Por Abayarde Rojo
El pasado martes 8 de marzo, un grupo de mujeres y algunos hombres, hicieron presencia en una convocatoria de parte de la Coalición 8 de marzo en solidaridad con la lucha por los derechos de la mujer trabajadora. Alrededor de 150 personas se dieron cita al llamado de una sociedad donde la mujer sea considerada en igualdad de condiciones. La actividad fue dedicada a las madres de los niños de educación especial.
La actividad consistió de un “performance” donde un grupo de mujeres y hombres sostenían pancartas con fotos de los legisladores y las legisladoras. Mientras la maestra de ceremonia iba mencionando las diversas leyes aprobadas en este cuatrienio que afectan a la mujer, los y las participantes levantaban las fotos de aquellos y aquellas que votaron a favor; de esta manera denunciaban quienes eran los aliados y las aliadas de las mujeres. Al final del “performance” sólo quedaron dos rostros presentes MariTere González (PPD) y María de Lourdes Santiago (PIP), ambas senadoras. Debemos recordar que la senadora González votó en contra del magisterio y a favor de políticas económicas y fiscales que afectaron a la clase trabajadora.
Luego de terminado el “performance” se hizo un llamado a todas las mujeres presentes candidatas a puestos electivos en la próximas elecciones para tomar una foto.
Fue lamentable que la actividad se convirtió en una actividad político partidista electoral por parte del Partido del Pueblo Trabajador, quienes tuvieron completo control de la misma. También fue lamentable la escasa asistencia de las mujeres. Fue claro que el PPT movilizó su membresía femenina. El P.I.P. no movilizó su membresía femenina teniendo un gran grupo de candidatas a diversos cargos electivos. La ausencia de las legisladoras del PPD y el PNP fue notable.
Recordemos que la lucha por los derechos de la clase trabajadora no se consigue desde la Legislatura. La Legislatura es un medio dominado por la burguesía que sólo responde a los reclamos del pueblo con la lucha cotidiana y diaria en la calle, en la escuela, en los centros de trabajo. De esa manera es que podemos asegurar el éxito. Lo que conmemoramos no fue la aprobación de una ley sino la acción contundente de protesta en la calle en la cual a muchas mujeres le arrebataron la vida la represión del Estado.
Nuestra preocupación fundamental de la actividad es la clara ausencia de un mensaje de clase, a favor de la mujer trabajadora y el pueblo trabajador. Fue decepcionante escuchar a las maestras de ceremonia pedir la presencia de más mujeres en posiciones de liderazgo en las corporaciones capitalistas. ¿Quéremos mujeres explotadoras? ¿Queremos mujeres representando los intereses de las clases dominantes? Es decepcionante escuchar este discurso de un partido que lleva en su nombre “Pueblo Trabajador”. El problema en el país no son la leyes sino los grupos de clases que hay detrás de esas leyes que lo que desean es avanzar en sus propios intereses a costa de los intereses de la gran mayoría de los trabajadores y las trabajadoras, de la clase obrera.
La consigna de la actividad fue llevar más mujeres a la legislatura. Esta es una consigna electoral, populista y liberal. Las luchas sectoriales son importantes en la creación de una sociedad más equitativa y libre. Pero cualquier consigna que obvie la lucha de clases que existen entre las propias mujeres no es un mensaje revolucionario. Es un mensaje reformista.
No es lo mismo una compañera trabajadora de la UTIER y una que es vice presidenta de un banco. Ambas reciben exclusión y abusos. Esa exclusión y ese abuso deben desaparecer para ambas. Pero no será posible dentro de la economía capitalista neoliberal que lo que persigue y necesita, para aumentar su capital, es esa exclusión y ese abuso no sólo de la mujer sino de la clase trabajadora.
Nos preguntamos si hay un adelanto real en las condiciones materiales de vida de la mujer trabajadora si llenamos la legislatura de legisladoras del PPD, PNP o cualquiera de los llamados «partidos emergentes». Lo que la clase trabajadora, y la mujer trabajadora en particular, necesitan un partido que represente sus verdaderos intereses de clase. Mujeres que sigan asumiendo posiciones de liderazgo en sus sindicatos y en sus comunidades. Mujeres con conciencia de clase trabajadora que puedan explicar a otras mujeres su realidad de explotación. Mujeres trabajadoras revolucionarias.