Multitudinaria marcha en defensa de la UPR

Por Abayarde Rojo

Cientos de estudiantes, docentes, trabajadores (as) y empleados (as) de los 11 recintos de la UPR marcharon desde el capitolio hacia fortaleza exigiendo no recortes al presupuesto de universidad, no al pago de la deuda en favor de los bonistas, no al saqueo del sistema de retiro y la no implantación del IVA ni de ninguna medida impositiva de recaudos. La marcha llegó hasta los portones de fortaleza en un clima festivo y de algarabía, donde luego, frente a Fortaleza hubo encontronazos entre la policía y los manifestantes.

Luego de denegar inicialmente la entrada de la representación de la comunidad universitaria a fortaleza, finalmente accedieron. El resultado de esa reunión fue uno mixto, donde los intereses de clase burgueses y pequeñoburgueses afloraron al primer y más oportunista de los ofrecimientos.

El primer desaire vino del presidente de la HEEND José Torres, quien apoyó el IVA y planteó como salida al tranque: “Ya está bueno de divisiones. Le hacemos un llamado tanto al gobernador como a los legisladores para que pongan de su parte. Que se pongan de acuerdo sobre cualquier cosa, la que sea, pero por favor, este país no puede seguir en la incertidumbre”. Es decir, este «liderato sindical», engañando a su matrícula, hace el planteamiento de que se fastidie el país, siempre y cuando no me toquen el convenio de pacotilla. Esta perspectiva «sindical» totalmente oportunista es precisamente la táctica que ha rechazado históricamente el sector más consciente de la clase obrera y el estudiantado.  En esta coyuntura, debemos reconocer que estos sectores en «defensa» de la UPR están perfectamente sincronizados con el oportunismo sindical de la «Coalición» o de las «mesas multisectoriales» de burgueses incrustados en el movimiento sindical. Por tanto, no representan los intereses de la clase trabajadora y estudiantes.

Mientras el gobierno planteaba que los recortes a la UPR no iban a proceder, el presidente de la UPR Urayoán Walker buscaba «soluciones de país», aceptando ofrecimientos de la clase burguesa que no representan a nuestra sociedad. Oportunistamente y en aras de «preservar la paz institucional» se decreta un receso académico, es decir, el cierre patronal de la universidad para desmoralizar los sectores que impulsan el paro como medida de presión en defensa, no solo de la universidad, sino  de la sociedad.

Las tareas de la militancia comunista y de toda y todo revolucionario es continuar impulsando la organización de clase, independientemente de los partidos de la burguesía y la pequeñaburguesía. Debemos abatir cualquier táctica reformista de «trasformar el sistema desde adentro». Nuestra tarea fundamental es destruir estos cantos de sirena y continuar con la formación política de nuestra clase y los cuadros revolucionarios que dirigirán las luchas, precisamente contra las clases  que quieren mantenernos en total subordinación a los designios del capital financiero y criollo.

¡Revolución o sometimiento!

¡Comunismo o barbarie!

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