Por: M.A.O
Quienes apelan a un capitalismo proteccionista se hacen cómplices de los detalles modernos que usa el capital para encubrir sus intereses de acumulación que perpetúa la ruina de los trabajadores. Ante esto tenemos que estar bien alerta al oportunismo burgués y pequeño burgués, e ir a detalles concretos que ponen en marcha el proceso productivo para ir por tasas más altas de acumulación. Fijémonos en un elemento que se propaga en el neoliberalismo para atrapar mayores índices de productividad. Se trata del empleo sub contratado o la tercerización del trabajo. Algo que viene desarrollándose con fuerza desde los 70, pero se ha formalizado en una estructura sólida que nutre la precarización del trabajo. Ya en los 90 estudios de la MIT Sloan School of Management apuntaban a que las redes de empleados subcontratados para el 2015 sería la forma común de emplear. De tal forma que entidades laborales como la Organización Internacional del Trabajo le dieron el visto bueno en 1997 a esta característica de emplear que pretende rescatar al modo de producción capitalista.
Para la Organización Internacional del Trabajo, las agencias de empleo privadas designan a toda persona física o jurídica al servicio de emplear trabajadores hacia terceras personas, o lo que llaman “empresas usuarias”. De manera que las agencias de empleo privadas forman parte de las relaciones de producción sin estar directamente vinculadas al empleo del trabajo vivo. Esto hace que el obrero tenga dos patronos, sometiéndolo a condiciones más amplias de explotación.
Continuamente el modo de producción capitalista deja en los hombros de nuestra clase trabajadora una vida más dura para subsistir. La ciencia burguesa en su existencia natural está constantemente buscando métodos científicos que logren abaratar los costos de producción y reducir al máximo la valorización del trabajo vivo empleado por los/as obreros/as. Los gastos de las empresas subcontratando trabajadores temporeros han disminuido. En el 2000 el gasto de los trabajadores temporeros a nivel internacional sumaba $81.5 billones de dólares al año. Ya entre 2001 y 2002 hubo una reducción que se calculó en $73.3 billones de dólares. Estas agencias de empleo privadas venden sus operaciones a sus clientes, que son las empresas que las contratan para que le den lo mejor posible de la abundante fuerza de trabajo que está en reserva. Al invertir en toda la burocracia del sistema que permite emplear trabajadores, las agencias de empleo privado extraen del salario del obrero una parte. Pueden cobrar hasta 150% dependiendo de cuan especializado sea el trabajo del obrero. El 90% de 500 empresas de la revista Forbes, utilizan las agencias de empleo privadas para subcontratar a su personal.
En ocasiones no solo son las agencias de empleo las que subcontratan a otras empresas. Las formas de subcontratación son utilizadas comúnmente. Muchas veces los trabajadores son contratados por un tiempo limitado a un salario menor del mínimo. Así nos lo han expresado trabajadores subcontratados por la empresa Eco- Eléctrica, ubicada entre Guayanilla y Peñuelas. La empresa cuando experimenta un tiempo de alta producción, lo que le llaman, “shot down”, en ocasiones ha subcontratado a trabajadores por medio de Demaco CORP (empresa que da mantenimiento al antiguo complejo petroquímico de Peñuelas). Estos trabajadores hacen diferentes funciones para Demaco Corp y la Eco- Eléctrica. Son subcontratados por menos del salario mínimo (a $6.25 por hora), donde la otra parte de su salario es absorbida por la empresa que lo contrata.
Independientemente de la voluntad de los capitalistas, las relaciones de producción que se dan en este sistema, no emplearan la sobrepoblación de trabajadores que mediante los procesos de obtener excedente en la producción, forman un gran ejército de trabajadores en reserva. Jamás su compra de fuerza de trabajo será proporcional a la necesidad que tienen los capitalistas en adquirir y adquirir medios de producción y técnicas que eleven la productividad. De aquí el ejército de obreros en reserva, la abundante competencia entre los trabajadores y en esta etapa, la apremiante utilización de agencias de empleo que le detallen al obrero esencial para la producción. Cada vez el capital exige más una productividad tajante a un costo cada vez más bajo y las agencias de empleo juegan un papel fundamental para esto, mientras se llevan su parte sustraída del salario de los trabajadores.
Experta en detallar y evaluar a un trabajador productivo es la multinacional en contratación de empleados, Manpower Inc. Una multinacional que emplea a más de 4.4 millones de trabajadores anuales en el mundo. Tiene como cliente sobre 400,000 corporaciones. Entre estas se destaca la fabricante y comerciante de equipos hardware y software IBM (International Business Machine Corporation), la empresa NTL que se dedica al diseño y manufactura de empaques para fármacos, piezas u otros productos, y la gran multinacional productora de semillas transgénicas Monsanto.

Manpower se centra en evaluar y contratar la fuerza de trabajo exacta, que necesitan las empresas multinacionales para aumentar su productividad y con ello sus tasas de ganancias. La compañía está instalada en Puerto Rico y entre sus clientes figuran el Marriot, Airport shopes, Las casitas resort y la multinacional Wall Mart. La crisis por la que atraviesa el capitalismo colonial no es preocupante para la empresa. Así lo afirmo la directora en Puerto Rico, Karen Lee Cortiella Ortiz. Quien aseguro en una entrevista que sus clientes tendrán la oportunidad de reducir costos operacionales y maximizar su tiempo para que puedan concentrarse en su negocio principal, generar mayores ganancias y cumplir con sus metas organizacionales.
Dando paso a las agencias de empleo privadas, el gobierno colonial creo en 2006 bajo la administración de Aníbal Acevedo Vila, la orden administrativa 2006-13, que reservaba $5 millones en fondo a estas agencias. Siempre los gobernantes de turno representan mediante sus políticas burguesas a la propiedad privada. Todas estas políticas neoliberales doblegan el poder económico de la burguesía mientras los trabajadores pierden beneficios y se les reduce la obtención de medios de subsistencia. Muchas corporaciones tanto públicas como privadas están desplazando a sus trabajadores para subcontratar por medio de estas agencias de empleo privadas.
Los/as comunistas no merodeamos la colonia tapando boquetes que no son reparables. Aspiramos en lo más inmediato a utilizar la capacidad científica humana, heredada de la sociedad capitalista, para la construcción de la sociedad socialista, en beneficio de materializar el trabajo planificado como la razón de existencia de los adelantos de las masas obreras. Nos resulta inminente desenmascarar las visiones burguesas y pequeñas burguesas que emprenden falsas apreciaciones de lo que los/as comunistas queremos. Plantean descaradamente que queremos “vivir sin trabajar”. Pues es precisamente todo lo contrario. Trabajaremos para las necesidades de levantar la vida humana de nuestra clase, no para la holgazanería de los ricos/as que viven del trabajo ajeno.
Ahora bien, no somos utopistas que cargamos con sueños. De la crisis saldremos si como clase trabajadora emprendemos la marcha hacia la unidad de nuestra organización y lucha. Para esto tenemos que elevar nuestra conciencia de clase y arremeter contra toda organización política, obrera, social y comunal, que intente conciliarse con la clase burguesa en cualquier etapa de lucha.
El mercado de subcontratación de empleo, añade una dosis más de apropiación de nuestra fuerza de trabajo que socaba a nuestra clase trabajadora. Más allá de las luchas coyunturales, la lucha de los trabajadores en oposición a mecanismos que persistirán para empobrecer más a nuestra clase, nos darán victorias más certeras. Para eso tendríamos que estar en el nivel que lo exige la crisis del capitalismo. Y es por eso que no esta demás recordar la debilidad de la izquierda y de las organizaciones obreras del país, que han dejado pasar asuntos de tal importancia como este, que apuñalan el corazón que bombea la sangre de la lucha proletaria y debilitan al movimiento obrero con la imposibilidad para organizarse ante estas condiciones del trabajo subcontratado. Por lo mismo, desde el abayarde rojo seguimos promoviendo el estudio científico de la sociedad capitalista para olfatear desde lejos, los atropellos que escalonadamente atacan a los/as trabajadores/as. Ya que en algún momento de la historia, el capitalismo colonial se apropió de nuestras organizaciones de izquierda y del movimiento obrero, haciendo que retrocedieran al trabajo que debió construir la azapata para que los/as trabajadores/as pudiesen confiar en los/as revolucionarios/as. Con el apoyo de los sectores sindicales o no, los/as revolucionarios comunistas tenemos el deber histórico de consolidar la construcción del socialismo, para planificar una economía que sustente verdaderamente a la clase trabajadora sin pagar el precio de vivir en una sociedad hecha en el progreso imaginario sustentando por el capital financiero. Seremos los/as obreros/as los que con el producto de nuestro trabajo y el control del estado, construiremos un mundo de mayor calidad.
¡Revolución o sometimiento!
¡Comunismo o Barbarie!