Por Lourdes M. Rivera
Esa escuela a la que se refiere el Señor Secretario de Educación y a la que aspiramos como país debe alcanzarse teniendo en cuenta una verdadera transformación.
¿Por qué los padres y los niños no hemos sido parte de esta transformación? Debemos tener claro que lo mas importante en una escuela son los estudiantes y padres. Somos los que damos la mano en las actividades, en la limpieza de las escuelas cuando se ausentan los conserjes y muchas veces servimos hasta de seguridad escolar, Entonces por qué excluirnos.
¿Cuándo se reunieron con los comités de la escuelas para hablar de los cierres y consolidaciones? Cómo puede hablar de que necesitamos una escuela pública que responda a las necesidades, intereses, talentos y aspiraciones de los estudiantes, que esté dotada con los mejores recursos, que tenga verdadera autonomía, que sea espacio de integración, compromiso y responsabilidad compartida con la familia, la comunidad y la sociedad en general.
¿Cómo se hace un cambio social si la parte mas valiosa de una escuela padres y estudiantes los excluyen de estas decisiones.?
¿Por qué hay tanto secreto en Educación?, ¿Por qué no se habla claro? Escuelas con buena matrícula cierran, escuela con alto rendimiento académico cierran, escuelas donde el propio Departamento ha invertido miles de dólares cierran.
Según la agenda de transformación del Departamento de Educación tiene tres objetivos principales: Mejorar el aprendizaje y elevar la retención escolar, brindar servicios altamente eficientes y demostrar disciplina fiscal para maximizar los recursos que se destinan al proceso de enseñanza y aprendizaje.
Los que hemos sido parte del sistema público de enseñanza hemos recibido servicios de excelencia, sus maestros y sus facultades escolares siempre se han distinguido en ello. Muchos maestros dan hasta parte de sus salarios para comprar materiales y poder compensar a los estudiantes por sus esfuerzos.
Con relación al segundo objetivo, hay que observar como los estudiantes aman a sus escuelas, lo demuestran limpiándola, jugando en torneos y declarando el nombre de la escuela en alto o participando en competencias escolares. Los profesionales de la educación especial se dedican en cuerpo y alma a estos niños.
Ahora sí, es en el tercer punto de esta llamada agenda de transformación educativa que nos dice demostrar disciplina fiscales donde está el problema.
Los únicos responsables de esto son los administradores del Departamento. ¿Cuánto nos cuestan sus sueldos estravagantes? ¿A cuántas compañías se les paga con jugosos contratos de miles de dólares? ¿A cuántos emplean por favores políticos? En estas oficinas es donde se tiene que hacer esos ajustes.
No es solo en el salón de clases, no es el sueldo de los maestros, no es reduciendo a los niños del listado de educación especial, no es contratando menos maestros de educación física, no es comprando menos materiales para el salón de clases.
Si realizaran un estudio parecido al estudio que determina el cierre de las escuelas, pero en esta ocasión a las oficinas administrativas del DE notarán que los gastos extravagantes son allí y no en nuestras escuelas.
Nuestra escuela se respeta, porque la escuela tiene un valor significativo para la comunidad.