por LR

Hemos decidido luchar por nuestros derechos. Ante éste escenario tan desfavorable para nosotros como pueblo trabajador,en el que no existe la voluntad política de diálogo y solución de los conflictos, la decisión adoptada no ha sido otra que luchar por la recuperación de los derechos que nos han arrebatado. Como lo es derecho al trabajo. Imponiendo una reducción de jornada laboral al 47% del salario del trabajador ponceño. Ante esta decisión municipal se ha acrecentado la inestabilidad familiar. Donde por parte del ayuntamiento no ha habido una orientación responsable ni sicológica. Cada caso es particular.
Hay empleados con condiciones de salud severa, como por ejemplo cáncer, pacientes de diálisis, enfermedades coronarias, diabetes crónica y crisis mental. Hay empleados quienes pagan tratamientos para sus hijos como terapias ocupacionales, del habla y sicológica, otros tienen la responsabilidad del cuido de sus padres. A los ejecutivos del municipio del Ponce se les olvidó o no tomaron en cuenta a los 1,400 empleados que se verían afectados en sus pagos mensuales. A muchos de estos empleados ni les alcanzaría pagar sus hipotecas, carros, co
legios de sus hijos y mucho menos llevar el alimento a sus hogares. De que estamos hablando, un 47% de reducción de salario en un trabajador promedio es de 1,200 dólares aproximadamente. Al aplicar la reducción los llevaría a $636.00 dólares menos las deducciones reglamentarias como retiro, seguro social, plan médico, entre otros. En algunos casos estos empleados llegarían a recibir quincenalmente entre 20 a 30 dólares.
Pero es sí no se olvidaron de contratar la firma del CPA Jorge Aquino la cual realizó un estudio durante los meses de febrero a mayo de 2014 para llegar a la conclusión de que la única opción del Municipio Autónomo de Ponce es la reducción de jornada laboral debido a que el municipio carece de efectivo en caja.
No solo los trabajadores y trabajadoras del Municipio se verán afectados. Con la Ley 66 de Sostenibilidad Fiscal , nos trastocan nuestras escuelas. Con la imposición de cierres de planteles sin el debido análisis. Comunidades marginadas, donde estas no pueden asumir un papel protagónico en su desarrollo. Y el pequeño y mediano comerciante totalmente desplazado por los grandes intereses de los capitalistas. Nuestro único método de supervivencia es la movilización. Es ésta la que nos ha permitido ejercer de cierta forma parte de los derechos arrebatados, y por supuesto que también nos ha permitido reconstruir el trabajador ponceño, desde la perspectiva política, social y cultural.
En el largo camino que queda por recorrer es fundamental la solidaridad y los comerciantes, ya que tenemos el mismo enemigo, el gobierno capitalista. Enemigo muy fuerte que para poder derivar será necesario aunar fuerzas y reconstruir estrategias. En esa reconstrucción son fundamentales los espacios de discusión, análisis y movilización; en el plano de respeto, pues sólo así podremos generar la confianza necesaria para lograr la unidad que nos hará aún más fuertes. Luchemos como un solo pueblo pero además entendamos que la solidaridad entre trabajadores, comunidad y comerciantes son importantes a la hora de frenar los abusos y exigir el respeto por nuestros derechos arrebatados por el Gobierno.