por Angel Rodríguez
Entre lágrimas, abrazos de solidaridad y llamados a la lucha los trabajadores y trabajadoras del Municipio de Ponce escuchan la aprobación de los recortes a su jornada laboral. Anoche tarde (29 de Mayo 10:10 p.m.) se aprobó en sesión extraordinaria la ordenanza #58 la cual elimina 20 horas de trabajo semanal a 1,392 trabajadores/as municipales. Esto equivale a una reducción de la mitad de los salarios. Los salarios de los trabajadores/as en promedio es de $1,200-$1,400 al mes. Ahora, esto cortado a la mitad no cubrirá las necesidades básicas de muchas familias, de mujeres trabajadoras que son la cabeza del hogar y empobrecerá aún más a la clase trabajadora. En algunos casos, luego de descuentos de préstamos e hipotecas al cheque, trabajadores y trabajadoras recibirán salarios negativos o en $0 ¿Cómo podrán llevar la comida a sus familias, pagar la energía eléctrica, el agua potable y las pensiones alimenticias? Al aprobar esta medida tiraron a la pobreza a muchas familias sureñas.
Previo a la sesión legislativa, un nutrido grupo de trabajadores/as se reunían en un local cercano a la legislatura. Allí, se organizaban tareas y se creaba un plan de lucha coordinado por el Frente Amplio de Solidaridad y Lucha (FASyL). Al concluir con los trabajos, los trabajadores/as de manera espontánea comenzaron a marchar por las calles de Ponce en dirección a la Legislatura Municipal.
En la puerta de la legislatura se toparon con oficiales y guardias municipales que impedían la entrada. Entre estos entes de represión estaba la notoria figura de Norberto Rodríguez, Asesor de Seguridad Municipal y ex -Comisionado de la Policía Municipal. Norberto Rodríguez de manera altanera, desafiante y totalmente antidemocrática pretendía impedir la entrada del Pueblo a la casa de las leyes ponceña. Este no contaba con la fuerza del Pueblo, con la fuerza de la clase trabajadora que con su dignidad y lucha obligó a las fuerzas represivas municipales (la policía y Norberto Rodríguez) que permitieran la entrada a la legislatura.
Los trabajadores y trabajadoras municipales coparon la sala entera. También, se les pidió a los que estaban de pie que tenía que abandonar la sala legislativa. Nuevamente, Norberto Rodríguez y el sargento de armas de la legislatura atropellaban los derechos del pueblo a estar allí. Pero se mantuvieron en la sala, no permitieron que se les coartara el derecho a permanecer allí. También el Legislador Municipal por el Partido Independentista, Justiniano Díaz repudió que se tratara de sacar a los presentes.
Luego de una hora de retraso, y torcedura de brazos ya que no tenían los votos completos comenzó la sesión extraordinaria. Claro está, estas estructuras legislativas son una farsa de democracia. Se presentó la ordenanza #58, el administrador de la ciudad Eliezer Velázquez Quiles demostró puro cinismo y deprecio a los intereses de la clase trabajadora. Este dijo que esta era la alternativa “más humana” para cuadrar el presupuesto.

Los legisladores de minoría presentaron mociones para que la alcaldesa María “Mayita” Meléndez se redujera el salario a un 50%. La resolución presentada le reduce el salario a a un 10%, el salario es de más de $90,000. El pedido a reducirse a la mitad fue derrotado en la legislatura. También se derroto que los empleados de confianza se redujeran a la mitad el salario, algunos de estos sobrepasa los $60,000. Tampoco se votó a favor. Al ver este circo politiquero un grupo de trabajadores y trabajadoras abandonaron la sala y se unieron a las consignas fuera de la legislatura municipal ¡Reducción de Jornada, pobreza asegurada! Las consignas, las expresiones de indignación, detuvieron los procesos y la policía Municipal, y Norberto Rodríguez intentaron reprimir al grupo allí presente. Pero no lo lograron. La legislatura municipal una vez más le hizo el favor a sus intereses, a los intereses de los ricos, no se tocaron sus inflados salarios.

Lo que si se redujo a la mitad fue el salario de los más pobres en el Municipio de Ponce. Los trabajadores y trabajadoras ahora tendrán menos dinero para vivir. En el Municipio de Ponce se hace política para los ricos y alcahuetes de politiqueros. Se mantienen contratos multimillonarios con abogados, contables y agencias de publicidad que le hacen el trabajo sucio a la alcaldesa. Estos cada vez están más ricos. Pero los 1,392 empleados municipales y sus familias, hoy son más pobres. Fuera de la legislatura el ambiente era de emociones variadas. Tristeza e indignación, pero también se levantó un espíritu de lucha que se materializará en el llamado a la organización y la lucha que hicieron los trabajadores/as.
La lucha sigue. El Pueblo de Ponce, su clase trabajadora no puede pagar con lo que no tiene. A organizarnos y luchar, los de abajo, los pobres, los marginados y la clase trabajadora. Mientras más fuerte sea la organización de las bases trabajadoras, más temblarán los de arriba y más rápido caerán.
Las condiciones se nos presentan para organizarnos como clase. El capitalismo reposara siempre en nuestra explotacion. Esa es la unica forma de su existencia y en su crisis redobla sus fuerzas para aplastarnos como clase trabajadora.