Avanza agenda antiobrera y neoliberal de burguesía criolla

Por Rogelio Acevedo

En los pasados días han ocurrido varios eventos que muestran el fortalecimiento de la alianza entre los representantes del nuevo gobierno territorial y la burguesía criolla para llevar adelante el plan de la Junta de Wall (JWS) Street haciendo, con mucho entusiasmo y diligencia, el papel de socios menores. La combinación de los funcionarios de agencias, medidas legislativas que se están evaluando y aprobando, y los “diálogos” entre sectores gubernamentales con grupos de capitalistas locales va perfilando el carácter reaccionario y antiobrero de la administración entrante. Estos evidencian el gran peligro que representa para las masas obreras en Puerto Rico que haya comenzado la ofensiva a gran escala y no estemos preparados.

En los pasados días denunciamos la reforma laboral que impulsa la Coalición del sector privado, organización que ha tenido mayor iniciativa y visibilidad en el debate público. Este proyecto, que propone reducciones al bono de navidad, reducción en la tasa de acumulación de días de vacaciones y enfermedad, flexibilizar el sistema de horarios, se discute en la legislatura bajo la promesa de aprobación fast-track. El proyecto denominado para la “transformación y flexibilidad laboral” asegurará condiciones de pobreza, en especial a trabajadores de 20-24 años, y que a la vez provocará la reinserción de trabajadores ya jubilados al “mercado laboral” bajo las condiciones impuestas por el estatuto.

Próximamente la Asociación de Industriales (AIPR), miembro de la Coalición “sentará al gobierno” en su tradicional Caucus a discutir sus planes y propuestas bajo la elocuente consigna “Con el gobernador, del plan a la acción, somos uno”.  En ese caucus los industriales discutirán sus 10 pilares de desarrollo que abarcan aspectos de permisos, energía, compras locales, hacienda, infraestructura, deuda pública. Es decir, sentarán a todos los jefes de agencia y sus representantes a organizar cómo se repartirán los bienes públicos por sector. A los constructores les darán “luz verde” para construir donde quieran, les regalarán a empresas, entidades sin fines de lucro la infraestructura pública (edificios, terrenos agrícolas, puertos), contratos de privatización de educación pública, y desde luego, bajándole a todos las contribuciones. Todos se preparan para el festín.

Pero no satisfechos con esto, ya lograron que fuera aprobado sin siquiera debate en la legislatura la enmienda a la ley de Alianzas Público Privadas. El proyecto, entre otras cosas, asegura la facultad de las empresas privadas para hacer propuestas al gobierno para “hacerse cargo” de servicios o infraestructura que todavía no se haya contemplado privatizar. Es decir, que no solamente la Coalición de la burguesía criolla quiere guisar con lo que ya está contemplado privatizarse, sino que quieren que todo se ponga en venta. Este proyecto de ley, que fue firmado por el gobernador Roselló, representa la admisión abierta de las verdaderas intenciones y la incapacidad de estos parásitos para dirigir nuestro país.

Pero las masas trabajadoras no debemos preocuparnos, porque los populistas del PNP nos defenderán de las medidas de austeridad de la JWS. Con su tono de bravucón habitual, el presidente del senado Rivera Schatz, en consenso con el gobernador Roselló, aseguró que no dará paso a legislación que “esté por encima de los grupos vulnerables para lidiar con la crisis fiscal”. Estos individuos dicen “combatir” a la JWS alegando que su Plan para Puerto Rico es una propuesta diferente al Plan fiscal que impondrá la Junta, porque fue avalado el pasado 8 de noviembre. Estas declaraciones cínicas revelan precisamente la sintonía que hay entre la JWS, los administradores del territorio y la burguesía criolla. Sin embargo, las masas trabajadoras debemos preguntarnos ¿acaso hay alguna diferencia entre el plan de la JWS y el de Roselló?

Hay diferencias de forma, ya que la burguesía criolla se aprovechará de la puerta al saqueo que abre la JWS recogiendo las migajas que caerán de la mesa de la JWS en forma de bienes públicos. Mientras que a la JWS le interesan aspectos más amplios del sistema económico que rige el territorio, particularmente en lo que respecta a reestablecer su capacidad de regresar al mercado de bonos municipales. Sin embargo, no existen diferencias de fondo entre ambos planes, ya que son componentes de mismo plan: organizar el saqueo y la súper explotación de las masas trabajadoras en el territorio de Puerto Rico.

Esta grave coyuntura requiere la aceleración del desarrollo de la conciencia de clase de las masas trabajadoras y su materialización en la formación de consejos obreros. Solamente con la organización política independiente de la clase obrera nos colocará en posición de luchar por arrebatarle el poder a la burguesía y comenzar la construcción de la sociedad socialista dirigida por las masas obreras en favor de las mayorías.

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