Otro ataque a la clase trabajadora

Por Nestor Paz

 

El ataque del gobierno de Trump a la clase trabajadora parece no tener fin. Una de las luchas más importantes de los trabajadores y trabajadoras es la salud y la seguridad en el trabajo. La salud y la seguridad siguen siendo elementos fundamentales para reducir la explotación por parte del capital.

 

El Departamento del Trabajo Federal tiene una oficina cuyo título es OSHA (Occupational Safety and Health Administration – Administración de Salud y Seguridad Ocupacional). Esta agencia tiene como propósito educar a los trabajadores y trabajadoras, en especial, a los grupos minoritarios en los Estados Unidos, sobre las medidas de seguridad que se deben tomar en el trabajo para conservar y preservar la salud de los que trabajan. Además, educan en los derechos laborales sobre la salud y seguridad en el empleo sobre todo a los grupos de habla no inglesa. Y por último, se encarga de supervisar que los centros de trabajo sigan las reglas y recomendaciones de OSHA en relación a las medidas de seguridad requeridas.

 

El presupuesto presentado por Trump reduce sobre el 21% del presupuesto del Departamento del Trabajo Federal. Esta masiva reducción pondrá en peligro agencias como OSHA, qué a pesar de todas sus dificultades, (tiene 1,838 inspectores para sobre 8 millones de lugares de trabajo), ha logrado concientizar junto a grupos comunitarios, uniones y centro de trabajo los derechos laborales y de la práctica de seguridad y salud en el trabajo. Esto es importante cuando en el 2015 murieron alrededor de 2360 trabajadores y trabajadoras en su lugar de trabajo. El 90% de estas muertes (2,272) fueron en áreas de la construcción, la transportación y la agricultura, empleos dominados mayoritariamente por inmigrantes sobre todo latinos.

 

La reducción del presupuesto de OSHA llevará a la reducción del ya pequeño grupo de inspectores lo que no permitirá la supervisión de lugares trabajo cuando surja las quejas sobre la seguridad y la salud. Junto a esto se reducirá toda la educación en relación a los derechos laborales y la seguridad y la salud.

 

Para Puerto Rico esto es aún más preocupante ante las continuas medidas anti-laborales de la Junta de Wall Street y sus monigotes en La Fortaleza y la legislatura. Ya no sólo se reducirán sueldos, días de enfermedad y vacaciones y la precariedad del trabajo ante la posibilidad de despidos injustificados, sino que ya no tendrán un lugar donde poder hacer valer sus derechos de su seguridad y salud en el trabajo.

 

Ante estas medidas cada vez más clara y consistentes contra la clase trabajadoras la alternativa de la clase trabajadora tanto en Puerto Rico como en los Estados Unidos es la creación de consejos obreros y comunitarios para luchar por la preservación de los pocos derechos que quedan y rescatar los que nos han quitado.

 

La unidad, la solidaridad y la organización de la clase obrera será la forma de resistencia y lucha que llevará a la Victoria.

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