De la dispersión y la frustración, a la organización y a la lucha de clases

Por: Emilio

¡Compañeras y compañeros trabajadores!

Nos encontramos en momentos críticos que exigen mayor radicalidad de acción y organización. El régimen colonial, quebrado y endeudado, bajo el modelo del llamado Estado Libre Asociado, fiel continuador de la explotación y el pillaje originado con la invasión estadounidense en 1898, articula un nuevo arreglo subordinado al capital, impuesto para beneficio de Wall Street. Es por esto urgente, desarrollar claridad ideológica para elevar nuestro nivel de conciencia y capacidad de organización combativa, conforme a nuestros intereses de clase trabajadora. Debemos partir del principio de la lucha de clases. Esta no es invento caprichoso, ni cosa del pasado. Es sobretodo urgente y consecuente con la dialéctica materialista, plantearla e insistir en ella. En nuestra realidad actual, estamos, por un lado, los trabajadores y trabajadoras de Puerto Rico, que vendemos nuestra fuerza de trabajo, nuestras destrezas y capacidades físicas e intelectuales. Esto, a cambio de un salario que encierra una relación de explotación y que cada vez es más amenazado, insuficiente e inseguro. Por otro lado, están los capitalistas de Wall Street y sus lacayos,

¡Unidos en defensa del capital y contra la clase obrera!
¡Unidos en defensa del capital y contra la clase obrera!

quienes se lucran de nuestro trabajo, extrayendo ganancias del país, mientras nos fuerzan al desempleo, al empobrecimiento, a la inseguridad y a la sobrevivencia. Esto, en su intento por afrontar la crisis del sistema y salir beneficiados con garantías de control sobre nuestras presentes y futuras generaciones de trabajadoras y trabajadores. Con esta clase, se alía y/o compite la burguesía criolla fragmentada en diversos sectores, disputándose y repartiéndose las riquezas que genera nuestro trabajo.

 

Por todos lados se escuchan lamentos, se observa el malestar, se atestigua una agudización en la violencia social, fruto de la frustración y el coraje. Esta realidad refleja lo que el escritor marxista, José Luis González, reseñó en 1979, al proyectar desde la dialéctica materialista, nuestro futuro como un callejón sin salida. Este, anticipó una sociedad, que arraigada en el capitalismo colonial dependiente, provocada por el imperialismo, terminaría configurada por el “desempleo y marginación masivos, dependencia desmoralizante de una falsa beneficencia extranjera, incremento incontrolable de una delincuencia y una criminalidad en gran medida importadas, despolitización e irresponsabilidad cívica inducidas por la demagogia institucionalizada…”[1] Incluso, la prensa burguesa, utilizando datos de organismos oficiales internacionales, se vio obligada a aceptar la realidad de desigualdad que la clase trabajadora vivimos día a día. “De acuerdo con el borrador del Informe de Desarrollo Humano Puerto Rico 2016, que se trabaja bajo las guías de Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la desigualdad económica de la Isla es tal que, en el 2012, el ingreso del 10% más rico de la sociedad era 33 veces mayor que el ingreso del 10% más pobre. Actualmente, el 43% de la población de Puerto Rico vive bajo el nivel de pobreza federal, según datos del Negociado de Censo de los Estados Unidos. […], Sus efectos se sienten además en las altas tasas de violencia en el país, así como aquellos que emigran porque no consiguen un empleo tras ser despedidos del lugar donde laboraron por años o porque se lanzan a buscar servicios médicos o educativos para familiares que consideran que no son bien atendidos en Puerto Rico.” [2] Dicho panorama, como hemos señalado, fue anticipado bajo el análisis del materialismo histórico contra las falaces proyecciones burguesas del progreso y la prosperidad.

Esta realidad, hace insólitos los estribillos que echan la responsabilidad de la situación al individuo, al trabajador, al empobrecido y explotado. No fue que nos quitáramos o que no echáramos pa’lante. ¡Nos endeudaron, nos despidieron, nos arrebataron los derechos luchados, nos empobrecieron, nos amenazan! Mientras tanto, beneficiaron y siguen beneficiando a la clase propietaria de los medios y las riquezas. Fijémonos en el ejemplo de la Ley 20 y Ley 22 de 2012, en favor del establecimiento de multimillonarios en Puerto Rico para acumular dinero sin Los componentes de la Junta de Control discal son los gatilleros enviados por los bonistas para impusar las medidas que empobrecerán más a la clase trabajadorapagar contribuciones. Por otro lado, son nuestras familias, nuestros hijos e hijas, padres, madres, hermanos y amigos, quienes nos vemos obligados a sobrevivir bajo el yugo de gobiernos que sirven al interés del capital. No nos
equivoquemos, la Junta de Control Fiscal, es otra expresión del criminal coloniaje que en principio nos endeudó y ahora viene a garantizar el control y el dominio dictatorial de Wall Street sobre el país. ¡Nos pretenden imponer la Junta para amarrarnos a una deuda perpetua! Preguntémonos porqué se invierten millones en cabildeos en el Congreso de los Estados Unidos para promover la imposición de la misma. ¡Esta es otra jugada más del capital financiero que pretende reducir nuestras vidas a simples mercancías desechables subordinadas a las fuerzas del mercado!

Pero nosotros (as), como clase trabajadora, somos más, somos la mayoría, podemos más por nuestra relación productiva con los medios de producción. Las condiciones objetivas nos reclaman acción organizada. Que no nos engañen con fragmentaciones y divisiones que solo benefician a los dueños del capital. Nuestros intereses son antagónicos a los de ellos. ¡No somos, ni contratistas profesionales, ni asociados, ni gran familia de los patronos y dueños de las corporaciones e industrias! Estos son aspectos que racionalizan y esconden relaciones alienantes, de subordinación, desde la lógica de la competitividad y la explotación en beneficio de la burguesía. Ya hemos comprobado, con la Ley 7, con el cierre y consolidación de empresas, como nos desemplean y tiran a la calle a nuestra propia suerte. Asimismo, no somos ni vagos, ni pobres porque queremos, más bien, ¡somos empobrecido ejercito de reserva proletaria que debe despertar a su responsabilidad histórica contra el capital!¡Nosotros trabajamos las tiendas, los talleres, las fábricas, las oficinas, los salones de clases, las comunidades y las calles! Oscar 1¡Somos proletariado, los trabajadores de la industria, trabajadores de servicios, trabajadores intelectuales, trabajadores de la administración pública y del sector informal! ¡Somos nosotras y nosotros, puertorriqueños, dominicanos y demás hombres, mujeres, juventudes, trabajadores de este país, quienes producimos las riquezas del capitalista y participamos en el proceso de circulación de plusvalía! Mientras tanto, ¡son ellos, los capitalistas de Wall Street y sus sirvientes e intermediarios de la burguesía criolla, quienes nos imponen el coloniaje y la deuda! ¡Somos nosotros, los que estamos en la otra orilla del capital que nos oprime bajo su dictadura!

Sin embargo, ¡nosotros(as), la clase trabajadora, tenemos la fuerza de la historia de nuestro lado, si nos organizamos y luchamos! ¡La fuerza radica en pasar de la dispersión y la frustración a la organización! ¡La fuerza esta en saltar del coraje a la lucha de clases! No nos engañemos con el posibilismo reformista y reaccionario de los partidos burgueses, pequeñoburgueses y oportunistas. Las reformas, las apoyamos y luchamos, enmarcados en los conflictos de clase y la fuerza que las batallas ganadas nos brindan para seguir el camino revolucionario por delante. Asimismo, tampoco pongamos nuestras esperanzas en mesianismos promovidos por individuos vendedores de sueños. Estos elementos no lograrán responder a nuestras necesidades e intereses de clase. El momento histórico de la ofensiva del capital financiero de Wall Street y sus lacayos criollos, exige que nosotros arranquemos de raíz este sistema colonial capitalista. ¡El motor de la historia sigue siendo la lucha de clases! Como trabajadores y trabajadoras, esta lucha, debe llevarnos a la toma revolucionaria del estado para promover un ejercicio de poder verdadero y radicalmente democrático. Ya estableció Karl Marx a través de la dialéctica materialista: “…la burguesía no sólo forja las armas que han de darle la muerte, sino que, además, pone en pie a los hombres llamados a manejarlas: estos hombres son los obreros, los proletarios. […], El proletariado recorre diversas etapas antes de fortificarse y consolidarse.  Pero su lucha contra la burguesía data del instante mismo de su existencia. […], la burguesía ve tambalearse bajo sus pies las bases sobre que produce y se apropia lo producido. Y a la par que avanza, se cava su fosa y cría a sus propios enterradores.  Su muerte y el triunfo del proletariado son igualmente inevitables.”[3]

Es muestra tarea histórica formarnos ideológicamente elevando nuestra conciencia de clase y organizarnos colectivamente para responder a las circunstancias impuestas por el imperialismo capitalista transnacional. Como comunistas en formación constante, asumimos el principio de lucha política establecido por del líder y teórico revolucionario Vladimir Lenin: “laborar para crear una organización combativa y hacer agitación política es obligatorio en todas las circunstancias “monótonas y pacíficas”, en cualquier periodo de “decaimiento del espíritu revolucionario”. Es más: precisamente en tales circunstancias y en tales periodos es necesario de una manera especial del trabajo indicado, pues en los momentos de explosiones y estallidos es ya tarde para crear una organización…”

Ante el vacío que representan las propuestas reformistas, las trampas electoreras y los paliativos que hacen el juego al capitalismo, proponemos como ya ha planteado el partido anteriormente, la creación de un Frente de Masas. Dicho Frente será constituido por obreros, estudiantes, desempleados y capas bajas de la pequeña propiedad, como órgano para aglutinar las luchas dispersas de sectores oprimidos por el sistema. Esto, conducente a la creación de una Asamblea Popular Constituyente para garantizar un verdadero proceso de autodeterminación para las masas trabajadoras y oprimidas. Asimismo, hacemos un llamado a construir, como parte de nuestra lucha descolonizadora hacia la Republica Socialista, una Democracia Radical, a base de instituciones directas de poder popular, consejos obreros, en lucha contra las fuerzas del capital transnacional.[4] Para esto, repetimos, necesitamos claridad Asamblea_002ideológica basada en el materialismo histórico y organización de clase obrera que adelante la lucha de clases con el fin de tomar revolucionariamente el poder. ¡Así se escribe la historia hacia el socialismo! Reafirmamos, ¡la historia está de nuestro lado! ¡Cuando luchamos, luchamos con todo!, Así lo hemos demostrado anteriormente. ¡Los avances que hoy tratan de arrebatarnos, se alcanzaron por la combatividad de la organización colectiva que a sangre, sudor y fuego asumieron nuestros camaradas, abuelos y abuelas, padres, compañeros, hermanas y hermanos trabajadores! ¡Nos toca a nosotros, dar el empujón a un sistema en crisis, insostenible para el país y para la vida misma! Como dijo Marx, ¡no tenemos nada que perder excepto nuestras cadenas! ¡Las cadenas del coloniaje y la opresión capitalista solo las podemos romper nosotros, la clase trabajadora! ¡Insistimos, pasemos de la dispersión y la frustración a la organización! ¡Saltemos del coraje a la lucha de clases! ¡Asambleas de trabajadores ahora! ¡Construyamos el frente de masas!

[1] José Luis González, EL país de cuatro pisos y otros ensayos (San Juan Puerto Rico, Ediciones Huracán Inc., 1989), 39.

[2] “Azotados por la desigualdad: Puerto Rico es una de las jurisdicciones, a nivel mundial, donde este problema es más agudo” El Nuevo Día, Visitado el 9 de mayo de 2016 en  http://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/azotadosporladesigualdad-2120203/

[3] Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto del Partido Comunista, Archivo Marx-Engels. Visitado el 7 de mayo de 2016 en https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm

[4] “Junta de Control Fiscal: fase superior de la dictadura de Wall Street” Abayarde Rojo, mayo 2016, año 11, núm. 2.

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