Por Abayarde Rojo
Desde tempranas horas de la noche del martes comenzaron a circular varios mensajes que llamaban a la movilización de manifestantes hacia la zona aledaña al vertedero de Peñuelas. De 30 a 50 personas comenzaron a formar filas para evitar la entrada de camiones llenos de cenizas. Con todo un operativo militar, la policía de Puerto Rico desplegó su fuerza de choque con cientos de guardias que de diversas formas abrieron el perímetro para la entrada de 50 camiones cargados de cenizas. Desde las instalaciones de AES en Guayama fueron escoltados los vagones repletos de cenizas tóxicas, donde a la entrada del municipio de Peñuelas los esperaban sobre 10 patrullas que bloquearon el paso y controlaban todo el tráfico hacia el interior de dicho municipio. Mientras tanto, sobrevolaba el área un helicóptero de FURA. Ya en los lugares más cercanos a la entrada del vertedero, se encontraban los manifestantes que mantienen por varios meses el campamento en contra del depósito de cenizas. Allí la gran oleada de guardias realizaron un cerco con una muralla de uniformados que hacía retroceder a los manifestantes mientras éstos los acusaban de abusadores y de servirles a los grandes intereses. Por varias horas estos agentes de la represión estatal bloquearon las tres entradas más cercanas al vertedero y arrinconaron a los manifestantes en un negocio del área. Con mucha tristeza, coraje y frustración, los presentes veían entrar los camiones al vertedero.
La violencia de la administración Rosselló y del sistema capitalista se manifiesta por varios medios, desde las mentiras como la supuesta prohibición del depósito de cenizas mediante la Ley 81 firmada por Rosselló la semana pasada, hasta los arrestos de manifestantes como Jimmy Borrero, Nolo Díaz, Luis E. Martínez y Orlando Flores esta madrugada en Peñuelas. Esto se suma a las evidentes pruebas que tiene la clase obrera sobre las estructuras de un podrido sistema que, para subsistir, acude a la violencia represiva y nos deja claro que seguirá comprometiendo la salud y la vida misma de las comunidades obreras y de marginados siempre que vea la oportunidad de convertir cualquier recurso del pueblo en capital. Todo el pueblo de Peñuelas debe repudiar estos actos represivos que mantuvo secuestrado a los manifestantes y bloqueó las tres entradas principales del vertedero para llevar el depósito de cenizas tóxicas. El caso de Peñuelas representa otro ejemplo más de la criminalidad de Rosselló, la administración del territorio y todo el sistema capitalista que defienden el cual coloca las ganancias privadas de un puñado de sanguijuelas va por encima de las necesidades de las masas.