CONTRA LAS GUERRAS DE LAS ÉLITES EL ORIGEN DEL DIA DE LAS MADRES

Por: Frida Benedetti

«¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones,
sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: No permitiremos que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas.

No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país, como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos.

Desde el seno de la tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice
¡Desarma! ¡Desarma! La espada del asesinato no es la balanza de la justicia.
La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión.

Así como los hombres a menudo han dejado arado y yunque por el llamamiento a la guerra, que las mujeres ya dejen todo lo que queda de su hogar para un día grande y serio de consejo. Que se reúnan primeramente, como mujeres, para conmemorar y llorar por los muertos. Que se aconsejen solemnemente de la manera en la que la gran familia humana pueda vivir en paz, cada uno llevando en su tiempo la impresión sagrada, no de César, sino de Dios.

En nombre de la maternidad y la humanidad, les pido solemnemente que sea designado un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad, y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente, a la brevedad posible, para promover la alianza de diferentes nacionalidades, el arreglo amistoso de cuestiones internacionales y la gran causa universal de la paz».

– Julia Ward Howe, 1870

Proclamación del Día de las madres

Son muchos los que desconocen que las propulsoras del Día de la Madres en los Estados Unidos lo ambicionaron originalmente como un día de paz, para honrar y apoyar a las madres que perdieron hijos y esposos en las garras de la Guerra Civil.

En 1870, casi 40 años antes de que se convirtiera en un día de fiesta oficial, en 1914, la defensora de la justicia social, Julia Ward, publicó su Proclamación del Día de las Madres, un apasionado llamado a la paz y al desarme, que motivaba a las madres de todas las nacionalidades a unirse para promover «el arreglo amistoso de cuestiones internacionales y la gran causa universal de la paz». Ella ambicionó un día de reunión solemne dónde mujeres alrededor de todo el mundo se pudieran unir para discutir los medios para alcanzar la paz mundial.

Julia Ward Howe fue una prominente poeta, abolicionista, feminista y la autora de El himno de batalla de la República.  Ella cuidó y curó a muchos soldados heridos, durante la Guerra Civil, y trabajó con las viudas y los huérfanos de los soldados caídos de ambos bandos, llegando a la conclusión de que los estragos de la guerra van mucho más allá de la matanza de los soldados en la batalla. “La dignidad de la maternidad y sus terribles responsabilidades aparecieron ante mí de un modo nuevo, y no pude pensar una mejor manera de expresarlo que haciendo un llamado a las mujeres del mundo”, escribió en Reminiscences[1]. Su promulgación continuó mientras vio cómo surgió la guerra Franco-prusiana.

Pese a la declinación del llamado por un Día de las Madres, éste ganó un nuevo empuje y finalmente se convirtió en un día festivo nacional a principios de los 1900’s a la cabeza de Anna Jarvis, quien fue inspirada por su madre, también llamada Anna Jarvis, quien a su vez había trabajado junto a Julia Ward en los primeros esfuerzos a favor del Día de las Madres.

Aunque esta celebración ha ido perdiendo, con el paso del tiempo, mucha de su visión a favor de la justicia, es importante retomar sus intenciones y comprometernos con su llamado revolucionario. En tiempos en los que el mundo entero está enfrascado en costosas y devastadoras guerras imperialistas, y en los que nuestro pueblo trabajador está siendo arrasado por la violencia del estado capitalista, es hora de volver a las raíces del Día de las Madres.

En el ánimo del llamado original de Julia, esta ocasión puede servirnos de oportunidad para dedicarnos, en nombre de las madres de todo el mundo, para educarnos, organizarnos y luchar en contra de «la terrible calamidad social que es la guerra»[2].


[1] Ward, J. (1899) Reminiscences, 1819-1899.

[2] Burns, E. (1937) Introducción al marxismo.

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