Una nota sobre la comisión para la igualdad

Por Abayarde Rojo

En una extraordinaria exhibición de la bancarrota política que caracteriza a la administración de Rosselló, el gobernador nombró a su padre, el carnicero de Cerro Maravilla, el asesor legal de ambos corruptos así como un ex jugador de béisbol para servir en la llamada Comisión para la Igualdad de Puerto Rico.  En cualquier otra parte del mundo, tal escena sería vista como una parodia, pero en el territorio ese acontecimiento tragicómico corresponde a la realidad.

 

En otra ocasión hemos denunciado que la promoción del llamado Plan Tennessee, el cual descansa sobre una tergiversación de la historia, forma parte del esfuerzo para someter aún más a las masas puertorriqueñas bajo la dominación ideológica de la clase dominante estadounidense.  Sin embargo, parece que quedan pocas figuras de renombre dispuestas a prestar sus servicios para cumplir con ese objetivo, razón por la cual se ha visto obligado a sacar del retiro a un elenco de compuesto por un trío de politiqueros desacreditados que ahora dependen de un ex pelotero para recuperar un airecito de legitimidad ante el público.

 

El régimen territorial actual se encuentra cada vez más aislado.  Dentro del contexto de una Junta que dicta la política pública y después de la debacle de un fallido plebiscito, las esperanzas de Rosselló y cía. cuelgan de la capacidad de convencimiento de un receptor retirado.  Con la principal oposición política en desorden por los escándalos de corrupción, no es difícil ver por qué las masas en Puerto Rico muestran tan poca fe en las entidades políticas tradicionales.  La estructura política del territorio colonial se pudre desde adentro.  Empero, esta descomposición es necesaria para que las nuevas formas de organización política puedan surgir.

 

Desde el punto de vista de las masas obreras, la farsa puede seguir por ahora pero no durará para siempre.  En medio de una profunda crisis general, las masas no se asombrarán por los fantasmas reciclados del pasado o el resplandor de la grandeza del béisbol.  Tarde o temprano el día del juicio llegará precipitado por las mismas condiciones de miseria engendradas por el actual orden social.  Entonces, no será la igualdad de seguir siendo explotado como las masas trabajadoras bajo la estadidad lo que se va a exigir, sino la igualdad en la forma de un nuevo orden social en que los obreros, tanto puertorriqueños y estadounidenses como aquellos de otras naciones pondrán fin al régimen basado en la explotación del hombre por el hombre.

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