Por: Ismael Castro
En lo que sólo puede describirse como una oferta abierta para prostituir a toda su administración, el equipo de Rosselló ha abierto un diálogo con el ex gerente de campaña de Trump, Corey Lewandosky, quien recientemente fundó la agencia de cabildeo Avenue Strategies.
Lewandowski, una figura cuyo pasado se ha caracterizado por ‘pegarse de’ políticos republicanos, ganó notoriedad el año pasado debido a dos ataques físicos que cometió contra asistentes de manifestaciones de la campaña de Trump. Aunque dejó la campaña de Trump el verano pasado, siguió sacando provecho de su relación con el actual presidente-electo, primero como comentarista político para CNN y ahora como cabildero quien afirma abiertamente que su nueva compañía puede conseguir para sus clientes acceso rápido y fácil a figuras claves de la administración entrante. Tal es el carácter completamente corrupto de la política en la sociedad capitalista, atributo que la administración Trump parece llevar a nuevas alturas con cada día que pasa.
Rosselló, a pesar de toda su retórica de campaña y órdenes ejecutivas supuestamente para acabar con los contratos innecesarios del gobierno territorial, no se opone a este sistema de ‘pago para jugar’. Más bien, su acercamiento a un operativo político de segunda clase como Lewandosky pone de relieve la profundidad a la que está dispuesto a hundirse en esa fosa de inmundicia que caracteriza a la política capitalista. Y como buen títere que quiere demostrar su disposición a su nuevo titiritero, Rosselló estará presente, junto con Jenniffer González, durante la toma de posesión de Trump.
No puede haber duda alguna entre las bases que siguen el PNP, la gran mayoría de las cuales que son personas trabajadoras para quienes los años de depresión capitalista en la colonia las han dejado gravemente susceptibles a mentiras populistas, que Rosselló renunciará a todas sus promesas de encontrar una solución a la grave crisis que existe en Puerto Rico. Las políticas de Rosselló, que se alinean perfectamente con las de Trump, seguirán enriqueciendo a una pequeña capa de los ricos mientras destruirán lo que queda de las protecciones sociales para los pobres. Estas políticas se complementarán con un fortalecimiento del brazo represivo del Estado, como lo demuestra su nombramiento de una ex militar para dirigir la Policía, el cual se usará con aún mayor brutalidad contra las masas.
Las aspiraciones legítimas de los seguidores del PNP, PPD y el PIP – en oposición a la élite de estos Partidos que incesantemente manipula sus bases – para empleos seguros y bien remunerados, una política pública dirigida a la satisfacción de las necesidades “del pueblo”, el fin de la corrupción, etc. no pueden lograrse apoyando a ninguno de estos partidos dirigidos por sicófitos capitalistas. Esas aspiraciones legítimas sólo pueden lograrse a través de nuevas organizaciones políticas organizadas a base de los intereses de la mayoría obrera en oposición a los capitalistas y las marionetas como Rosselló y González que les sirven.