen soluciones socialistas.