Audencia congresional sobre energía en Puerto Rico: conversación entre agentes de capitalistas

Por Carlos Borrero

La reciente audiencia del subcomité de Recursos Naturales y de Energía del Congreso estadounidense[1] fue nada más que una ‘reunión de planificación’ entre agentes coloniales con el fin de tranquilizar a sus amos capitalistas.  Con la participación y presencia de personas como Pedro Pierluisi y Eduardo Bhatia el espectáculo reveló lo poco que distingue a los dos principales partidos políticos en la colonia respecto al saqueo que se está llevando a cabo por los parásitos financieros en Puerto Rico.  También puso de manifiesto los brutales ataques a los que han sido objeto los obreros en Puerto Rico, particularmente los miembros de la UTIER, así como la intensificación de la miseria que se intenta imponerles a las masas puertorriqueñas en el futuro.

 

Mientras la prensa colonial ha utilizado las audiencias para destacar la cuestión del capítulo 9, las ponencias y las respuestas de los panelistas demostraron que los principales proponentes de la inclusión de Puerto Rico bajo la llamada protección del capítulo 9 sólo pretenden organizar el saqueo llevado a cabo por los parásitos financieros.  En otras palabras, de acogerse Puerto Rico o sus corporaciones publicas a la ley de quiebra federal los holdouts – aquellos bonistas que hasta la fecha se niegan a aceptar la actual oferta – en las negociaciones actuales con la AEE se verían obligados por un juez de capítulo 9 a aceptar los 85 centavos por cada dólar para bonos adquiridos con tremendo descuento lo mismo que el 70% que ya ha acordado a una ‘renegociación’.  Prácticamente ausente de toda esta discusión sórdida fue el hecho de que las masas de abonados en Puerto Rico tendrán que seguir pagando tarifas altísimas para que los especuladores financieros y los productores de gas natural estadounidenses, muchos de los cuales que están muy endeudados, puedan continuar acumulando enormes ganancias.

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Es significativo que el único miembro puertorriqueño de la subcomisión, el Sr. Pedro Pierluisi, no hiciera preguntas sobre cómo el capítulo 9 o el consentimiento unánime al acuerdo de apoyo para la reestructuración (Restructuring Support Agreement, RSA) reduciría los costos de energía para las familias obreras en Puerto Rico o por qué basar el plan de modernización de la AEE en la sustitución del monopolio de un combustible fósil, el petróleo, con otro, el gas natural, que se transportaría en la forma de gas natural licuado (GNL) y que sería suministrado predominantemente por productores estadounidenses.  Mientras que el Comisionado Residente se mantuvo en silencio sobre estos temas relacionados con el costo de vida y el medio ambiente, sólo el liberal Raúl Grijalva, el representante mexicano-estadounidense de Arizona, planteó explícitamente estas cuestiones en el interrogatorio.

 

Ya para octubre de 2014 desde el Abayarde Rojo Digital se señaló que el verdadero objetivo de la llamada reforma energética en Puerto Rico era asegurarles un mercado a los productores de gas natural estadounidenses.[2]  El actual enfoque en la privatización de la generación de la energía eléctrica es un corolario lógico del plan para reorientar la producción de energía del petróleo al gas natural dada la actual infraestructura de la AEE.  Al mismo tiempo los ataques contra los trabajadores, que se han concentrado en los salarios diferidos en la forma de beneficios de retiro y de salud, representan las exigencias combinadas del capital financiero e industrial para maximizar sus ganancias a toda costa.

UTIER en marginal Baldorioty

La clase obrera puertorriqueña en su conjunto debe apoyar a los trabajadores de la UTIER en su lucha para resistir la agresión capitalista que ahora se dirige tanto a sus conquistas históricas como al concepto del control público sobre la producción energética.  La clase obrera en Puerto Rico debe oponerse al actual plan de reestructuración de la AEE, cuyo verdadero objetivo es salvar el capital ligado a una tecnología ya anticuada y las fuentes de energía basadas en los combustibles fósiles.  Sin embargo, esta oposición no puede basarse en el apoyo a la AEE tal como existe en la actualidad.  La actual AEE es una entidad burocrática altamente politizada la cual forma parte del aparato estatal en la colonia.  No es nada más que una empresa capitalista que funciona en nombre del Estado colonial para explotar a los trabajadores y asegurarles ganancias a sus accionistas y acreedores.  Más bien, la clase obrera puertorriqueña debe luchar por un nuevo tipo de reestructuración de la AEE que forme parte de una transformación de la sociedad en la que la producción de recursos básicos como la energía se lleve a cabo de acuerdo con un plan basado en las necesidades racionales de todos los miembros de la sociedad y determinado por las masas obreras.

 

 

[1] https://www.youtube.com/watch?v=YLq1rZOpCCg

 

[2] http://abayarderojo.org/2014/10/el-gas-natural-y-la-reforma-energetica/

 

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