Por Lidia López
Un nuevo informe publicado por el Institute for Children, Poverty & Homelessness (Instituto para Niños, Pobreza y Falta de Vivienda) destaca el asombroso y creciente número de niños de edad escolar que viven en condiciones de falta de vivienda en la ciudad de Nueva York. Según el Atlas de Estudiantes Sin Hogar en la Ciudad de Nueva York de 2017, ha habido un aumento de 50% en el número de estudiantes sin hogar en las escuelas públicas de la ciudad, aproximadamente 33.000, en los últimos seis años. En total, 140.000 estudiantes de escuela pública quedaron sin hogar durante por lo menos un período de tiempo desde 2010. Basado en la tendencia actual, se estima que 1 de cada 7 estudiantes de escuela pública en la cuidad de Nueva York experimentará una falta de vivienda antes del 5to grado.
Los datos contenidos en el informe apuntan a un aumento en el número de estudiantes sin vivienda adecuada en todos los distritos escolares dentro de la ciudad, con las mayores concentraciones en áreas como El Bronx, el alto Manhattan y el centro de Brooklyn. Significativamente, el año escolar 2015-16 vio un aumento dramático de 20% en el número de estudiantes de escuela pública sin vivienda estable. En la actualidad, el 9% del total de la población de escuela pública se encuentra sin hogar con un 4% adicional que ha experimentado la falta de vivienda en el pasado.
El informe también destaca el impacto negativo de la falta de vivienda en el rendimiento académico de los estudiantes de escuela pública con énfasis particular en la población de educación especial y de dominio limitado del inglés. Por lo general, los factores desestabilizadores, como la necesidad de mudarse repetidamente de una vivienda a otra, el ausentismo crónico y los cambios de escuela a mediados de año, vinculados a la falta de vivienda estable inciden en el rendimiento académico de la población de estudiantes sin hogar.
El informe del Institute for Children, Poverty & Homelessness resalta lo que en realidad es una tendencia nacional. A través de EEUU, se estima que 15 millones de jóvenes, el 22% de todos los niños, viven en familias con ingresos inferiores al nivel oficial de pobreza. Es de conocimiento común que esta medida subestima grandemente las necesidades reales de las familias y muchos investigadores sostienen que una medida honesta de lo que necesitan las familias para salir de la pobreza requeriría duplicar el actual umbral. Por ejemplo, incluso en los distritos obreros de la ciudad de Nueva York, como El Bronx, el alto Manhattan y Queens, el alquiler promedio para un apartamento de un dormitorio varía de $1600 a $2400 al mes. Tal tendencia es cada vez más común en las grandes ciudades de EEUU. Como tal, un ajuste racional del umbral de pobreza en EEUU colocaría a aproximadamente 43% de los niños por debajo del nivel de pobreza.
Lo que hace aun más obscena la información provista en el informe es el hecho de que la ciudad de Nueva York, donde todavía reside un por ciento significativo de la diáspora puertorriqueña, continúa siendo uno de los centros más importantes del capital financiero internacional y sede de los bancos e instituciones financieras más grandes del mundo. Mientras se aumenta la miseria de las masas, y particularmente la juventud neoyorquina, las firmas financieras y bancarias de Wall Street, como JPMorgan, Goldman Sachs, Citigroup, etc., están listas para obtener ganancias récord este año. Por ejemplo, apenas unos años después de haber estado implicadas en actividades criminales las cuales resultaron en la ejecución de millones de casas de gente trabajadora, una firma como JPMorgan se llevó ganancias de $24 mil millones en 2016. En vez de enfrentarse a la cárcel, los ejecutivos de estas firmas recibieron un “rescate” del gobierno – gracias al Sr. Contribuyente – con que han aumentado su actividad parasitaria durante los últimos años.
Si los datos sobre el aumento de la falta de vivienda y la pobreza entre los niños en ciudades como Nueva York ponen de relieve la desigualdad descarada que caracteriza al capitalismo, la situación en Puerto Rico se presenta como una pesadilla aun más dantesca para las masas pobres. En Puerto Rico, alrededor de 60% de los niños viven por debajo del nivel oficial de pobreza. Un porcentaje significativo de la población sin hogar son adultos jóvenes cuya niñez fue caracterizada por la falta de vivienda estable.
El capitalismo es un sistema fallido, tanto dentro de los centros del mundo capitalista como en la periferia. La inherente desigualdad social que engendra el sistema capitalista es agravada por la creciente crueldad de las políticas públicas impuestas por la clase dominante. La incapacidad de un sistema para garantizar a sus más vulnerables, los niños, incluso las necesidades básicas tales como la vivienda adecuada y estable, sobre todo cuando están tan cerca de una inmensa acumulación de riqueza, es el más claro testimonio de su obsolescencia histórica.