Entre la reducción de la jornada laboral y el retiro forzado

Por Ismael Castro

Parece que el ‘gran plan’ de Rosselló para evitar una reducción de la jornada laboral es forzar a miles de trabajadores públicos al retiro temprano.  El secretario de Asuntos Públicos, Ramón Rosario, anunció hoy que se ha desarrollado un plan con ese fin, sin embargo, no ofreció detalles y esquivó preguntas acerca de que si dicha medida tiene el aval de la Junta de Wall Street.

 

El retiro temprano forzado, que de manera deshonesta Roselló ha llamado “retiro voluntario”, se dirigiría a los trabajadores de mayor edad o veteranos quienes, lo más probable, ganen salarios más altos que los de sus compañeros jóvenes.  Es bien sabido que, dado el total descalabro del sistema de pensiones de los trabajadores del sector público, tal medida básicamente arrojaría a la indigencia a miles de trabajadores mayores.   La imposición del retiro temprano debe considerarse a la luz del recorte en 10% a las pensiones públicas, así como la eliminación del sistema de beneficios definidos y la implantación del denominado régimen de pensiones «pay-as you-go«.  Cada elemento de esta llamada reforma del sistema de retiro promovida por la administración representa la agudización de los ataques contra la clase obrera.

 

En una cruda exhibición de cinismo, Rosario afirmó que la administración fomentará a los trabajadores afectados a «integrarse al sector privado», lo más probable como pequeños empresarios o contratistas.  Dicha sugerencia es indudablemente para allanar el camino para un sector pequeñísimo de empleados públicos dentro de las capas gerenciales que cuentan con recursos y contactos políticos para realizar tal transición.  Éstos, luego servirán para destacar un par de casos de «éxito» y exaltar las virtudes del emprendimiento.

 

Lo que es claro con la propuesta de la administración es que no hay conflictos fundamentales entre ella y la Junta de Wall Street en los ataques que se están llevando a cabo contra las masas obreras.  Cualquier amago de conflicto entre las dos es teatro político barato.  Lo que existe son sólo diferencias de táctica.

 

El Partido Comunista de Puerto Rico insta a toda la clase obrera, tanto del sector público como privado, a oponerse al retiro temprano forzado.  Los trabajadores más conscientes exigen una redirección de los recursos públicos ahora dedicados a satisfacer el insaciable apetito de buitres y otros parásitos financieros hacia el desarrollo de programas masivos para la creación de trabajos y un sistema de retiro universal.

 

Ante el plan de la Junta de Wall Street para imponer una reducción de la jornada, nosotros respondemos: ¡Reducción de la jornada SIN reducciones de salario o eliminación de puestos!

 

Y ante el más reciente plan de la administración para imponer el retiro temprano forzado, nosotros contestamos: ¡Ningún retiro temprano sin un sistema universal de retiro con beneficios garantizados y aumentos anuales!

 

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