por Carlos Borrero
El Partido del Pueblo Trabajador (PPT) anunció recientemente la nominación del académico Rafael Bernabé como su candidato para el puesto de gobernador colonial. Bernabé es un liberal que en el pasado ha utilizado la fraseología socialista para denunciar los «excesos» del capitalismo sin dejar de ser un fiel defensor de la propiedad capitalista y las instituciones políticas de la clase dominante. Esta práctica se ha convertido cada vez más común entre los liberales, ya que es la única manera en que pueden ganar un mínimo de credibilidad entre las masas.
Echemos un vistazo a algunas de las ideas que proponen el Sr. Bernabé y el PPT que él dirige.
El conjunto de la parte económica del programa político del PPT puede resumirse como una propuesta para aumentar los impuestos a los grandes capitalistas, principalmente extranjeros, para financiar la agricultura «sostenible» mediante cooperativas y las empresas públicas y así suministrar el mercado local. De los ahorros devengados de la eliminación de gastos de lujo en el gobierno, se propone, de una manera confusa muy típica de los liberales, la creación de un seguro universal del tipo pagador único a la vez que se plantea regular las ganancias y acciones de las aseguradoras. En su programa el PPT también plantea una serie de propuestas medioambientales (ej. el ecoturismo, la reducción del uso de combustibles fósiles) así como la reforma del financiamiento de campañas electorales como medio para expandir la democracia.
Ante la actual crisis de la deuda que sirve de pretexto para intensificar una de las campañas más prolongadas y brutales impuestas sobre el ‘pueblo trabajador’ por los capitalistas en la colonia, ¿qué propone el PPT? Propone una auditoría de la deuda pública con una moratoria de los pagos hasta que se lleve a cabo una reestructuración de la deuda. Y para lograr este acto singular de cambio profundo en nombre del pueblo trabajador, lo único que hay que hacer es echar la papeleta con la ‘X’ en la línea PPT el año que viene.
Las esperanzas electorales del PPT surgen en el contexto de la completa bancarrota de todas la instituciones políticas dentro de la colonia y un fuerte sentido popular de descontento y frustración. Al igual que otras formaciones políticas liberales a través del mundo que también han adoptado la retórica izquierdista en un intento de capear la ola de descontento popular, los dirigentes del PPT aspiran a lograr un capitalismo nativo y más humano. Empero, la historia ha cerrado para siempre la puerta a tales ilusiones liberales.
La ilustración más gráfica de este punto es el caso de Grecia, donde una formación política de «izquierda», Syriza, ganó las elecciones en enero de 2015 en una ola de ira popular contra la imposición de medidas de austeridad durante varios años y a plazo de seis meses terminó imponiendo el paquete más severo de políticas anti obreras que se ha visto desde los años de la dictadura. De hecho, las garras de los parásitos financieros se han apretado desde la victoria de Syriza y las masas obreras de Grecia han tenido que pagar un precio muy alto en el proceso.
Pero incluso sin citar ejemplos extranjeros, las inconsistencias y vacilaciones del liberal PPT deben ser claras. Mientras que su programa económico refleja una obvia orientación nacionalista, su política se contienen estrictamente dentro del marco de la colonia. Mientras que denuncia la inescrupulosidad de los parásitos financieros, el curso de acción que propone se caracteriza por una adhesión al mismo marco legal de derechos de la propiedad capitalista en que operan.
Objetivamente, las formaciones políticas como el PPT funcionan para desorientar a la clase obrera y como tal inhibir su actividad política independiente. Representan un obstáculo para el desarrollo de la iniciativa revolucionaria entre los obreros por lo que siempre traicionan sus verdaderos intereses de clase. Es precisamente por esta razón que la clase dominante tolera a estos grupos a pesar de su «crítica» de los excesos del capital.
Una formación política que verdaderamente representa los intereses del pueblo trabajador no predica una adhesión servil a un «parlamentarismo burgués» completa e incorregiblemente corrupto. Más bien, insta a los obreros a formar nuevos instrumentos de lucha y organización con que tomar en sus manos el poder político y desmantelar todas las viejas instituciones políticas de la clase dominante. Un verdadero representante de los intereses de la clase obrera le dice clara e inequívocamente a los obreros que la única solución a la crisis permanente en la que está sumergida es la expropiación de los explotadores, la toma del control de todos los medios de la producción principales por la clase obrera y la transformación socialista de la sociedad. Sin estas premisas, todas las propuestas de nuestros liberales no son más que ilusiones.