por Coral Ríos
Recientemente, Puerto Rico contó con la visita de Djacira Araujo , militante del Movimiento Sin Tierra de Trabajadores Rurales en Brasil (MST). El MST es un grupo de más de 2 millones de personas de diferentes sectores del pueblo brasileño que luchan por la Reforma Agraria y la democratización de la tierra en Brasil.
Djacira proviene de un pueblo campesino al noreste de Brasil, área donde junto a otros miembros de su familia ayudó a organizar las primeras tomas de tierra de la zona. Como muchos campesinos en Brasil, su familia eran poseiros lo cual significa que carecían de documentos oficiales de las tierras donde vivían. Lleva involucrada en este movimiento 28 de los 34 años de historia del MST. Actualmente es la coordinadora de la Escuela Nacional Florestan Fernandes, un centro de formación política donde asisten miembros del MST en Brasil y personas de diferentes países. El MST tiene una propuesta de formación política permanente.
Formarse políticamente, según Djacira, es tener una posición ideológica de un proyecto de mundo, de una perspectiva anti-capitalismo, de una perspectiva de mundo alternativo al mundo que vivimos y el conocimiento de cómo ha sido tratada América Latina dentro de este modelo. “El mundo está así, como resultado de nuestra colonización.”
En Brasil siempre ha existido una lucha por la tierra que forma parte de un problema histórico de país. La precaria situación de analfabetismo y pobreza de la comunidad rural ha sido el motor que ha impulsado esta movilización que ha contado con apoyo multisectorial como son el Partido Comunista, el Partido de los Trabajadores y la Iglesia Católica, entre otros. “Creamos alianza con grupos que están luchando y defendiendo intereses comunes. Somos una fuerza política”
El MST tiene una militancia de 300.000 familias asentadas y 120,000 familias acampantes, los cuales son los grupos que se encuentran en proceso de organización para las tomas de tierras. Sobre la organización de las comunidades explicó que estas se establecen en asentamientos. Los asentamientos son núcleos de familias que practican la participación colectiva y cuya coordinación es siempre llevada por una pareja compuesta por un hombre y mujer del asentamiento. Cada familia tiene tareas específicas que cumplir en el área de salud, educación, producción y trabajo con la juventud, entre otros. Después que se lleva a cabo el proceso de toma de tierra, el cual puede durar hasta años, la forma de acción es la creación de cooperativas para llevar a cabo una producción colectiva. En ocasiones, la comunidad del asentamiento puede ser hasta mayor que la población del municipio donde se lleva a cabo el asentamiento.
Sobre la filosofía agrícola practicada en el MST, Djacira explicó que el individualismo está en todo el campo y es un trabajo permanente de concieciación y adopción de practicas agrícolas alternativas ya que muchos asentamientos producen de manera tradicional. “Nuestra propuesta política es de agroecología pero no puede ser una camisa de fuerza porque no funciona.” La agricultura tradicional, aunque rescata conocimientos ancestrales, en ocasiones no es acorde con la realidad moderna. Un ejemplo de esto es la caza, que se practicaba mucho en el pasado y hoy día representa una amenaza para algunas especies nativas en peligro de extinción. En este proceso de convivencia comunitaria, los asentados tienen que establecer reglas que sean beneficiosas para el colectivo y se lleva a cabo un proceso de negociación y construcción de conciencia. “La agroecología no puede ser una imposición”.
Mucho nos tiene que enseñar la historia de los trabajadores rurales del Brasil al contexto actual en Puerto Rico. Ante la crisis alimentaria que experimentamos los sectores que luchamos por una soberanía alimentaria debemos elevar nuestra conciencia y proyecto político. Mas que una esperanza romántica, una verdadera reforma agraria, con una fuerte proletarizacion ideológica, es fundamental para que las masas trabajadoras tengan el control de los alimentos en Puerto Rico.