Por Abayarde Rojo
Los trabajadores con conciencia de clase y, sobre todo los comunistas, nos unimos a la alegría de las masas puertorriqueñas por la excarcelación inminente de Oscar López Rivera pautada para el 17 de mayo próximo. Los más de 35 años de cárcel que ha sufrido López Rivera, muchos de los cuales en condiciones que constituyen tortura humana, ponen de manifiesto otro ejemplo más del carácter brutal del coloniaje impuesto sobre Puerto Rico por el imperialismo estadounidense.
Sin embargo, la decisión de conmutar la sentencia de López Rivera en vez de indultarlo, indica que el imperialismo estadounidense no sólo seguirá criminalizando la lucha por la independencia – la cual es una forma específica de la lucha de clases – sino también continuará imponiendo sobre los militantes independentistas y los obreros conscientes que se unen a esta lucha medidas represivas brutales.
La conmutación de López Rivera, junto a otras figuras como Chelsea Manning quien fue encarcelado por denunciar la masacra de inocentes en Iraq por el ejército de EEUU, no cambia para nada el carácter criminal y belicista de las sucesivas administraciones estadounidenses, incluyendo así, la de Obama. La destrucción y las pérdidas de la vida humana ocasionadas por la administración de Obama durante los últimos ocho años en lugares como Afganistán, Irak, Libia y Siria además del apoyo a regímenes criminales como los de Honduras y Egipto superan por montones incalculables los cargos usados para justificar la sentencia de López Rivera y los demás militantes de las FALN. De hecho, la política exterior de Obama fue una continuación de la de Bush, razón por la cual nunca se persiguieron cargos criminales en contra de oficiales de la administración anterior. De la misma manera, Obama heredó y amplió el uso de toda la maquinaria para la represión interna desde las fuerzas policiacas militarizadas hasta el aparato estatal de vigilancia orwelliano que se emplea para violar los derechos elementales de la población estadounidense.
Se intenta ahora desviar del verdadero carácter de la administración saliente con una serie de conmutaciones como la de Oscar López además de otros actos supuestamente para conservar el «legado de Obama» ante la llegada de Trump. Esta es una expresión burda del oportunismo político general del Partido Demócrata que en las últimas semanas ha intentado ‘reinventarse’ con la imagen de opositores a la agenda de Trump y los republicanos. En realidad, son, para usar la terminología del mismo Obama «parte del mismo equipo».
Oscar López, quien dice que tiene planes de establecerse en su pueblo natal de San Sebastian, se reintegrará a una sociedad puertorriqueña que en sus rasgos fundamentales no ha cambiado desde que tuvo que emigrar. La explotación capitalista invariablemente impone sobre las masas condiciones de miseria y enajenación. Dice López Rivera que quiere dedicarse a trabajar con la juventud para aportar a los procesos de corregir los males sociales que les afectan. Este noble deseo es un testamento de la tremenda calidad humana de López Rivera. Desde nuestro punto de vista destacamos que cualquier intento de la juventud de abordar los grandes problemas de la sociedad tiene que ser guiado por el socialismo científico y orientarse a la clase obrera como única fuerza social capaz de dirigir el proceso revolucionario.