Por Rogelio Acevedo
Centenares de trabajadores, trabajadoras, docentes y personas empleadas del sistema de la Universidad de Puerto Rico se manifestaron en el lado norte del capitolio contra el P de la C 1350 que propone la transferencia de fondos de todas las agencias e instrumentalidades del gobierno al Banco Gubernamental de Fomento (BGF). A esta convocatoria se dieron cita las matrículas de la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND), Federación Laborista de Empleados del Recinto Universitario de Mayagüez (FLERUM) y la Asociación de Profesores Universitarios (APPU), ya que entre los fondos que exige el gobierno se transfieran se encuentran los del sistema de retiro de estos trabajadores y trabajadoras.
La manifestación contó con una nutrida asistencia de la mayoría de los sectores que laboran en los 11 recintos del sistema UPR. Esta manifestación contrasta con las recientes movilizaciones de los sindicatos del gobierno y corporaciones públicas, las cuales han registrado bajas asistencias. Sin embargo, el problema de fondo persiste. Por un lado, sabemos que se están realizando diálogos entre los diferentes sectores de la comunidad unversitaria, estudiantes, docentes y empleados (as) para discutir tácticas para frenar la ofensiva. Pero la cercanía del final del periodo de clases, así como el inicio del próximo año fiscal son factores que pondrán presión sobre estos sectores a encontrar vías para retomar la lucha.
La vieja estrategia de los patricios perfumados que nos gobiernan es clara: atacar los sectores de nuestra clase de manera aislada, fragmentarnos, no solo para debilitarnos, sino también para enfrentarnos ante posibles ofrecimientos que hagan. La situación se complica ya que el escenario de falta de liquidez en las arcas del gobierno es un hecho real, aun cuando algunos portavoces del «establishment» digan esto es solo una artimaña de AGP para chantajearnos. Con la derrota de la mal llamada reforma contributiva, el gobierno no pudo realizar una emisión de bonos de $2,900 millones para pagar a sus acreedores y mantener por algunos meses sus operaciones, situación que coloca a los administradores coloniales contra la pared.
Por otro lado, un grupo de bonistas que se autodenominan Grupo Ad Hoc, poseedores de de $4,500 millones en bonos del gobierno acudió al primer circuito de apelaciones de Bostos a combatir la legalidad de la llamada ley de «quiebra criolla» . De prevalecer esta iniciativa del Grupo Ad Hoc, el gobierno del ELA no podrá acogerse a la ley de quiebra federal y tendrá que respondele con activos que posee como infraestructura y otras instalaciones que sirven a las necesidades de la población.
Ante este crítico escenario la clase obrera no nos podemos dejar engañar. Aun con la crítica situación fiscal, los guaynabitos del PPD no piensan cortar los contratos, las asesorías, las privatizaciones a todos los niveles, el robo parcial de las emisiones de bonos, sino que pretenden imponer sobre nuestros hombros el peso de la crisis. Debemos estar a la altura de las circunstancias y comenza a movilizarnos, para poner presión a los representantes del capital en nuestro país, y organizarnos políticamente independiente, desde una perspectiva revolucionaria, alejándonos de los partidos burgueses y de la pequeña burguesía para frenar su avance.
Las conquistas que consigamos serán el fruto de nuestro propio esfuerzo. El camino es largo, comencémos a andar.
¡Revolución o sometimiento!
¡Comunismo o barbarie!