Nuevo informe resalta asombrosa concentración de riqueza

Por Ismael Castro

Un nuevo informe preparado por Chuck Collins y Josh Hoxie del Institute for Policy Studies arroja aun más luz sobre el nivel obsceno de desigualdad que existe en Estados Unidos.  Según el informe, titulado Billionaire Bonanza: The Forbes 400 and the Rest of US, los tres individuos más ricos de EEUU, Jeff Bezos (Amazon), Bill Gates (Microsoft) y Warren Buffet (Berkshire Hathway) poseen más riqueza que las 160 millones de personas – 63 millones de hogares- que componen la mitad más pobre del total de la población estadounidense.  Tal concentración de riqueza en manos de tan poca gente refleja la lógica del sistema capitalista.

Otros detalles que se destacan del informe incluyen el hecho de que los 25 multimillonarios estadounidenses más ricos poseen un riqueza colectiva valorada en $1 trillón y los multimillonarios que componen la lista Forbes 400 tienen más riqueza que 64% de la población, 204 millones de personas o más que las poblaciones de Méjico y Canadá combinadas.  Se nota también de que mientras la familia estadounidense promedio tiene una riqueza valorada en $80.000 sin incluir un auto, los que están en la lista Forbes 400 tienen más riqueza que 33 millones de estas familias promedio.  Del otro lado del espectro, de cada cinco hogares estadounidenses, uno (19%) tiene lo que se considera «riqueza negativa».  De la población afroamericana, 30% de los hogares tiene una riqueza negativa mientras que 27% de la población latina cae en la misma categoría.

Los autores del informe señalan que estas ya obscenas acumulaciones de riquezas, y, como tal el enorme grado de desigualdad social actual, pueden ser subestimadas debido al uso generalizado de paraísos tributarios y otros mecanismos utilizados por los ultra ricos para ocultar sus activos.  La reciente filtración de 13,4 millones de archivos de dos proveedores de servicios offshore además de los registros corporativos de 19 paraísos tributarios, conocidos como los Papeles del Paraíso, revela la verdadera extensión de la evasión contributiva de los capitalistas.  Lejos de ser un acto al margen de las normas, la evasión contributiva mediante el uso de paraísos tributarios es un rasgo esencial del sistema capitalista.  De los artistas más populares a las instituciones educativas prestigiosas, de los ejecutivos de compañías que fabrican marcas populares, Apple, Nike, etc., a los elementos notorios del ‘bajo mundo’ y, claro está, los líderes políticos de más renombre e influencia; todos que forman parte de la élite de ricos que participan del guiso.

La bancarrota moral y política de la realidad reflejada en el informe del Institute for Policy Studies se destaca en lo siguiente: mientras que los capitalistas y sus defensores amasan insondables sumas de riqueza que gastan en mansiones de lujo, yates, autos deportivos, etc., las masas de hombres y mujeres comunes luchan por llegar a fin de mes.  La gran mayoría de la población tiene que laborar, si es que tiene la suerte de conseguir trabajo, bajo condiciones de extrema precariedad, muchas veces recorriendo largas distancias para llegar al trabajo o combinando dos o más trabajos para mantener a sus familias.  Esa misma mayoría de la población tiene que transitar carreteras, puentes y otros elementos de infraestructura deteriorados debido a la alegada “falta de recursos públicos”, mantener a sus hijos en escuelas públicas sobrepobladas y en planteles muchas veces no aptos, o conformarse con vivienda insuficiente y cada vez más costosa.  La juventud en general, y las familias jóvenes en particular, ven frustrados sus sueños, condenadas a vivir con toda clase de deudas aun cuando hacen enormes esfuerzos para estudiar y establecer un hogar.  Mientras tanto, los capitalistas exigen reducciones a su carga contributiva para acumular aun más además de otras medidas para garantizar el traspaso de riqueza a sus herederos.  Y mientras por un lado los representantes políticos de los capitalistas alegan que cualquier asignación de fondos para garantizar un sistema de cuidado médico universal, una pensión digna a todos, vivienda y escuelas públicas adecuadas o siquiera para implementar políticas para eliminar el hambre o proteger el ambiente representa un gasto público excesivo, por el otro, crean y mantienen estructuras legales que permitan a esa élite capitalista esconder cantidades inimaginables de dinero en lugares exóticos a través del mundo.

Lo que han revelado los Papeles del Paraíso no es nada nuevo.  Lejos de una aberración, tal grado de desigualdad social, avaricia, hipocresía y corrupción moral y política es la esencia misma del capitalismo.

El reinante orden social no puede ser reformada como pretenden sus defensores liberales.  Al contrario, tiene que ser derrotado.  Esa tarea le corresponde a la clase obrera, aquella mayoría que sufre toda la precariedad, las penurias y las cargas del sistema mientras que representa la única fuerza social, debido precisamente al papel que juega como productora de toda riqueza material, con suficiente capacidad para transformar la sociedad de arriba hacia abajo.  Para realizar esta tarea, los obreros tendrán que crear y fortalecer nuevos órganos de poder popular, consejos obreros, y traer bajo el control obrero todas las grandes empresas e industrias de la sociedad.

 

Artículos Relacionados