Playuelas: Un ecosistema extraordinario bajo el asedio del capital

Por: Coral Ríos

La lucha por preservar la integridad de Playuelas, un escénico pedazo de costa en el noroeste de Puerto Rico ante la amenaza de la construcción del proyecto hotelero Columbus Landing Resort ha comenzado a cobrar fuerzas en las pasadas semanas. Ante el inicio de la construcción, en noviembre del año pasado, los manifestantes intensificaron sus protestas realizando un campamento en el lugar que ha culminado con el arresto de más de una docena de personas la pasada semana en un intento por detener la entrada de camiones al lugar. Al mismo tiempo, Amnistía Internacional de Puerto Rico hizo un llamado a continuar denunciando las injusticias promovidas y permitidas por el Estado, a hacer desobediencia civil y a resistir.

Ubicado en el Barrio Borinquen de Aguadilla, el sector Playuelas es una zona ecológica, arqueológica y recreativa de alto valor. Contiene especies endémicas y en peligro de extinción, playas como El Mix, Pressure Point, Wilderness y Peña Blanca. Además, en el sector se ubica el único ejemplo de arte rupestre, expresión artística prehistórica impresa en rocas, oficialmente reportado en Aguadilla. Por estas y otras razones, la comunidad local libera una lucha desde hace décadas en contra de la destrucción de esta zona de 121 cuerdas que actualmente contempla la construcción de un hotel de lujo de siete pisos con cientos de habitaciones, casino y villas.

A este grupo se unen cada día más personas al tiempo en que se difunde por los medios la resistencia y se identifican con la causa. Incluso grupos de otras luchas paralelas se han unido en solidaridad con la protección de Playuelas, como es el caso de los residentes de Tallaboa en Peñuelas que mantienen una batalla contra el depósito de cenizas de carbón en su comunidad.

El reclamo de los residentes opuestos a esta construcción no se limita a la oposición de esta construcción sino que proponen la conservación de esta zona como una reserva natural nacional y una reserva mundial de surfing. Esto se debe a que Playuelas recibe un alto impacto humano por su demanda para el deporte, la recreación y la pesca lo cual requiere de un manejo que promueva el bienestar del ecosistema, de los residentes y de la economía local. Y estos son precisamente las áreas que el gobierno mantiene en total abandono.

Al igual que en otras luchas contra grandes intereses, el gobierno utiliza a la policía como herramienta de represión contra los manifestantes y defiende las posturas de la burguesía ante los reclamos del pueblo. El alcalde de Aguadilla, Carlos Méndez, insiste en que toda la permisología de este proyecto está en orden a pesar de que la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) fue generada hace más de una década. El Tribunal de Aguadilla decidió “no ha lugar” la petición de interdicto preliminar radicada por la Liga Ecológica Puertorriqueña a en un intento por detener momentáneamente los movimientos de terreno a pesar de que la parte demandada no estuvo presente en la vista. Estas son algunas de las maneras en que el Estado ha dejado claro su postura en relación a esta controversia.

Playuelas es un ejemplo de un valioso recurso natural que pertenece al pueblo. A medida que la clase trabajadora del país reconoce esta lucha como parte de una misma lucha en contra del capitalismo y el colonialismo, los distintos frentes se solidarizan y se hacen uno cobrando fuerza ante un mismo enemigo. Por medio de la organización de consejos de barrio cada comunidad puede ejercer sus reclamos y crear lazos de solidaridad con otras luchas paralelas tanto entre la población puertorriqueña como a nivel internacional. Para luchar por una sociedad más justa que atienda las necesidades de la mayoría, la clase trabajadora: ¡Playuelas no se vende, Playuelas se organiza y se defiende!

 

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