Por: Carlos Borrero
En otro de los habituales fraudes que se perpetúan en la sociedad capitalista, el secretario del mal llamado Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) en la colonia, Carlos Saavedra Gutiérrez, anunció esta semana una baja en la tasa de desempleo. La metodología con que se determina la tasa de desempleo en la sociedad capitalista representa uno de las ejemplos más claros de deshonestidad intelectual.
Según el titular del DTRH, desde enero hasta mayo del año en curso la tasa del desempleo ha bajado del 12.2% al 11% con un descenso de 0.5% entre mayo de 2016 y 2017. Sin embargo, lo que se esconde detrás de estas cifras es toda una farsa. Lo que se usa como medida de desempleo ‘oficial’ es en realidad la tasa U-3 del Departamento del Trabajo (federal) determinada por el Buró de las Estadísticas Laborales (BLS por sus siglas en inglés). Esta medida sólo incluye a las personas sin trabajo quienes llevan cuatro semanas o menos en busca de empleo. Según la medida U-3 se considera a una persona como parte de la fuerza laboral (empleada) todo aquel que haya trabajado aunque sea un día durante la semana en que se llevó a cabo la encuesta, quienes desempeñan por lo menos 15 horas de trabajo, remunerado o no, para un negocio familiar durante una semana dada y aquellos que se encuentran en una ausencia ‘temporal’ de su trabajo por la razón que sea (ej. enfermedad prolongada, licencia de maternidad, etc.) La U-3 no mide lo que se conoce como el subempleo, es decir, no distingue entre quienes trabajan tiempo parcial, aun cuando la compensación correspondiente es insuficiente para uno sostenerse o aquellos que se las buscan en un trabajo precario muy por debajo de su preparación profesional. En lo que es otro ejemplo claro del carácter fraudulento de estas cifras, la U-3 tampoco cuenta como persona desempleada a gente que, por razones de frustración, ya dejó de buscar trabajo, o quienes llevan más de cuatro semanas sin éxito en su búsqueda.
Existe, además de la U-3, otra medida reconocida cada vez más por los críticos liberales del capitalismo. Ésta es la U-6 del Departamento del Trabajo la cual representa una medida más amplia en comparación con la U-3 aunque también padece de defectos. Dicha medida incluye a quienes trabajan tiempo parcial aunque desean un trabajo tiempo completo en las filas de los desempleados. En años más recientes la diferencia entre las tasas U-3 y U-6 se oscila entre 7 y 10 por ciento. Es decir, cuando la tasa de desempleo ‘oficial’ (U-3) se calcula en 4%, la U-6 (“tasa real”) se ha estimado en alrededor de 11%. La elevada brecha entre estas dos medidas se ha vuelto un rasgo cada vez más común. Hay, además de las cifras provistas por el BLS, otras medidas basadas en metodologías distintas como las que elabora el grupo Gallup que por lo general reflejan una tasa de desempleo un par de puntos más altos que la oficial. Ninguno de los informes que acompañan estas cifras ofrece un análisis científico del desempleo, es decir, no identifican sus causas en el mismo sistema capitalista.
Aparte de toda la habitual manipulación que acompañan las estadísticas oficiales, la tasa de desempleo en Puerto Rico es afectada por el acelerado ritmo del éxodo poblacional provocado por la crisis capitalista. Las legiones de personas que huyen de la crisis ya no figuran como «desempleadas», un hecho que ningún político capitalista en la colonia tiene la honestidad de admitir.
En el análisis final, el persistente problema del desempleo y subempleo que caracteriza a la sociedad capitalista es una confirmación irrefutable del análisis marxista. Un rasgo inherente del sistema capitalista es la súper explotación de un sector de la población mientras otro sector, el ejército de reserva laboral, vive bajo condiciones de desempleo y pauperismo. La función objetiva de este ejército de reserva laboral es ejercer presión para bajar los salarios y degradar las condiciones laborales, lo cual hace posible aumentar la explotación de aquellos “dichosos” que logran conseguir empleo.
Para solucionar el problema del desempleo se requiere la transformación socialista de la sociedad; un cambio que incluye la toma de poder político por la clase obrera y la reorganización de toda la vida económica a base de las necesidades racionales de la mayoría. Tal planteamiento es completamente incomprensible para gente como el Sr. Saavedra Gutiérrez y el resto de los defensores del capitalismo. Sin embrago, es con ese objetivo que luchamos nosotros los comunistas.