Por Luisa Nieves
La semana pasada sindicatos del país se expresaron en contra de las medidas que la Junta de Wall Street le recomendaron al Gobernador y la Legislatura para asegurar el pago a los bonistas.
Los sindicatos señalaron que “la receta que propone la JCF; aumento de los impuestos y recaudos, reducción del ofrecimiento de los servicios esenciales, eliminación de los subsidios a los municipios, reducción en todos los gastos, deteriorar los servicios de salud y la reducción de un número significativo de participantes de la Reforma de Salud , restarle $300 millones a los fondos de la Universidad de PR y otro tanto al Departamento de Educación y reducir las pensiones de nuestros retirados en un 10%, conllevaría la muerte del paciente y no su recuperación como pretende hacer creer el organismo federal”.
Continúan afirmando “jamás la avaricia financiera de la clase empresarial había sido evidenciada con tanta claridad como en las medidas que le han sido dictadas al Gobernador en la carta del 18 de enero de 2017 por los integrantes de la JCF. Sin importarle las nefastas consecuencias que pueda tener para el pueblo puertorriqueño, se ordena deteriorar su sistema educativo, el ofrecimiento de todos los servicios incluyendo los de salud y el empobrecimiento de su clase trabajadora y los retirados del país”.
El Partido Comunista señaló en su Comentario de la Comisión Política de enero del 2017 que con estas medidas “se intensifica la lucha de clases con despidos, cierre de escuelas, privatización de nuestra estructura y recursos naturales… aumenta la pobreza para la fuerza obrera en Puerto Rico”.
En sus Declaraciones sobre grave situación del territorio el Partido Comunista de Puerto Rico afirma que “las medidas de rapiña de la Junta de Wall Street junto con el imbécil que colocaron en Fortaleza, tienen el objetivo de debilitar aún más a la clase obrera mediante las ‘llamadas reformas laborales’, las cuales incluyen el debilitamiento de los sistemas de retiro, logrando un ambiente propicio para la inversión”.
Preocupa que en la comunicación de los sindicatos sólo se señale su oposición a dichas medidas. En este momento crítico es necesario pasar de la denuncia, la crítica, la fiscalización a la lucha organizada. Esta acción tiene que comenzar con la educación, la cual es necesaria, pero se debe ir más allá. La clase obrera y el movimiento sindical debe a la organización y a acciones concretas de lucha en la calle.
En el Comentario el Partido Comunista de Puerto Rico recomienda que “imaginémonos que la clase trabajadora activa, desempleada y no remunerada, logramos organizarnos en nuestros centros de trabajo y barrios. Organizados en asambleas, miles logramos impulsar un boicot a los malandros de Wall Street de diferentes maneras”.
Invitamos a que dejemos la imaginación y pasemos a la acción.