por Rogelio Acevedo
En lo que puede parecer a primera vista una medida benigna, Rosselló anunció ayer su propuesta para la consolidación de ocho agencias bajo el recién creado Departamento de Seguridad Pública. El pretexto que se dio para esta reorganización fue la necesidad de reducir gastos y hacer más eficientes la comunicación y coordinación entre agencias de seguridad. Sin embargo, este cambio seguirá el patrón de lo que se ha visto en muchos lugares en que la clase capitalista reorganiza sus instrumentos de represión estatal en anticipación de los inminentes trastornos sociales que desencadenarán sus políticas anti obreras.
Los cambios anunciados consolidarán bajo el nuevo Departamento de Seguridad Pública la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres, el Cuerpo de Emergencias Médicas, el Sistema 911, el Cuerpo de Bomberos, la Directoría de Servicios al Conductor, el Instituto de Ciencias Forenses, el Negociado de Investigaciones Especiales y la Policía. Según Rosselló, la nueva superintendente de la Policía y ex militar del Ejército estadounidense, Michelle Hernández, figuró prominentemente en la formulación de dicho plan junto con el actual director de la Guardia Nacional, Isabelo Rivera. No puede haber dudas del verdadero propósito militar de esta consolidación.
Dada la experiencia militar de Hernández, la cual se enfocaba en el espionaje cibernético, la preocupación por la necesidad de mejorar la comunicación y coordinación entre agencias de seguridad no debe sorprender a nadie. Los teóricos militares en el servicio de los capitalistas han insistido durante varios años en la necesidad de desarrollar la capacidad logística además de nuevas tácticas de contrainsurgencia para los grandes centros urbanos densamente poblados. En los últimos años se han realizado varios simulacros militares grandes en ciudades a través de Estados Unidos e incluso en Puerto Rico con el propósito de desarrollar la capacidad logística y táctica para derrotar a movimientos masivos de oposición popular. En varias ocasiones, el pretexto de la necesidad de preparar para los desastres naturales ha servido para encubrir el verdadero propósito de estos simulacros militares.
Sin embargo, la implementación de otras medidas resalta el verdadero propósito de los cambios que se están proponiendo. Junto con el anuncio de la consolidación de agencias, Rosselló también firmó una orden ejecutiva para facilitar el flujo de información entre agencias federales, estatales y locales además de las organizaciones no gubernamentales bajo el llamada Centro de Fusión. Este organismo tiene como propósito recopilar y analizar información para prevenir y responder a “cualquier amenaza a la seguridad pública”. Tales amenazas, reales o inventadas, siempre sirven de excusa para fortalecer los instrumentos represivos del Estado que luego son desatados contra las masas obreros en protesta.
El Partido Comunista de Puerto Rico ha denunciado previamente que el nombramiento de una coronela retirada del ejército estadounidense para dirigir la Policía representa una mayor militarización del aparato estatal en el territorio. Los capitalistas son muy conscientes de que la ofensiva brutal que se está llevando a cabo contra los trabajadores provocará una respuesta popular. En preparación, los capitalistas están fortaleciendo sus instrumentos de represión estatal para aplastar la resistencia de los trabajadores. Los trabajadores tienen que tomar muy en serio estas nuevas medidas y propuestas.
Además de su reorientar su lucha al socialismo, la reorganización política de la clase obrera debe tener en cuenta la necesidad inmediata de desarrollar órganos de autodefensa para las batallas futuras. Los trabajadores no pueden permanecer con la guardia baja. Ya los capitalistas están fortaleciendo sus instrumentos de represión. Los trabajadores tendrán que aprender a responder a esta realidad para defenderse.