Por Miranda
Hoy, la Junta de Wall Street presentó ante el congreso de los Estados Unidos y su presidente Donald Trump su primer informe anual presupuestario. En el mismo, se sugirió al congreso convertir las ayudas federales (Asistencia Nutricional y el programa de Sección 8) en un crédito por ingreso a cada participante o persona que las solicite.
Los aplausos de un gran sector del pueblo de Puerto Rico no se hicieron esperar. Pues muchos favorecen la propuesta de la Junta con la idea de que la crisis del país la sostienen los pobres o como le llaman comúnmente, los «mantenidos».
La isla tiene una población de aproximadamente 3.5 millones de personas y solo cerca de un millón trabaja. Esto no incluye la economía informal; es decir, los trabajadores que se buscan el peso «por debajo de la mesa». Las personas que reciben estas ayudas viven por debajo del nivel de pobreza. Nos referimos a las 1,339,849 personas que reciben cupones de alimentos a través del Programa de Asistencia Nutricional (PAN), quienes reciben el equivalente a 4 dólares al día por cabeza. El costo de vida en Puerto Rico se ha elevado significativamente por la crisis económica que atraviesa el país. De igual forma, la asistencia económica que se les da a las personas que reciben esta ayuda, la mayoría de las veces no les es suficiente para cubrir sus necesidades básicas.
Larry Emil Alicea Rodriguez, presidente del colegio de trabajadores sociales escribió hoy en su cuenta de facebook:
«Desde sus privilegios pretenden eliminar los únicos espacios que desde el mismo sistema capitalista garantizan un mínimo para la sobrevivencia de seres humanos que precisamente han quedado excluidos e históricamente han sido oprimido por el salvajismo del inhumano capitalismo»
Puerto Rico es una de las mayores regiones en desempleo dentro del territorio norteamericano. Esto, ha obligado a que parte de los ciudadanos tengan que disponer de estas ayudas federales. Gran parte del por ciento que reciben el PAN, son trabajadores a tiempo parcial. Trabajan 20 horas a la semana y el dinero no les alcanza para poder sustentar a sus familias. La nueva propuesta o «sugerencia» de la JCF, atenta contra las familias dentro de la sociedad puertorriqueña que reciben estas ayudas.
No es cierto que la culpa de la crisis que atraviesa en país la tienen los pobres. La gente no es pobre por que es vaga o por que no quiere trabajar. Debemos romper con esos prejuicios. A miles de personas se les niega el acceso a los recursos (ej. salud, educación, estabilidad económica) y oportunidades, y esto afecta gravemente su bienestar y les impide participar plenamente en la sociedad. También, muchas personas trabajan a tiempo completo, a menudo más de 40 horas a la semana o, en muchas ocasiones, en varios puestos de trabajo. No obstante su salario se mantiene por debajo de los niveles de pobreza del país.
Debemos luchar como clase trabajadora contra el sistema capitalista que oprime nuestros bolsillos para hacerse ricos, que nos ha llevado a la crisis que atravesamos hoy. Que nuestra indignación sea contra los que nos van a recortar servicios de salud, contra los que pretenden subir impuestos, contra quienes quieren recortar la jornada laboral y explotar a los trabajadores para pagar una deuda que no creamos, contra los que saquean y atacan las pensiones de retiro y nos envenenan con cenizas, con los que quieren quitarles los pocos recursos como asistencia económica y vivienda a las comunidades pobres y marginadas. La guerra no es contra nosotros mismos, es contra el sistema que nos ha llevado a donde estamos hoy.