Por Abayarde Rojo
La conmemoración del 1 de mayo logró concentrar a la representación de la mayoría de los sindicatos y organizaciones políticas del país. Asistieron cerca de 2,500 personas que participaron de la marcha bajo la consigna de «¡No a la junta fiscal!»
Aun cuando la reprensentación proletaria fue adecuada, la politiquería de los partidos coloniales se coló en la actividad cuando se leyó una proclama de la asamblea municipal de San Juan que condena la Junta de Control Fiscal (JCF).
Este fue el único gran desacierto del acto ya que el municipio aun siendo patrono se le dio espacio en la tarima de un acto de la clase obrera. Sin embargo, representa un gran logro para la clase obrera el haber evitado la participación de la alcadesa Carmen Yulín, que la dirección de sindicatos como la UGT pretendieron colocarla a la cabeza de la tribuna.
El acto del 1 de mayo fue dedicado a las comunidades del G8. También el movimiento estudiantil en su alocuación hicieron un llamado a fortalecer la organización de todos los sectores sociales e hicieron un llamado a construir asambleas populares y consejos obreros.
Luis Pedraza Leduc como portavoz de la Coordinadora Sindical hizo una denuncia de carácter antiimperialista y acusó al sistema capitalista como el causante de los grandes males que sufre la sociedad puertorriqueña.
Sin embargo, resta por ver cómo se materializarán los llamados a la lucha de los diferentes sectores representados, si serán en asambleas obreras, huelgas, desobiediencia civil.
Aun con todas las contradicciones de los sectores representados, lo importante fue el caracter proletario de la actividad, por recordar los mártires de Chicago, como por denunciar a los explotadores de nuestro trabajo, así como por lograr nuevamente la conmemoración de la fecha internacionalista de la clase obrera.