Reformismo y desunión siguen debilitando la lucha magisterial

Por Carlos Borrero

La comparecencia de varios líderes sindicales en representación de los maestros durante las vistas senatoriales sobre el inminente colapso del SRM fue una lección importante para la clase obrera en su conjunto. Los años de liderato oportunista junto con las divisiones entre el magisterio a nivel de organización sindical siguen siendo escollos en la lucha para la defensa de la educación pública y los maestros.

 

Los planteamientos hechos por los todos los líderes sindicales durante las vistas se contenían completamente dentro de los limites del marco reformista. Por ejemplo, mientras las declaraciones de la representante la Asociación de Maestros oscilaban entre el pesimismo y la conciliación, los otros representantes del magisterio sólo expresaban tibias denuncias aun cuando se reconocía el criminal saqueo de los fondos de retiro de los maestros perpetrado por la administración durante años.  Ninguno de los líderes sindicales ofrecía una perspectiva fuera del callejón sin salida del sistema capitalista.  A lo más que llegaron fue la solicitud de una serie de medidas menores como otro llamado al gobierno para que investigue sus propias actividades ilegales, impuestos sobre las foráneas para solventar el SRM y la reducción de gastos administrativos.  Según los informes de prensa hubo un pedido a que se considerara un sistema de retiro universal.

 

El saqueo sistemático de los sistemas de retiro mediante la colusión entre los gobiernos y el capital financiero es un fenómeno común y muy documentado. Resalta el grado en que los capitalistas se apropian de los salarios diferidos de los trabajadores.  El caso de los maestros en Puerto Rico no es único.  El uso de la acumulación de los fondos de retiro tanto para cuadrar la insuficiencia del Fondo General y así facilitar el pago de deudas onerosas a los parásitos así como para la entrega directa al capital financiero para sus actividades especulativas representa lo mismo: un robo.  Durante años los capitalistas han sabido beneficiarse de estas enormes reservas de ahorros colectivos de las masas obreras.  El que ninguno de estos lideres sindicales cuestionara el problema central de la apropiación y control de estos salarios diferidos reunidos en fondos de retiro por un gobierno capitalista o siquiera levantara la demanda de que estos fondos sean administrados directamente por los delegados responsables de los maestros mismos es indicativo de su incapacidad de salirse de la estrechez del pensamiento capitalista.  De hecho, uno de los aspectos centrales de la lucha de clases en la actualidad es la batalla sobre quiénes controlan estos fondos.

 

La división de los maestros entre diferentes organizaciones sindicales facilita la oposición de un grupo a otro con el resultado de debilitar la lucha del magisterio en su conjunto. Es claro que, por un lado, la Asociación es el sindicato preferido de los capitalistas y que su liderato es presentado al público como «legítimo» mientras, por el otro, las organizaciones como la FMPR y EDUCAMOS plantean críticas más radicales a la actual política educación educativa.  Sin embargo, aquellos sectarios que insisten en esta división de maestros entre múltiples organizaciones sindicales no sólo los llevan a caer en la trampa de los capitalistas, quienes gustan dividir a nuestras fuerzas, sino también ceden el terreno del liderato político para un sector significativo de los trabajadores.

Nosotros, los comunistas, no sólo luchamos por la unidad de la clase obrera en su conjunto, la cual tiene como punto de partida la unidad sindical, sino también exigimos que todos los debates políticos y las discusiones sobre la táctica a perseguir en la lucha se lleven a cabo de manera democrática y con total transparencia ante toda la militancia. Este es la única manera por la cual se pueden rectificar los errores, desenmascarar a los traidores entre los trabajadores mismos, particularmente entre el liderato sindical, y educar a los trabajadores menos politizados.

 

El acelerado éxodo de maestros de Puerto Rico refleja la búsqueda de soluciones individuales a los retos materiales inmediatos que se han quedado por años sin resolver por los sindicatos magisteriales. Los que quedan se enfrentan al desafío de desarrollar y fortalecer un frente unido para resistir la mayor degradación de sus salarios, las condiciones laborales y, cada vez más, la estabilidad de su propia existencia tanto como maestros activos como jubilados.  Esto sólo será posible bajo la condición de que los maestros desarrollen una perspectiva más allá de los estrechos confines de las reformas baratas dentro del orden capitalista y vinculen la lucha magisterial a la de la clase obrera en su conjunto bajo la bandera del socialismo.

 

Maestro, la única manera de salvar tu retiro es tomando el pleno control sobre tus salarios diferidos; la única manera de avanzar en la lucha para salvar la educación pública es uniendo fuerzas con toda la clase obrera bajo la bandera del socialism.

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