Rosselló cede a presiones de «bonistas del patio»

Por Rogelio Acevedo

Como parte del «banquete total» celebrado ayer en el caucus entre el gobierno y la Asociación de Industriales de Puerto Rico (AIPR), Rosselló anunció que se destinarían $150 millones al pago de la deuda de obligaciones generales (GOB). Ese monto será destinado para cubrir el pago de intereses de una deuda estimada por los llamados Bonistas del patio en aproximadamente $1,100 millones. El anuncio, oportunamente hecho durante el caucus, ha causado gran regocijo entre todos los sectores vinculados a la deuda pública y los portavoces de los capitalistas en los medios de comunicación.
Este hecho responde a varias causas. En primer lugar, es una movida para detener la agresiva campaña de medios que llevaba varias semanas por los bonistas del patio en contra de los bonistas de COFINA. Dentro de esa batalla entre capitalistas, donde estamos como rehenes las masa trabajadoras, se planteó que «el pago de la deuda era buena para el desarrollo económico de Puerto Rico». Aun asi, frente a esa aparente contradicción están enviando el mensaje a las demás agrupaciones de bonistas de que no entablen demandas y que tienen un firme aliado en este gobierno.

Hay que hacer hincapié en que los bonistas del patio es una agrupación que se compone de elementos más heterogéneos como pensionados, cooperativas y otras entidades, y que aún con esta «victoria» es muy escasa su influencia política en las esferas de poder del territorio y del gobierno federal. Esto contrasta con el enorme poder político que han logrado los fondos buitres en diversas instancias particularmente del gobierno federal, como el congreso y los tribunales.
Segundo, cabe resaltar que el presidente de los bonistas de patio, Rafael Rojo, fue presidente de la Asociación de Constructores de Hogares, organización miembro de la llamada Coalición del sector privado. Hemos reseñado anteriormente como la administración actual y esta agrupación de capitalistas han llevado una agenda antipopular concertada lanzando ataques a las condiciones de trabajo, en la privatización del patrimonio público y más recientemente contra los recursos naturales.
Es dentro de ese contexto que debemos analizar este anuncio del «pago de deuda» que es solo un abono a los intereses de esa deuda y que en nada aporta al mejoramiento a las condiciones de vida de las masas trabajadoras. Además, contradice el argumento de los bonistas del patio de que «obtendremos dinero fresco para reiniciar la inversión», ya que en estos momentos por la degradación del crédito del territorio están cerrados todos los accesos a los mercados financieros.
Lo que sí queda claro es que, por una parte, se ve el fortalecimiento de la alianza de la burguesía criolla y los administradores del territorio en la diligencia en atender todas sus exigencias a costa de las masas trabajadoras. Estas exigencias de la burguesía criolla a su vez, están enmarcadas dentro del plan general de la Junta de Wall Street de desviación del dinero público para el pago a los bonistas.
Viendo el panorama amplio es evidente para la clase obrera que la opresión y la explotación han cerrado filas bajo el estandarte del «crecimiento económico» y no escatimaran en esfuerzos para lograr sus objetivos. Es en esta coyuntura, cada vez más crítica, que la clase obrera debe organizarse en consejos obreros para la lucha política independiente en contra de este plan. Solo con la lucha política organizada y dirigida por la clase obrera podremos derrocar el capitalismo y darnos a la tarea de construir el socialismo.

 

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